💞really I love you 💞

capitulo lV

Mientras la reunión en la sala se llevaba a cabo, en la habitación de las enredaderas, se encontraban Felix y Changbin acostados en la cama del pecoso, estaban comiendo un plato grande de galletas que habían hurtado del comedor, mirándose mutuamente, - ¿Crees que todo esté bien? Puedo oler la tensión desde aquí- pregunto Changbin a su menor, - descuida, mamá lo controlara- respondió Felix regalando una sonrisa a su contrario, - ¿tu papá está ahí?- pregunto nuevamente el cenizo, -mi papá murió- dijo Felix sin expresión alguna, -lo siento- se disculpo Changbin apartando la mirada de Felix, -descuida, eso fue cuando yo aún era un bebé, ni si quiera lo recuerdo- aclaro el pecoso con suma tranquilidad, - mamá se volvió casar con una omega, Jeongeon Noona es demasiado linda, le vas a caer bien- dijo enseguida Felix posando su bracito en el hombro del mayor, -¿ella se encuentra ahí?- continuo Changbin con sus preguntas, -no, cada tres meses ella se encierra en su cuarto durante una semana, solamente mamá puede entrar a verla- respondió Felix, - ¿Por qué?- ahí estaba el lobito curioso, -no lo sé, Chan hyung dice que cuando sea grande hablaremos de eso- explico el menor encogiéndose de hombros, -¿el quien es?- Changbin jamás dejaría de ser tan curioso, -mi tío, también le vas a caer bien- al parecer Felix tampoco se cansaría de responder sus preguntas de Changbin, - Lixie, tengo miedo, mi papá está muy triste, pero no puedo olfatear donde puede estar- dijo el cenizo con un quejido en su voz mientras sus ojos se cristalizaban, - ay Binnie, no llores- lo abrazo Felix –encontraremos a tu papá- dijo mientras le acercaba una galleta a Changbin, el cual encantado abrió su boquita para darle una mordida y para que el resto la comiera Felix, -¿Quieres cambiarte?- ahora preguntaba Felix, -no quiero, mi ropita aún tiene el aroma de mamá, quiero que se quede otro ratito conmigo- puchereo Changbin, ahora él tomando una galleta y haciendo lo mismo que le había hecho Felix, al parecer darse comida mutuamente se había convertido en su acción favorita. –creo que todo ya está mejor- dijo Changbin mientras comía otra galleta –te dije, mamá siempre mantiene todo bajo control- le respondió un Felix con voz cansada, -Lixie, vamos a dormir- dijo Changbin al notar el cansancio del rubio, se levantó colocando el plato de galletas en la mesita y se acostó a lado de Felix, el cual ya estaba dormido soltando leves ronquidos, el lobito solo poso un brazo en la cintura de su menor, atrayendo su cuerpecito hacia el para abrazarlo y enterrar su cabecita en el cuello de Felix para inhalar profundamente el embriagante aroma a leche y vainilla del pecoso ciervo.
La líder alfa se acercó al cuarto de su hijo, abriendo la puerta levemente al notar que feromonas llenas de paz desprendían de la habitación, indicándole que ambos pequeños se encontraban profundamente dormidos, la imagen de los dos niños la dejo tan encandilada que no evito soltar un suspiro –espero no equivocarme- susurro para sí misma, saliendo del lugar, cerrando sigilosamente aquella puerta roja.

En la mañana siguiente Changbin despertó sintiéndose sumamente feliz y tranquilo, como si todas  sus preocupaciones se hubieran borrado, tallando sus ojitos y sentándose en la cama contemplo el cuerpecito que se hallaba a su lado aun descansando, se grabó aquella escena tan adorable; Felix profundamente dormido, sus parpados levemente cerrados mientras sus pestañas rosaban sus mejillas, su piel se veía algo pálida haciendo que sus pecas resaltaran aún más, su boquita rosada se encontraba levemente abierta soltando leves suspiros, de pronto sus ojos aun cerrados se comenzaron a mover, advirtiendo que estaba a punto de despertar, el castañito abrió sus ojos levemente, desprendiendo de él feromonas de alegría al ver la carita de Changbin recién despierta, le regalo una amplia sonrisa lo cual hizo que el lobito se sonrojara, -Binnie, tu mirada me despertó- le dijo fingiendo molestia, - lo siento- se sonrojo aún más Changbin, -Vamos, hoy sale Jeongeon noona de su cuarto y siempre que sale nos prepara a Hyunjin y a mi pasteles de chocolate- dijo risueño Felix mientras se levantaba y jalaba de la manita a Changbin, ambos salieron corriendo de la habitación.

