Él bufó divertido mientras rodaba los ojos.
- Mejor no pregunto.- dijo abatido.
- Mejor no.- le contesté asintiendo enérgicamente con la cabeza.
Ambos nos miramos fijamente a los ojos antes de estallar en carcajadas. De pronto, la puerta se abrió de golpe, estampándose contra la pared. Miré con interés al joven rubio que trataba desesperadamente de pasar a través de la puerta con una tabla de surf. Enarqué una ceja y me bajé deeun salto de la barandilla. Me acerqué a él y sin decir palabra le giré lq hermosa tabla, de modo que ésta podía pasar sin problemas por la puerta. El rubio me miraba con los ojos maravillados, como si hubiera hecho un milagro. Puse los ojos en blanco y volví a mi sitio en el balcón. Desde ahí pude observar como metía la tabla en un enorme armario y luego se sacaba la camiseta, como si yo no estuviera alli. Sin darle importancia, miré su desnudo torso con detenimiento. Acaso todos los amigos de mis amigos tenían que estar buenos obligatoriamente? Además, desde cuando un rubio tiene ojos grises? Es tan antinatural y a la vez tan sexy...! Salí de mis perversiones mentales y volví de vuelta al mundo real.
- Sean, esta es Camille, va a alquilar la sexta habitación.
Él me miró con curiosidad y luego se encogió de hombros.- Valep.
Me giré hacia Carter, pero este simplemente se encogió de hombros. Imité su gesto y bostecé. Empezaría a trabajar mañana por la tarde, por lo que no tendría tanto tiempo para ir a las carreras. Aquello me dejó pensativa. Mi móvil sonó justo cuando la puerta de entrada se abría de nuevo, dejando a la vista a un semidios griego. En serio? No estaba en un programa de cámara oculta o algo? Miré el identificador de llamadas. Oliver. Suspiré y miré la hora. Tan solo eran las 11:35... Descolgué.
(La letra en cursiva es la conversación por teléfono.;) )
- Hola?- pregunté.
- Camil! Donde estás? Te llevo llamando toda la mañana... Estas en las carreras?- me preguntó con emoción. Al parecer alguien tenía ganas de adrenalina... Rei.
- No, estoy en mi nuevo piso. Conseguí el trabajo de tatuadora, me dieron hoy la primera paga y mañana empiezo.
- En serio?
- No, te estoy mintiendo porque me sirve de mucho eso.( sarcasmo mode on por favor)
- Ja,ja,ja. Okey, me alegro por ti pequeña! Oye, me das la dirección? Así voy allá cuando me canse de estar aquí...
- Claro es *********, lo tienes?
- Zip. Adios pequeña padawan!
- Adios Olivia querida!Y con esa última frase a modo de despedida colgué. El semidios griego me miraba con el ceño fruncido desfe la puerta. Aparentaba tener al menos veinte o diecinueve. Pelo castaño, ojos marrones, cuerpo... Uff, si seguía a aquel paso, mis hormonas se iban a descontrolar...
- Emm... Hola?- preguntó dudoso.
- Holap. Soy la nueva inquilina. Camille, pero prefiero Cami.
- Caleb. Encantado. Carter ya te enseñó la que será tu habitación?
- Noup.
- Ok, ven. Será la que está en la parte de arriba del duplex.
Asentí y lo seguí escaleras arriba. Cuando iba por la mitad de los escalones, me giré y vi a Sean en la cocina y a Carter mirándome. Levanté una ceja como diciendo están todos así de buenos? A lo que él contestó con un asentimiento de cabeza y una risa grave. Fingí acaloramiento e hice como que me abanicaba la cara con la mano. Acto seguido subí los escalones que quedaban y llegué a la que sería mi habitación indefinidamente. Sonreí. La estancia constaba de una cama de matrimonio con sábanas amarillas, una mesilla de noche a cada lado de la cama, una lámpara en cada mesilla y una cómoda y un armario. Las paredes eran blancas y desnudas completamente pero eso ya lo arreglaría más tarde. Había una puerta que daba a un baño propio. Mi pequeño paraíso.
De un salto me tiré en la cómoda y blandita cama y suspiré de felicidad. EScuché la risa de Caleb desdea puerta. Me incorporé sobre mis codos y lo miré con una ceja alzada y una sonrisa.
- Que te pasa?
- Eres una persona muy curiosa...
- Ah si?
- Si, empezando por tu pelo, siguiendo por tu cantidad sorprendentemente alta de tatuajes comparado con la pequeñez de ru cuerpo y acabando de momento con tu extraño comportamiento.
Lo miré seria y dije con voz de "sabio".- Todo tiene una razón.
Él asintió, de acuerdo con mi taaaaan profunda reflexión y nos miramos antes de reir. Bajé de la cama de un salto y el timbre sonó. Bajé corriendo las escaleras y abrí la puerta con la esperanza de que fuera Oliver. En su lugar se encontraba un chico de aproximadamente la edad de Caleb con el pelo teñido de verde grinch. No pude ocultar mi decepción y con un suspiro me aparté de la puerta y me tiré a lo largo de uno de los sofás. El chico entró, mirándome con curiosidad.
- Vaya, nunca había entrado en mi casa, que mi puerta fuera abierta por una desconocida y que aún encima 3dta se desilusionara al verme. Definitivamente hoy no es mi día.
Aquello consiguió sacarme una risita divertida. Él me miró con una amplia sonrisa y luego caí en la cuenta. Era la voz del chico con el que hablé por teléfono.
- Soy Anthony, y tu debes de ser Camille.... Tenías razón al decirme que serías facilmente reconocible.- dijo mirándome de arriba a abajo. Puse mis codos tras mi cabeza y cerré los ojos.
- Debo suponer por tu postura entonces que alquilarás, no?
- Huummmhumm...- le respondí medio adormilada. Me daba mucha pereza abrir los ojos y contestarle como una persona civilizada. A él pareció hacerle gracia porque se rió. Medio abrí mi ojo izquierdo para mirarlo. Él también me estaba mirando por lo que nuestros ojos se encontraron.
- Así que ya solo falta César.- dijo después de unos momentos. Me incorporé de golpe al oír el nombre masculino.
- Ce... César?- pregunté cuando clnseguí que las palabras fluyesen por mi garganta reseca. Él asintió lentamente. Me dejé caer de espaldas de nuevo en el sofá. Recé a todos los dioses existentes porque el César que vivía en aquel piso fuese el rubio teñido. La cerradura de la puerta se abrió con un chasquido, dejando al descubierto al teñido. Mierda.
- Cami?- preguntó confundido. Traté de esconder mi frustración con una sonrisa falsa.
- Hola nuevo compañero de piso!!
Él se puso blanco. Me rei internamente. Em serio, era normal que me causara tanto placer ver sufrir a la gente?
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Problemas, ¿por qué no?
Teen FictionElla. Pelivioleta, gruñona y con muy mala leche. Cuidado con ella porque muerde. Ama las motos y es muy inteligente. Chica problemas y morita son sus apodos. Tiene un pasado olvidado y un presente turbio. Solo hace caso a su mejor amigo. Juntos caus...