Empezó a besarme salvajemente, al principio no le correspondí, pero cuando sus manos empezaron a levantar mi camiseta y tocaron mi piel mi boca se entreabrió para soltar un suspiro. Él aprovechó e introdujo su lengua en mi boca a la vez que sacaba mi camiseta.
—Para, por favor para.
—Ni loco, ya no esperaré más, llevo más de un mes así, si no es por las buenas será por las malas.
Empezó a besar mi cuello donde mordía y chupaba toda aquella zona hasta marcarla. Bajó los besos por el pecho donde lo masajeó y lamió aun con mi sujetador puesto. Siguió su camino hasta el abdomen donde pareció encontrarlo entretenido ya que estuvo ahí bastante tiempo. Yo no paraba de moverme bajo él, pero no era en forma de rechazo, era de placer.
—Veo que tu cuerpo empieza a aceptarme, eso significa que ya estás bastante excitada.
Bajó mi pantalón hasta quitarlo y me dejó solo con mi ropa interior. Él rápidamente se quitó su camisa, yo bajé mis manos hasta el borde de sus pantalones y los empecé a bajar aún estando él arriba de mí.
—Veo que tienes ganas. —Dijo él ayudándome a acabar mi trabajo hasta quitarlos por completo.
A simple vista se podía notar su gran erección que parecía querer romper su bóxer. Yo me sentía demasiado excitada, mi sentido común se había ido a la mierda y lo único que deseaba en ese momento era a él.
Cuando no me lo esperaba rápidamente quitó mi sujetador y lo lanzó a alguna parte de la habitación. Ethan atacó mis pechos mis pechos mordiéndolos y lamiéndolos mientras que el otro lo masajeaba con su mano.
—Para, no quiero. —Le conseguí decir entre jadeos cuando mi sentido común pareció volver.
—Jamás, ya te he esperado bastante. Hoy no pienso parar, y tú tampoco te negarás.
Siguió bajando sus besos hasta que su cara quedó enfrente de mi vagina aún cubierta por mi braga y empezó a acariciar mi clítoris por encima de la ropa interior. Ya que no me iba a dejar podía dejarme llevar. Después de todo, en ese momento era lo que más deseaba.
—Más, más rápido por favor... —Le supliqué.
—Hace poco me pedía que parara y ahora me pides por más. No hay quien te entienda pequeña Kate, pero me calientas tanto...
Poco a poco fue bajando mi ropa interior hasta quitarla por completo y antes de que pudiera hacer algo su lengua impactó contra mi clítoris, empezando a seguir con ella un ritmo bastante rápido y muy placentero.
—¡Dios! —Grité yo.
—No te equivoques querida, no es Dios quien te está dado el mejor oral de tu vida, es el mismísimo demonio, hijo de Satanás y llamado Ethan Harks. Así que a partir de ahora solo puedes gemir mi nombre, ya que Dios prohíbe este tipo de actos.
Esas palabras hicieron que el orgasmo se acercara y él al notarlo aumentó la rapidez de sus movimientos. De golpe metió dos dedos dentro de mí. Empezó a embestirme con estos de una forma brusca y rápida, hasta que finalmente exploté en un delicioso y abrasador orgasmo.
Él observó sus dedos empapados y se los llevó a la boca para succionas mis propios fluidos.
—Quiero que te pruebes a ti misma. —Dijo él para luego besarme y meter su lengua en mi boca, así pudiendo saborearme.
He de ser sincera, y es que mi propio sabor no me desagradaba para nada, sobre todo en la boca de Ethan.
Él se quitó su bóxer y empezó a masajear su miembro suavemente. Este estaba en su máximo tamaño.
—Al ser tu primera vez puede que te duela un poco, pero ese dolor no durará mucho tiempo tranquila, tu solo relájate y disfruta, porque es lo que yo voy a hacer.
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Dama del demonio.
Roman d'amourKatherine Brown es una chica de 20 años que estudia Bellas Artes en Nueva York. Tras sufrir la muerte de sus padres en un accidente de tráfico ella está dispuesta comenzar una nueva vida sola y centrarse en los estudios, Pero todo se quedará en un i...