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Capitulo XIII

Habían pasado tres meses desde que Chan se fue, la preocupación de Nayeon por no saber nada de su hermano cambio cuando una mañana, mientras salía de su habitación contemplo un cacho de hoja atorado entre la madera de su puerta, cuando la tomo y se dispuso a leerla creció en ella un gran enojo que fue delatado por su rostro enrojecido. 

"sé que estarás enojada, lo lamento, volveré después y te explicare todo. Encontré la manada de Changbin, por lo que veo su padre está bien. Saludos a todos. Chan".

Era lo único que decía aquel cacho de papel, -¿Qué sucede cariño?- pregunto Jeongeon acercándose a su alfa tras oler las feromonas de enojo que desprendían de ella, -este estúpido se desaparece por meses dejándome completamente preocupada y solo se digna a dejar una maldita nota- respondió Nayeon frunciendo el ceño y entregándole la hoja a su omega, la cual tomo y leyó, -bueno, por lo menos está bien, debes relajarte Nay, ya es un adulto y sabe cuidarse, tendrá sus razones y cuando regrese podrás hablar seriamente con el- dijo Jeongeon acercándose a la castaña para abrazarla, de inmediato Nayeon se tranquilizó al oler el delicioso aroma de su omega. Mentiría si dijera que ya no estaba molesta, pero tampoco se seguiría mortificando por eso, Chan ya había dado señales de vida, eso la mantenía tranquila. De inmediato notifico a la manada que el alfa estaba bien, todos pudieron respirar tranquilos tras la noticia, aunque era un misterio la razón por la que no había regresado y donde podría estar.

La amistad entre Félix, Seungmin y Marni, se había hecho más fuerte, pasaban mucho tiempo juntos, a veces acompañados de Hyunjin y Changbin, otras solo con el lobo, pero en su mayoría solo eran ellos tres, a Changbin le encantaba ver a Félix regresar a su cuarto con una gran sonrisa, se había vuelto más extrovertido, aunque no sabía con exactitud todo lo que hacían los tres, prefería no preguntar y solo quedarse con lo que Félix le contaba, definitivamente le gustaba mucho que su chico se divirtiera.

Félix se encontraba en su habitación colocando en su mesita una bolsa llena de cosas que Marni le había obsequiado y otras que había hecho con ayuda de Seungmin. Estaba realmente emocionado, deshizo el nudo de la bolsa y saco uno por uno aquellos artefactos, acomodándolos con delicadeza sobre la madera, recargo sobre la pared un espejito ovalado, alrededor de este se amarraban unas ramitas adornadas con florecitas de papel que Seungmin había hecho, luego coloco un cepillo el cual estaba hecho de ramitas cecas de trigo, el manco de este era de color rosa, prosiguió sacando unas cajitas de cristal que contenían una tinta roja, otras dos una pasta cremosa de color rosa y naranja, la última tenía la misma consistencia pero transparente, eso era maquillaje, un regalo de Marni, por ultimo saco unos palitos de madera colocándolos dentro de un vasito que tenía ahí y después un frasco transparente, este contenía una especia de aceite con flores de vainilla sumergidas en el fondo, lo había hecho con ayuda de Seungmin, él le había dicho que era una esencia para colocársela en el cuerpo, insistiendo que solo la usara cuando quisiera estar asolas con Changbin, aun no sabía el porqué. De inmediato prosiguió a cepillarse su cabello castaño, pasándolo a su frente y luego abriéndolo para descubrir la misma, después tomo la crema rosa, tomo un poco con su dedo índice y la coloco cuidadosamente sobre su parpado cerrado mientras con el abierto se miraba en el espejo, repitió la acción con el otro parpado, luego prendió una vela que tenía sobre su mesa y prosiguió a pasar uno de los palitos de madera sobre el fuego, solo hasta que se pusiera negro, soplo para enfriarlo un poco y de inmediato lo paso por el nacimiento de sus pestañas hasta la punta, causando que estas se levantaran un poco y a la vez se pintaran de un tono oscuro a causa de la madera quemada; "esto abrirá más tu mirada" fue lo que le dijo Marni mientras le enseñaba a usarlo; después volvió a tomar la crema naranja y se colocó un poco sobre sus pómulos, el color resaltaba sus pequitas, por ultimo coloco la tinta roja sobre sus labios y sello poniendo encima la crema transparente, la cual era aceite de coco, esto le dio un aspecto más brilloso a sus labios, también coloco un poco sobre sus pómulos para que se iluminaran. Vio en el espejo el resultado final y sonrió, se veía muy bonito y ansiaba que Changbin llegara para que lo viera, y así fue, la puerta de la habitación se abrió dejando ver al cenizo acompañado de una gran sonrisa al ver a Félix sentado en la orilla de la cama, -creí que llegarías más tarde- dijo Changbin mientras se acercaba a su castaño, - ¿Qué hiciste?- le pregunto mientras tomaba la mano de Félix para ponerlo de pie y proceder a abrazarlo por la cintura atrayéndolo más a su cuerpo, -te ves demasiado lindo, la verdad siempre, pero con eso que te hiciste resalta más tu belleza- le dijo Changbin mientras pasaba su mano por la mejilla del menor, causando que estas se pintaran aún más debido al rojo de su sangre subiendo por su rostro, -solo me puse un poco de maquillaje- respondió Félix esbozando una risita nerviosa tras sentir el tacto de Changbin, -pues te queda realmente bien y me encanta- le dijo Changbin plantándole un cálido beso en la comisura de sus labios, el cenizo estaba a punto de separarse pero el sabor a coco se impregno en sus labios, los relamió para probar y volvió a besar a Félix esta vez un poco más profundo para después capturar con sus dientes el labio inferior del castaño y tirar suavemente de él, Félix lo miro encandilado y volvió a besarlo rodeando el cuello del mayor con sus brazos. –Chicos la cena esta lis...oh- Jeongeon entro a la habitación de la pareja y de inmediato detuvo su acción al ver a ambos besándose, estos se separaron rápidamente al oír la voz de la omega, Félix con pena oculto sus brazos detrás de él y bajo la mirada, Changbin solo la observo con vergüenza, -lo siento Chicos, yo solo vine a avisar que la cena esta lista, aamm... los dejo, continúen- dijo Jeongeon con apenada para después salir, cerrando la puerta mientras soltaba un suspiro, -que vergüenza- dijo Félix volteando a ver a Changbin y en cuanto sus miradas se cruzaron ambos empezaron a reír, se tomaron de la mano y se encaminaron hacia el comedor.