Me desperté con el agradable sonido de las puñeteras piedrecitas de Oliver sonando contra la ventana. Fruncí el ceño aún con los ojos cerrados. Ya tenía moto, entonces por que Oliver venía por la mañana? Con mucha pereza y un dolor de cabeza prácticamente insopottable me levanté de la cama y ¡PUM! Me di de nuevo con las ruedas de la bici. Que bien, más mal humor para mi! Sobándome todavía la zona afectada, le quité el candado a la ventana y la abrí, con la mala suerte de que una de las piedras que estaba lanzando Oliver me dio en el ojo derecho. No una piedrecita pequeñita, no, una piedra en toda regla. Me volví a meter en la habitación soltando improperios hacia todo y todos y con grandes dificultades conseguí llegar al baño. Llamé a la puerta por si acaso Mike o alguno de sus amigos estaba ahí y me sorprendió que abriese la puerta el rubio de bote. Fruncí el ceño, pero como me dolía el ojo (que estaba muy hinchado y casi no lo podía abrir), el gesto fue acompañado por una mueca de dolor. Fue entonces que me fijé en que César tan solo tenía una toalla atada a la cintura. Nada más. Escudriñé su cuerpo sin pudor y ne detuve una micra de segundo más allí donde se encontraba su 'v' de las caderas. La toalla tapaba el resto.
- Disfrutas de la vista?- me preguntó burlón. Me encogí de hombros.
- Los he visto mejores.
- Dios, que te ha pasado en el ojo?- me preguntó con una mueca de... ¿preocupación?
- Emm...
- Cami!! Estás bien? Siento haberte dado con la piedra, no fue mi...- Oliver se detuvo detrás de mi y puso sus manos sobre mis hombros en ademán protector. Rodé los ojos.
- César, Oliver, Oliver, César. Ahora, tú te vas a clase y tú te apartas de mi camino para que pueda reparar mi hermoso rostro.- dije señalando por último a César.
Este levantó las manos con las palmas hacia mi mientras murmuraba un a sus órdenes, capitán. Lo fulminé con la mirada y se fue practicamente corriendo al cuarto de Mike. Puse los ojos de nuevo en blanco y en cuanto lo vi desaparecer por la puerta de la habitación, le pegué un puñetazo en la parte baja del estómago a mi querido Oli. Este se dobló sobre si mismo mientras trataba de coger aire.
- Y tu eres gilipollas o te lo haces? Ya tengo moto, para que narices sigues lanzando las putas piedrecitas? Ademas, cuando las lanzas no miras a ver si voy a salir o no? Bah, no respondas a la última pregunta, ya he descubierto yo misma la respuesta. Ahora ve afuera, coge tu hermoso culo y siéntalo en el asiento de tu moto y ve al instituto si no quieres que cuando arregle esto.- dije señalandome el ojo morado.- te patee el trasero.
Mi amigo salio corriendo hacia mi habitación y minutos despues oí como se cerraba la ventana. Suspiré con cansancio. Me miré al espejo e hice una mueca al ver que lo que antes estaba rojo por el golpe ya se estaba volviendo morado. Me eché un poco de agua fria y luego me puse un poco de crema antiinflamatoria. Aunque creo que para eso llegué tarde porque ya estaba un poquito inchado. Con otro estupido suspiro me vesti, me lave y me comi uno de los superimportantes cruasanes de Mike. Se pondría furioso, pero yo ya no estaría en el almacén para cuando se enterase. Toqué a su puerta y grité a pleno pulmón.
- Mike, levanta tu hermoso trasero si no quieres llegar tarde de nuevo!! Por cierto, sin querer (sin querer evitarlo, obviamente) me comí uno de tua cruasanes!! Estaba riquisimo!!- y justo cuando terminé de hablar escuché un ruido sordo del otro lado de la puerta.
- Mierda Cami, cuando consiga deshacerme de estas sábanas del demonio te voy a hacer vomitarlo!!- escuché su grito desde la puerta.
- Para eso primero debes alcanzarme!!- le dije con voz burlona mientras salía por la puerta del almacén. Corrí escaleras abajo hasta mi bb. Le di un beso en el capo antes de arrancarla. Escuché su ronroneo un rato antes de avanzar en dirección a la puerta del garaje. Escuchaba a Mike dando tumbos por todo el almacén y sus rápidas pisadas, lo que queria decir que como no saliese deprisa me iba a ahorcar. Salí a toda velocidad justo cuando mi compañero de "piso" salía por la puerta de entrada. Pude escuchar sus maldiciones mientras me alejaba a toda velocidad. Me había maldecido con Dora la Exploradora!! Él!! Le saqué el dedo del medio antes de perderme por la esquina de la calle. Llegué al edificio llamado instituto diez minutos despues de que sonase la campana. Entré por las puertas metálicas y dejé a Charlie aparcada en un sitio libre para motos. Saludé al conserje cuando entré al edificio y me dirigí a paso lento hasta el aula de historia. Entré sin llamar y coloqué mis cosas en mi sitio de siempre, al lado de Oliver. Este me miraba con cautela, pendiente de si estaba enfadada con él o no. Todos mis compañeros miraban con sorpresa mi moretón y luego murmuraban cosas. Ya estaba acostumbrada.
- Señorita Collins, sería usted tan amable de explicar su retraso a mi clase?
Yo me encogí de hombros.- Me comí un cruasant de mi compañero de piso y este me persiguió lanzandome maldiciones.
Mi amigo a mi lado se rio, lo que me hizo mas complicado aguantar mi risa.
- De que se rie, señor Finegan?
- Simplemente me he imaginado la escena y he descubierto que es normal en su compañero de piso su reacción.
- Bueno, ya me canse, Camille, ve al despacho del director y pregúntale cual es tu castigo.
- Señora, no me voy a mover de aqui hasta que me lo pida educadamente, que yo de momento no le he faltado al respeto pero usted si asi que hasta que no me hable con propiedad no voy a hacerle caso.
Mi profesora ya estaba roja de la furia y siseó más que dijo la ssiguientes palabras.
- Señorita Collins, sería usted tan amable de ir al despacho del director a pedir un castigo por llegar tarde otra vez?
- Por supuesto, no ve usted que no era tan dificil?- le dije con un poco de burla. Ella tan solo señaló en dirección a la puerta. Levanté las manos.- De acuerdo, de acuerdo, ya voy... PEro no se olvide de colocarse bien el peluquín!- le grité mientras salía corriendo del aula. Es tan divertido hacer enfadar a la gente!!
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Problemas, ¿por qué no?
Teen FictionElla. Pelivioleta, gruñona y con muy mala leche. Cuidado con ella porque muerde. Ama las motos y es muy inteligente. Chica problemas y morita son sus apodos. Tiene un pasado olvidado y un presente turbio. Solo hace caso a su mejor amigo. Juntos caus...