Capítulo 23

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POV. Camille

Todos en la puñetera habitación blanca se quedaron callados y estáticos. Por que todas las putas habitaciones de los hospitales tienen que ser blancas? Si alguna vez tengo un hospital, juro solemnemente que las paredes serán cada una de un color distinto. Aguardé con la cara escondida en el cuello de mi amiga a la espera de que alguien hablase. Necesitaba que alguien hablase urgentemente.

- Cómo que te lo dijo el jefe del asesino la noche anterior?- preguntó finalmente Anthony en apenas un susurro.

- Significa lo que significa. Aquel día, hace tres años y medio en A Coruña...

Flashback

Tenía catorce años, era ingenua y amaba a mis padres como a pocas cosas. Volvia del instituto como siempre, sola porque Charles no podía acompañarme porque tenía que ir a comer a la casa de su abuela, que estaba en la otra punta de la ciudad. Respiraba hondo cada poco tiempo para aspirar el dulce aroma a pan que invadía las calles de mi barrio. Giré por un callejón por el que nunca había pasado y me encogí sobre mi misma al notar una ráfaga de aire helado. Me abracé el torso con mis brazos desnudos y aceleré el paso para recorrer cuanto antes el oscuro camino pero un señor gordo, mas bajito que yo y de aspecto imponente se interpuso en mi huida de las sombras. Me miró con los ojos inyectados en sangre y habló con la voz ronca, echándome su aliento apestoso de alcohol en toda la cara.
- Vaya, vaya, mira quién está aquí, la niñita de Ángela y Jorge. Bueno, sinceramente esperaba que fueses más... Más. Simplemente esperaba más.
Lo miré confusa y sin llegar a comprender la situación. Como aquel hombre conocía los nombres de mis padres? Como era que él me conocía? Por qué esperaba... Más? Lo miré con los ojos entornados antes de tratar de pasarlo de largo, pero su brazo peludo en mi cintura me lo impidió. Gemí con desesperación cuando tiró de mi pelo negro atado en una coleta hacia atrás, quedando así mi oreja a la altura de su boca.
- Escucha atentanente, niña. Mañana al mediodía, un joven vestido de negro va a matar a tus padres y te vas a quedar sola porque ellos me deben dinero y no me lo han pagado.- me "confesó" con su horrenda voz de borracho. Hice una mueca de asco antes de soltarme de su agarre y alejarme unos cuantos pasos de él.
- Está usted loco.- le dije asqueada. Él se limitó a reir maliciosamente y a encogerse de hombros con indiferencia.
- Todos lo estamos y llega un día en el que esa locura se manifiesta. Tarde o temprano siempre aparece pero creo más correcto afirmar que en estos momentos estoy, más que loco, borracho como una cuba.

Fin Flashback

- ... Y salí del callejón corriendo en dirección a mi casa. No le dije nada a nadie de lo ocurrido y al día siguiente al mediodía mis padres murieron asesinados por un chico joven de alta estatura y ojos increíblemente verdes.- finalicé con un suspiro entrecortado por los sollozos.
- Joder...- escuché gemir a César antes de oír un fuerte portazo y pasos apresurados, casi a la carrera. Extrañada, levanté mi cabeza del hombro de Kath y observé con los ojos nublados por las lágrimas a mis amigos. De un momento a otro y sin avisar, Oliver se acopló con nosotras en la cama y me abrazó con tanta fuerza que me hizo ahogar un potente grito de dolor, pero no lo dejé salir y lo apreté más aún contra mi. Necesitaba sentir los brazos de mi mejor amigo a mi alrededor. Poco a poco los demás se fueron acercando y nos fundimos en un hermoso y asombrosamente reconfortante abrazo grupal. Dios, que cursi! Pero bueno, al fin y al cabo, efectivo. Muy efectivo.

Problemas, ¿por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora