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— Entonces serás mi esposa ¡Ngh!— como la primera vez que lo hicieron, la albina estaba sobre él montándolo de forma hábil y placentera moviendo sus caderas — Ahhhh...si así es ahora no me imagino la luna de miel ¡mhhh!— 

—Meliodas...ahhh mel — aún moviendo sus caderas Elizabeth se agachó para abrazarlo fuerte y hundir su cara entre sus pechos, lo que quería justo ahora era poder sentir su cuerpo contra el suyo — Te amo ¡Te amo ahhhh!— 

—¡Yo más! ¡Elizabeth!— entonces ambos se corrieron de forma gloriosa y ruidos, sus fluidos mojaron un poco los muslos femeninos, desbordaba un poco ambas esencias y los más importante un nuevo ser empezaba a tomar forma 

MysticDonde viven las historias. Descúbrelo ahora