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—Ngh ¡suéltame imbecil!— Elizabeth se separó con fuerza de el hombre de cabello plateado y le dio una fuerte cachetada que volteó su cabeza, claramente mael solo frunció el ceño por la acción de la femenina y se encaminó hacia ella con claras intenciones de hacerle algo — ¡No te me acerques! Fue una mala idea haber venido aquí— 

— Solo imagina que soy él—

—Tú jamás serás él— grito nuevamente pero tuvo que cerrar la boca cuando la grande mano de el albino se dirigió justo a ella

—Maldita hija de...—pero el golpe nunca llego, justo antes de que lograra tocarla alguien se había entrometido en medio de ambos y empezó a agarrar a golpes a aquel hombre de una forma casi animal. Meliodas estaba inexpresivo mientras lo golpeaba, no le dejaba ni un solo segundo para intentar darle pelea y por primera vez le estaba haciendo caso a sus voces 

Matalo — Le decían todas a el unísono tanto chicas como grandes. Todas le gritaban lo mismo 

MysticDonde viven las historias. Descúbrelo ahora