Capítulo 3

2K 124 31
                                    

Llevábamos un rato sin hablar, él solo se dedicaba a mirarme fijamente si quitar esa sonrisa. Yo tenía tantas preguntas, y mucho miedo, pero notaba que no me iba a hacer daño. No podía creerlo, estaba secuestrada por un demonio.

-¿Pero por qué yo?

-Cuando lleguemos a casa te lo explicaré todo con más tranquilidad. No queda mucho para llegar, ¿verdad Klaus? -Le pregunto al conductor mientras bajaba el cristal negro que nos separaba de él.

-Ya casi estamos señor. -Respondió él girándose en su asiento cuando paramos en un semáforo.

Yo me quedé impactada, era la misma persona que el hombre de la cafetería que me había atendido esta mañana.

-Tú me pusiste algo en el café, ¿verdad?

-Así es señorita Katherine, lo siento mucho, pero no iba a aceptar venir con nosotros voluntariamente. Un gusto volverla a ver.

-No puedo decir lo mismo. -Respondí cabizbaja.

Al poco tiempo el coche se paró a la entrada de una gran y hermosa casa.

Al poco tiempo el coche se paró a la entrada de una gran y hermosa casa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Aparcó en el parking y el demonio salió del coche. Fue a la puerta donde yo me sentaba y la abrió para mí.

-Gracias. Por cierto, no me has dicho tu nombre.

-Mi nombre es Ethan, Ethan Harks. -Respondió él.

Yo me quedé impresionada al ver la gran casa, no podía salir de mi asombro.

-Bienvenida a tu nuevo hogar Katherine, ahora vivirás conmigo.

-¿Qué? ¡No, yo no quiero vivir contigo, quiero volver a mi casa! -Le grité. -Por favor, déjame volver. -Dije mientras que las lágrimas salían de mis ojos.

-No, ahora eres mía, lo que significa que tienes que pasar la mayor parte del tiempo conmigo, y eso no sería posible si viviéramos separados. -Respondió mientras quitaba las lágrimas de mis mejillas con su dedo pulgar.

Cuando vi que se descuidó un momento empecé a correr hacía la valla que aún seguía abierta.

Cuando ya casi había llegado él apareció de repente delante mía, haciendo que chocara con su corpulento pecho. Del golpe perdí el equilibrio, pero antes de que mi cuerpo chocara contra el suelo él me sostuvo.

-Eso a sido una muy mala idea pequeña, te recuerdo que soy un demonio y soy mucho más rápido que tu. -Me dijo para acto seguido cargarme y ponerme encima de su hombro, para así llevarme a dentro de la casa entre mis quejas y patadas.

Noté como subíamos unas escaleras aún en su hombro. Entramos a un cuarto y me dejó caer boca arriba en la gran y mullida cama.

Yo abracé mis rodillas y me puse lo más alejada de él, hasta que mi espalda tocó el cabecero de la cama.

Ethan se sentó de lado en la cama con su cuerpo girado para mirarme.

-Ya que ahora estás más calmada, te voy a contestar a todas esas preguntas que rondan por tu hermosa cabecita, pero sin intentar huir, ¿vale?

-Está bien.

-Mi nombre es Ethan Harks y soy el hijo de Satanás, el rey del infierno.

No me lo podía creer, de todos los demonios que aparentemente existían me tenía que tocar el hijo de Satanás. Yo lo miré incrédula y el miedo se apoderó de mí.

-Tranquila, como ya dije no te voy a hacer daño.

Yo asentí.

-Bueno continúo, mi padre lleva diciéndome hace un tiempo que debería buscar a alguien con quien compartir mi eternidad, porque algún día me tengo que casar y así yo seré el rey del infierno. Después de buscar entre los demonios mujeres y ver que ninguna me gustaba decidí venir a buscar entre los humanos. La mujer con la que me iba a casar debía cumplir una lista de requisitos, y te encontré. -Me dijo mirándome fijamente a los ojos mientras tomaba mi mano con delicadeza. -Llevo cinco años humanos detrás tuya Katherine, te he visto crecer, te he visto disfrutar y también te he visto sufrir con la muerte de tus padres, y lo siento mucho por ello.

A mí se me escapó una pequeña lágrima que él retiró de mi cara, el tema de mis padres era demasiado sensible para mí.

-Kate, con cada día que pasaba me gustabas más, y decidí ver si éramos compatibles y si había alguna posibilidad de que tú fueras la indicada. Por eso es que has estado soñando conmigo durante más de un mes. Los demonios solo podemos introducirnos en los sueños de las personas si esas dos personas están destinas a estar juntas.

-¿Y por qué esperaste cinco años para comprobarlo?, podías a verlo intentado antes.

-Aún eras muy pequeña, y tenía miedo de que no funcionara y que tu no me correspondieras. Eso me devastaría, porque sabes Kate, me he enamorado de ti solo con observarte crecer.

-¡Pero yo no te correspondo, eres un estúpido demonio que lo único que está haciendo es secuestrarme! -Aparté su mano de la mía y le di una bofetada.

Sus ojos se pusieron rojos, y antes de que pudiera hacer algo lo tenía encima de mí, agarró mis manos con fuerza y las puso encima de mi cabeza.

-Ahora eres solo mía, harás lo que te diga y cuando te lo diga. Te daré tanto placer que pensarás desfallecer, y lo más importante, haré que te enamores de mí.

De repente juntó sus labios con los míos, en un beso feroz y lleno de deseo por su parte. No le correspondía, pero con su lengua hizo que mi boca se entreabriera para poder introducirla y haciéndome imposible no corresponderle.

-Tengo tantas ganar de arrebatarte tu delicada virginidad, tantas ganas de hacerte mía y que gritas y gimas mi nombre. -Dijo a tan solo unos escasos milímetros de mis labios. -Será esta noche, después te explicaré las normas y algunas cosas que quiero que sepas.

Se levantó con cuidado de no aplastarme y se colocó bien la camisa. Yo estaba en shock tratando de recuperar el aliento que ese beso que había arrebatado.

Ya no llevaba la americana negra, no sabía cuando se la había quitado, pero así se podían notar más sus músculos. Por dios Katherine céntrate, es un demonio, te acaba de secuestrar y te acaba de decir que esta noche te quitará la virginidad, pero es tan sexy y tan caliente.

-Deberías dormir, también puedes echarle un vistazo a la habitación, ya que ahora está será nuestra habitación, donde dormiremos juntos y te haré más cosas que dormir. -Soltó mientras sonreía con lo último.

Antes de que pudiera replicar él salió de la habitación dejándome sola. 


Acordaos de votar si os a gustado, por favor me ayudáis mucho para seguir escribiendo.

Dama del demonio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora