Suspiré con cansancio una vez más. Tras tomarse el hibuprofeno, Kathia se había quedado dormida en el sofá bajo la atenta mirada de los cuatro chicos. Yo me había ido a la cocina a descansar un poco de toda la situación. Estaba apoyada en la encimera con los ojos cerrados y las lágrimas a punto de caer cuando Caleb entró a la cocina, sobresaltándome. Me sequé la única lárgima a la que le habñia dado tiempo a caer y me sorbí la nariz para luego girar la cara hacia cualquier sitio menos a mi compañero de piso.
- Me da la sensación de que no es solo la pérdida de Kathia lo que te está afectando.- me dijo con voz dulce. Si tu supieras...
- Y tienes toda la razón, pero eso a ti no te incumbe. Además, a ella solo la conozco de hoy en el instituto. Jodido lugar que solo me trae desgracias...- murmuré para mi misma, lo que le sacó una risa a mi amigo. Lo miré con el ceño fruncido.
- Que?- le pregunté confusa.
- Que ella, solo en unas horas, ha conseguido atravesar la dura coraza del corazón de Camille.- dijo con cierto toque burlón. Yo rodé los ojos antes de quedarme pensativa. Rei amargamente.
- Si, pero solo porque se por lo que está pasando. De hecho, está pasando exactamente por lo mismo que pasé yo hace cuatro años y pico. Y no se cura. La herida no se cierra y el dolor no es siempre soportable. El tiempo, no lo cura todo.- dije con amargura. Sacudí la cabeza y puse la mejor de mis sonrisas falsas para dar por terminada la conversación.
- Y que hay de ti y Oliver?- le pregunté con el mismo tono e burla que él habia usado antes. Subí y bajé las cejas con rapidez y él se sonrojó. Estaba a punto de hacerlo cantar cuando sonó el timbre y escuché el grito de el Rey de Roma desde afuera.
- Heey! Dónde está Kati-Kat?- le preguntó mi mejor amigo a la puerta. Rodé los ojos y corrí a abrirle.
- A ver. listo, está durmiendo y como me despiertes a la niña, te pego de hostias, de acuerdo?- le pregunté mientras abría la puerta. Él se tapó las manos con la bcoa y simuló cerrársela con una cremallera y tirar la llave. Rodé los ojos de nuevo y lo dejé entrar al piso. Él se tiró en el sofá, al lado de Kathia, y saludó a los chicos con un leve movimiento de cabeza. Y luego cuando pensaba que yo no lo veía, les hizo un gesto silencioso que quería decir claramente: como toqueis a alguna de las dos os corto el cuello. Sep, ese es el Oli.Poli.Roli sobreprotector. Puse los ojos en blanco DE NUEVO y me tiré encima de él en plancha, casi tocando a mi pequeña padawan Kathia. Casi. Observé a mi amigo desde su regazo y lo amenacé con el dedo índice muy cerca de su respingona nariz.
- Como vuelvas a amenazar a esta panda de nenazas por mi o por mi pequeña padawan.- dije señalando a Kathia con la cabeza.- Te dejo sin opción a descendencia, capicci?
- Capicci, mi sargento!- dijo él haciendo un saludo militar. Negué con la cabeza a la vez que cerraba los ojos,- Oye, y ahora ella me ha sustituído como tu padawan?- me preguntó escasos segundos después haciéndose el "ofendido". Me reí bajito y conseguí murmurar algo antes de caer en los reconfortables brazos de Morfeo.
- Creo que ella ya ha pasado directamente a estatus de jedi mientras tú sigues siendo y serás por siempre jamás mi pequeño padawan pitufo.- le dije con tranquilidad y con las risas de mis compañeros de piso de fondo, me quedé profundamnete dormida en el regazo de mi mejor amigo.
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- Cami!! Despierta!!! Tienes que ir a trabajar!!!- eso fue lo primero que escuché al despertar. Los agradables gritos del jodido Oliver en mi oreja. Gruñí a modo de respuesta y luego abrí lentamente y con dificultad un ojo. Me encontraba tumbada en el regazo de... ¿Anthony? Me levanté de golpe y abrí ambos ojos como platos. Me los froté con los puños como haría un niño pequeño y busqué por la habitación la voz de Oliver. No lo encontré. Al ver mi confusión, Anthony habló.
- Es una grabación. Oliver se fue hace una media hora y grabó eso porque dijo que como nosotros te despertásemos nos comerías. O nos matarías. O nos harías pedacitos.- se encogió de hombros y yo puse los ojos en blanco ante las ocurrencias muy probables de mi amigo.- Son las... 16:45 y dijo que tienes que ir a trabajar a las 17 asi que tien...
No lo dejé acabar porque ya estaba corriendo hacia mi habitación para cambiarme.
- No despiertes a Kathia!! Está durmiendo en tu cama!!
- No grites, aborto de simio, si está durmiendo la vas a despertar!!- le grité de vuelta.
- Pues tampoco grites tu, cara de sapo!!- me gritó en respuesta. Bufé y seguí corriendo hacia mi habitación. En silencio como una pantera cogí mi ropa y salí de la habitación como un ninja. Nah, me tropecé al entrar y salir con una sillla que habñia por allí, sin querer encendí la luz dos veces y mis pantalones rotos se quedaron enganchados en otra silla y sin querer la volqué. La muy marmota de Kathia no se despertó. Suspiré de alivio cuando conseguí salir viva de la habitación y bajé corriendo las escaleras en ropa interior. Una vez en el salón, me vestí a toda prisa con mis pantalones rotos ajustados y una camiseta de tirantes rosa pálido. Cogí de la cocina mi chaqueta de cuero favorita y me la puse a la velocidad del rayo. Me despedí de Caleb con un beso en la mejila que nos soprendió a ambos y del resto de habitantes de Camillápolis con un grito. Corrí escaleras abajo hasta el garaje y saqué mi moto con un rugido. Conduje a toda prisa hasta la tienda de tatuajes y aparqué con bastante cuidado para frenar con un derrape. Corrí al interior de la tienda y atravesé las puertas justo en el instante en el que en mi móvil comenzó a sonar otra gravación de Oliver.
- A ver, mora andante, como no estés ahora mismo en el trabajo, mueve ese hermoso culo que tienes en la parte trasera de tu cuerpo del sofá y del regazo de Anthony y corre por tu vida hasta tu hermosa moto o "bb" como tu la llamas y conduce con cuidado pero con prisa hasta la tienda de tatuajes. Por cierto, estas en el regazo de tu compañero solo porque yo me tenía que ir al starbucks y no quería que te despertases. Lo amenacé on cortarle los huevos si se atrevía a tocarte mientras dormias. No me mates, por favor, en un futuro quiero ver correr a miniOlivers por mi futura mansión y cojerlos en brazos junto a mi querida esposa Kristen Stewart. Sabes que te quiero. Tu pequeño padawan.
Me hice un maravillloso facepalm delante de Óscar y Mason, quienes estaban prácticamente en el suelo partiéndose el culo de risa. Me encogí de hombros y me uní a ellos.
- Tu novio?- me preguntó una vez calmado óscar. Negué con la cabeza.- Mi mejor amigo que recientemente he descubierto que es gay.- dije encogiéndome de hombros. Óscar asintió, comprensivo, y señaló con la cabeza a mi otro jefe. Me rei disimuladamente y caminé hasta la parte trasera del local, done se encontraba el espacio para el tatuador.
- Pero no lo has abandonado por ser gay, no?- me preguntó Mason. Puse cara de horror puro.
- Cómo lo voy a dejar? Es mi hermano gemelo nacido en otro dia y hora y de diferente madre que he encontrado hace dos años. Por dios, ni que ser gay fuese una enfermedad contagiosa. Cómo voy a abandonar a mi pequeño padawan solo por eso? Lo unico que me fastidia es que me haya tenido que enterar porque practicamente le vi haciendo manitas con uno de mis compañeros de piso...- murmuré pensativa para mi misma. Mason se rio suavemente, aunque yo no entendi por que, y se fue a sentarse detrás del mostrador. Me encogi de hombros y me senté en mi taburete a esperar que llegase algún cliente.
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Problemas, ¿por qué no?
Teen FictionElla. Pelivioleta, gruñona y con muy mala leche. Cuidado con ella porque muerde. Ama las motos y es muy inteligente. Chica problemas y morita son sus apodos. Tiene un pasado olvidado y un presente turbio. Solo hace caso a su mejor amigo. Juntos caus...