Mi Mejor Pesadilla. Mi Peor Sueño. Peter Pan y _____. ||FINALIZADA|| ||EDICIÓN|

33- El ensayo de una terrible boda

Bailar, odiaba bailar. No, en realidad odiaba bailar con Alex. Su olor, su cabello, odiaba todo de él. ¿En qué momento pasó esto? Aún no estoy muy segura, solía quererlo como a un hermano, pero ahora lo odiaba.

— ¡Estás haciendo todo mal _______! —exclamó mi madre.

— Tranquila, no seas tan dura con ella. —dijo Alyssa, la madre de Alexander.

— ¡Es que solo pisa a Alexander y no tiene ritmo! —caminó hasta a mí y golpeó mi cabeza con su abanico— ¿Acaso no quieres casarte con él?

Que silencio tan más incómodo, la respuesta era obvia. Todos sabíamos lo que pensaba, pero aún así debía fingir estar enamorada.

— Claro que quiero, pero estoy cansada. —me excusé— Llevamos todo el día aquí, practicando la ceremonia religiosa, el baile y todo. Estoy cansada madre y muy pronto será mi coronación.

— Quizá es hora de parar. —Alexander puso una mano sobre mi hombro dándome apoyo.

— ¿Les parece si pasamos al salón por unos refrigerios? —dijo Joe.

Todos siguieron a mi padrastro, yo dí la vuelta y caminé a las escaleras que llevaban al pasillo de mi habitación.

— ¿No vendrás? —preguntó Alex.

— No, quiero descansar. Y te agradecería si me dejaras sola. —le sonreí amablemente.

— Está bien. —beso mi mejilla y se fue.

Limpié dónde había puesto sus labios. ¡No lo soportaba!
Al entrar a mi habitación arrojé los zapatos y me tiré en la cama. ¿Qué estoy haciendo? No lo amo, estoy dispuesta a dar mi felicidad por la paz entre nuestras naciones.

— Cielito, ¿interrumpo? —abrí un ojo y ví a Peter recargado en la puerta— Me pasaba por aquí y creí que era bueno venir a saludarte.

— Peter, deberías estar descansando. —me puse de pie— No tienes mucho tiempo para decidir y lo desperdicias conmigo.

— Es un sacrificio que estoy dispuesto a tomar. —caminó por la habitación observando los cuadros y detalles en las paredes, frenó frente a la chimenea que estaba apagada y pasó las manos sobre más esculturas que ahí descansaban— Tienes gustos finos pero excéntricos, esa foto tuya es muy aduladora y realista.

— Lo sé, parece una fotografía. —la palabra resonó en mi cabeza, ¿qué demonios era una fotografía.

— ¿Foto qué? —arrugó la nariz— Como sea, ¿has descubierto algo?

— No, de hecho comienzo a creer que es una pérdida de tiempo. —caminé a su lado— Ya tengo bastante soportando a Alexander como para también tener que indagar sobre si es malvado o no. No tengo tiempo ni ganas para esto, Peter.

— ¡Es que lo es! —pasó la mano sobre un dragón llenó de rubíes y bellos cristales. Se escuchó un "click" y un camino bajo la chimenea comenzó a formarse— ¿A dónde lleva esto?

— N-no tengo idea. —un mar de imágenes nadaron en mi mente— Pero creo que deberíamos ir.

Las llamas brotaron de mi mano, entré primero para alumbrar el camino, en cuanto Peter entró la puerta se cerró.

— Es espeluznante.

Bajamos durante unos diez minutos, llegamos a un cuarto blanco con bolitas de luces blancas extrañas en el techo. Había un montón de cosas, papeles, fotografías y cajitas mágicas.

— ¿Qué es esto? —tome una cajita que se encendió, tenía una imagen de la luna sobre una playa y marcaba la hora. Deslicé mi dedo hacía arriba y otra imagen apareció— Esto es mucho más que brujería.