- Co... Como que nue-nuevo com-compañero de p-piso??- preguntó tartamudeando el pobre mientras cerraba la puerta del piso a su espalda. Sonrei complacida mientras observaba como se tiraba, literalmente se tiro de plancha, en el sofá de mi derecha. Pasé mis pies por encima del reposabrazos y mi cabeza por encima del otro, quedando así con la parte superior de mi cuerpo colgando por un lateral del sillón.
- Pregúntale a Carter, Sean, Caleb o Anthony.- dije encogiéndome de hombros. Él los miró abatido y pude ver una pizca de compasión en los ojos de Caleb.
- Vino esta mañana temprano a ver el piso. Es la nueva inquilina de la que te habló Anth, pero creo que ya os conoceis... Me equivoco?- preguntó con una ceja alzada. Rei suavemente y negué con la cabeza. Sean, quien había estado en la cocina todo el ratp desde que llegó, atravesó el salón ignorándonos a todos y, después de apartar las piernas de César, se sentó en el sofá a su lado a ver la tele. Lo miré fijamente lo peor que pude pero ni se inmutó. Carter, quien me había estado observando, se rió escandalosamente y tras limpiarse las lágrimas me habló.
- Cam, no te molestes, él es así y dudo que cambie.
Solté un pequeño suspiro de frustración y me desinflé en el sillón. Entonces se me encendió la bombilla y pegué un pequeño grito mientras me incorporaba de golpe. Sobresalté un poquito da nada a los chicos. Incluído el ignorante de Sean. Me llevé las manos a la cara y me sobé el rostro mientras buscaba con la mirada el móvil. Caleb se lo sacó del bolsillo trasero de sus pantalones.
- Buscas esto?- preguntó con una ceja alzada mientras me lo tendía. Fruncí el ceño.
- Si, gracias.- dije confusa. Rapidamente marqué el número de Mike.
- Si?
- Hola Mike, soy Camille.
- Cami?- me preguntó extrañado. Yo nunca lo había llamado por teléfono. Bufé.- Si, o crees que soy un teletubie que quiere raptarte de tu almacén en el que tienes como cartel en tu cuarto unos ponys?- le pregunté con sarcasmo. Lo escuché reir a través del altavoz.
- Okey, eres tu.
- Gracias, genio, no lo sabía. Por cierto, muchisimas gracias por dejarme vivir en tu almacen todo este tiempo, pero me voy a vivir a un apartamento, te importaría si voy a recoger mis...
- En serio me vas a abandonar de esa forma tan ruin y rastrera?- me preguntó haciéndose el ofendido. Sabía que estaba fingiendo pero no pude evitar que una punzada de remordimiento me pinchase el pecho. Hice una mueca. Al no escucharme decir palabra, se apresuró a volver a hablaf.- Hey, Cami, estoy de coña, eh! Me alegra mucho que hayas conseguido alquilr un piso.- me dijo con sinceridad. El remordimiento despareció y una sonrisa se formó en mis labios.
- Gracias. Em... Pasaré por mis cosas a las...
- Te refieres a todas esas cosas que se llevó hace una hora Oliver?- me preguntó con burla.
- Será cabrón...- murmuré. Mike rió y yo con él.- Adios pequeña ladrona de croisants.
- Mike, nos vamos a ver mañana en el instituto, no he muerto ni nada parecido...
- Mierda! Y yo que quería hacer una despedida teatral...
- Adiós Miky.
- Adiós Cami!!Colgué con un suspiro. Todos en la sala me miraban atentos. Fruncí el ceño. Anthony me miró con una ceja alzada.
- Novio?
- Que?! No!!!
Exclamé. Solo en pensar en Mike como posible pareja hacía que me entrase la risa floja y acabé en el suelo doblada por la mitad en busca de aire. César soltó una carcajada divertida.
- Mike? - preguntó con diversión. Asentí mientras me enjugaba las lágrimas con el puño de la chaqueta de cuero. Me la quité y la puse sobre el respaldo del sillón.
- Como lo has sabido?- le pregunté curiosa.
- Te has despedido de él con un Adiós Mike dos veces.- dijo con el ceño fruncido.
- Touché.
Y el timbre sonó. Anthony fue a abrir y tuvo un par de palabras con alguien antes de que entrase en la sala mi peliazul favorito. Corrí hacia él y salté a sus brazos con tanta fuerza que casi lo tiré al suelo. Ambos reimos mientras nos daba vueltas a ambos.
- Lo conseguí!- medio le grité al oído. Él cesó con las vueltas y me acarició la cabeza como a un perrito. Bufé. Me llevaba al menos una cabeza, medía 1'90!! Era una jirafa!!
- Ya lo veo pequeña.- me dijo con orgullo mientras inspeccionaba el piso. Y luego reparó en la presencia de los cinco chicos. Me puso tras su espalda y me preguntó mirándolos a ellos.
- Por favor, dime que son todos de Carpetazo y fuera.- casi me suplicó. Rei al recordar el término que usábamos para denominar a nuestros rollos de una noche.
- Noup.- dije saliendo de detrás de él. Una sonrisa apareció en su rostro.- Son mis nuevos compañeros de piso.- dije con una sonrisa inocente. Él frunció el ceño.- No te preocupes, que no voy a dejar que me hagan nada.
- No son ellos los que me preocupan, si no tu, chicos me compadezco de vosotros...- dijo el muy capullo con una mano en el pecho. Abrí mi boca de pura indignación y vi como todos los chicos reían. Incluido Sean. Y se me ocurrió hacer algo que cabrearía mucho a Oliver. Una estupidez, pero es que me había ofendido con el dichoso comentario... Moviendo exageradamente las caderas, me acerqué a César, le puse una mano en el cuello y lo besé con fiereza. Él, en medio de la confusión, me devolvió el beso. Hummm... Besaba bastante bien. Me separé y miré a mi amigo desafiante. Él tenía los puños apretados.
- Ahora ya tienes razones para pensar que soy una cualquiera.- le dije mientras hacía una mueca de dolor con mis labios hinchados por el beso. Sin darle tiempo a nadie para reaccionar, subí las escaleras corriendo y lo último que vi fueron los puños de Oliver aflojándose y su mueca de sincero arrepentimiento. No me importó. Necesitaba estar sola y para eso salí por la ventana de mi cuarto y bajé agarrándome a las tuberías hasta que toqué el suelo. Saqué las llaves de mi moto del bolsillo trasero de mis pantalones cortos y corrí hacia ella. De un salto me subí e hice rugir el motor para alertar a Oliver de que me iba. Acto seguido salí disparada hacia las carreras ilegales. De nuevo.
POV. Oliver
Mierda, mierda, mierda y más mierda. Por qué dije eso? Si yo sabía que ella no era de esas... Bueno, tal vez un poco pero yo no tenía ningún derecho a reprochárselo porque yo era peor. Mierda, mierda, mierda. Camille subió las escaleras con mucha rapidez y yo me pasé las manos por el pelo con frustración. Los cinco chicos me miraban con atención. Bueno, cuatro porque César estaba en las nubes. Rei. Había tenido la oportunidad de probar los maravillosos labios de mi hermanita pequeña. Yo tiempo atrás los había probado y me había quedado igual que él. Ahora no podría pensar siquiera en besarla. Iugh. Al cabo de unos minutos en silencio escuchamos el estruendoso rugido de la moto de Cami. Los chicos se sobresaltaron pero yo me limité a suspirar de alivio. Me estaba avisando que se iba a las carreras y allí NADIE permitiría que le pasase nada. Es como la hija o hermana menor de todos los que vamos allí. Todos la queremos de esa forma, incluído Mr. Perfect, como llama ella a Jimmy. Suspiré de nuevo.
- Va a estar bien, no os preocupeis. Alguien me ayuda a subir sus cosas?- pregunté divertido. A saber que cara pondrían al ver las cosas de Camille...
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Problemas, ¿por qué no?
Teen FictionElla. Pelivioleta, gruñona y con muy mala leche. Cuidado con ella porque muerde. Ama las motos y es muy inteligente. Chica problemas y morita son sus apodos. Tiene un pasado olvidado y un presente turbio. Solo hace caso a su mejor amigo. Juntos caus...