El día era soleado, corría una brisa suave, el cielo era azul y se posaban en el nubes blancas, durante la madrugada había caído una suave lluvia por lo que el pasto se encontraba húmedo esa mañana, los piecitos desnudos de los niños pisaban aquel húmedo piso, el olor a hierba y tierra mojada inundo sus narices, definitivamente pintaba ser un día increíble; ambos niños estaban entrando al comedor, al parecer no se encontraba ahí aquella omega de cabello corto oscuro que había tratado mal a Changbin, mas sin embargo, la figura de una delgada mujer de cabello largo y rosa pastel, se posaba sobre una mesa batiendo en un tazón alguna mezcla mientras tarareaba una canción, cuando a su nariz llego el dulce aroma de leche y vainilla acompañado de otro que percibía como pino y frambuesa, detuvo su melodía y voltio para ver a los dos pequeños entrando de la mano al comedor, -Felix, cariño, despertaron muy temprano- con una gran sonrisa, dejo el tazón en la mesa y se dirigió a los menores, -tú debes de ser Changbin, ¿cierto?- se inclinó quedando a la altura del cenizo mientras le regalaba una tierna mirada, el aroma a rosas y chocolate le encanto a Changbin, aquella omega había logrado ganarse la confianza del menor, Chanbing solo asintió ante la pregunta de la pelirosa, -Noona, te extrañe mucho- dijo Felix con algo de celos en su voz, no le gusto ver enrojecido al lobito si no era el la causa, -yo también cariño- voltio a verlo Jeongeon alborotando levemente su cabellito del castaño, - vamos siéntense a desayunar, los primeros pastelitos ya salieron- dijo poniéndose de pie invitando a los menores a sentarse en la gran mesa, de pronto el olor a menta y limón se hizo presente, -¡noona, noona!- Hyunjin entro corriendo mientras su rubiecito cabello se movía alborotado, salto al regazo de la omega dándole un fuerte abrazo, -mi cielo, te extrañe también- Jeongeon sostuve el cuerpecito esparciendo besos por toda su carita; no era que Jeongeon tuviera preferencia por Hyunjin, para nada, a ambos los amaba como sus propios hijos, pero ella sabía que ese tipo de acciones no le gustaban a Félix, él era tierno y sensible pero las muestras de afecto no eran lo suyo y Jeongeon no iba a obligarlo. –Siéntate a desayunar- dijo Jeongeon bajando al rubio para que se sentara a lado de los otros dos, -Buenos días- dijo Hyunjin regalándoles una enorme sonrisa a ambos, -hola Hyunjin- respondió Felix, -Hola- dijo Changbin, -muy acalorada la plática de ayer en la gran sala, ¿no?- pregunto Hyunjin mientras tomaba asiento, -Hyunjin, ¿Qué te he dicho de escuchar conversaciones ajenas? A tu mamá no le gustara saber que otra vez estabas fuera de tu habitación tan tarde- dijo la pelirosa simulando enfado viendo a Hyunjin a los ojos, -lo siento noona- dijo Hyunjin con la cabeza gacha tratando de simular su sonrisa traviesa.

En el comedor los tres menores se encontraban comiendo alegres aquellos panes de chocolate que Jeongeon les había preparado, la alfa líder se había integrado con ellos, las dos ciervos se tomaban cómodamente de la mano mientras estaban de pie contemplando a los menores, de vez en cuando Nayeong le susurraba algo en el oído de su omega causando que ella se sonrojara soltando una risita; Felix y Hyunjin estaban acostumbrados a las muestras de cariño que ambas mayores se daban, tal vez un abrazo, una caricia o un beso que rosaba levemente en la comisura de sus labios, pero esta vez fue diferente para Felix, su madre rodeo la cintura de la pelirosa plantando un tierno beso de esquimal terminando con otro beso, esta vez en la comisura de sus labios, Jeongeon solo se limitó a rodear su cuello con sus brazos y pegando su rostro en el cuello de la alfa, el pecoso no pudo evitar ver aquella escena y voltear abruptamente hacia aquel cenizo sentado a su derecha, por su mente se imaginó a él y Changbin recreando la misma escena que sus mayores, su pancita sintió un hormigueo y su corazón latió frenéticamente causándole soltar un suspiro, -¿Qué pasa Lixie?- pregunto Changbin, al parecer el olor a leche y vainilla se intensifico llegando a la nariz del lobito, lo que causo que volteara a ver al menor, sonrojándose al darse cuenta que él lo miraba con ojitos brillos, Felix también se pintó de rojo al momento en que ambas miradas se cruzaron, estaba a punto de responder pero fue interrumpido por su madre, -niños, necesito que al terminar se reúnan con los demás cachorros, irán a recolectar comida para antes de que empiecen las lluvia- los niños asintieron, -Hyunjin, como mi próximo sucesor debes estar a cargo de los menores, recuerda que no solo es mandar, también es guiar, enseñar y proteger- repuso enseguida Nayeong con una sonrisa dibujada en su rostro, Hyunjin asintió con orgullo, -Binnie, estoy seguro que tu igual serás un alfa líder muy bueno al igual que Hyunjin Hyung- dijo Felix poniéndose de pie con una sonrisa mostrando sus dientecitos, Changbin se encogió avergonzado pero también alagado, -¡Ey! Felix, por lo que entiendo Changbin es de la edad de Hyunjin, ¿Dónde están los honoríficos?- regaño Jeongeon cruzada de brazos,-descuida noona, me gusta que Lixie me diga así- repuso enseguida Changbin para evitar que el castaño se sintiera triste tras el llamado de atención, -Lixie…- susurro confundida Nayeong, -¿Cómo sabes que Changbin será un alfa? Ni si quiera le han salido los colmillos- solto Hyunjin viendo a los dos niños, -eso no importa hyung, yo lo sé, sé que será un gran alfa y yo su gran omega- dijo Felix con orgullo en su tono, ambas ciervos abrieron de golpe sus ojos ante aquella frase que el castaño había soltado, - S-su…omega…-volvió a susurrar Nayeong atónita observando como los tres niños se levantaban encaminándose a la salida,-oye…tranquila, ¿sí?- dijo con voz baja Jeongeon para su alfa sosteniendo su mano y dando un ligero apretón, la noche anterior Nayeong le había contado todo lo que había pasado en la sala, por eso sabia el porqué de su reacción, -Changbin acaba de perder a su madre, está en un lugar diferente a su ambiente, a Felix le cuesta mucho trabajo conseguir amigos, es normal que ambos se sientan tan cercanos después de todo, no pasara nada más que una linda amistad- dijo Jeongeon mientras sostenía con sus manos el rostro de la alfa, para finalizar con un suave beso, ambas se abrazaron, mientras Nayeong coloco su mejilla sobre la marca que le había hecho a su esposa hace unos años, aspirando profundamente el aroma a rosas y chocolate para tranquilizarse, -estoy muy feliz de tener a mi lado a mi destinada- dijo la alfa aun en el cuello de su omega, Jeongeon solo sonrió y enterró la nariz en su cuello e inhalo profundamente el olor a tierra y anís.

Nayeong había contraído matrimonio con un beta llamado Jungwon, nada común entre las manadas, pero ambos se sentían muy enamorados tras compartir toda su infancia juntos, del fruto de su amor nacieron Hyunjin y un año después Felix, su primer embarazo del beta se complicó causando que el segundo fuera de alto riesgo, provocando que solo la vida de Felix pudiera salvarse; Chan acompaño a su hermana en su dolor, estuvo dispuesto para ella en cualquier momento, sabía perfectamente que tras la pérdida de su pareja un alfa podría morir de tristeza al igual que sus cachorros, todo cambio unos meses después, Nayeong conoció a una ciervo omega que al parecer había escapado de su manada, se le dio asilo y pronto fue aceptada por la manada cuando supieron que ambas ciervas eran destinadas, desde el primer instante en que sus miradas se cruzaron lo supieron, los colmillos de Nayeong picaban, nunca había deseado tanto marcar a alguien, a su esposo nunca lo marco, no había sentido la necesidad de hacerlo, tal vez era el hecho de que se amaban pero no eran almas gemelas, Hyunjin tenía 2 años y Felix uno, cuando ambas mujeres se casaron, los niños eran muy felices tras la llegada de Jeongeon y ella los amaba como a sus propios hijos, cinco años después la pareja seguía felizmente enamorada a lado de los dos cachorros, ambas se complementaban tan bien que incluso era suficiente para sostener a la manada.