Capítulo 7

1.6K 104 1
                                    

Rápidamente cogió mi cintura, me levantó y caminó hasta dejarme caer encima del sofá. Él cayó encima mío pero sin aplastarme y empezó a besarme desesperado.

—¡¿Qué haces?! —Solté cuando noté que su mano bajaba lentamente hasta el cierre de mi pantalón.

—Quiero que tu primera vez sea especial, pero hasta ese momento podemos divertirnos un poco, no aguanto más.

—T-tengo que ir a clase. —Dije con voz temblorosa y un poco excitada.

—Pequeña mentirosa, ahora tienes una hora de descanso hasta tu próxima clase, me he memorizado tu horario. Así que no intentes colármela. ¿Te acuerdas que esa era una norma? Te la recuerdo, prohibido mentir.

—L-lo si-siento.

—Lo lamento mucho pequeña, pero voy a tener que castigarte.

—¿Qué? No por favor. —Le supliqué, tenía miedo de lo que me podía hacer.

—Tienes que aprender a controlarte, y además, llevas todo el día llevándome la contraria, así aprenderás a obedecer.

Se quitó la corbata que llevaba puesta y ató mis manos, para luego colocarlas encima de mi cabeza.

—No las puedes mover de ahí, si lo haces será peor.

Empezó a desabotonar mi pantalón hasta bajarlo por completo y quitármelo después de mis zapatos, dejándome solo con mi ropa interior y mi camiseta.

Puso un dedo en mi clítoris y empezó a moverlo en círculos por encima de la ropa. Yo arqueé un poco la espalda y solté un pequeño gemido por la sensación tan placentera.

—Te pasa todo el díanegándote a entregarte y quejándote de mí y ahora te arqueas de por el placerque te causo, no hay quien te entienda Kate. -Dijo él para luego comenzara bajar mi ropa interior.

—Ya, para por favor. —Dije yo con la voz entrecortada.

—No, no, no. —Respondió moviendo la cabeza de un lado a otro. —Tranquila, relájate, dentro de unos minutos rogarás porque continúe.

Acabó de quitarme mis bragas y de golpe metió un dedo dentro de mí, haciendo que soltase un fuerte gemido, empezaron a moverse lentamente y luego fueron aumentando la velocidad.

—Dios nena, que mojada y caliente estás, debes estar deliciosa, déjame probarte. —Dijo para luego sacar su dedo de mi interior y llevárselo a la boca succionando mis fluidos. —Demonios, si que estás rica, me vas a volver loco.

No sé porque, pero ese acto me calentó muchísimo y solo quería que sus dedos retomaran el trabajo que estaban haciendo.

Esta vez metió dos dedos de golpe dentro de mí y empezó a moverlos de una manera demasiado placentera. De vez en cuando notaba como se tocaba por encima de la ropa, él también estaba muy duro.

Cuando una ligera presión se empezó a formar en mi bajo vientre él con su pulgar empezó a frotar mi clítoris. Yo no podía dejar de gemir, y justo cuando iba a llegar al tan deseado orgasmo él paró sus movimientos y sacó sus dedos de mí.

—¿Por qué paras?

—Es el castigo nena, y ahora me tocaré yo hasta correrme encima de ti, pero tú no lo vas a hacer.

—Por favor Ethan, estoy temblando, no me puedes dejar así. —Le supliqué mientras mi cuerpo temblaba por llegar al borde del orgasmo y no obtenerlo.

—Te dije que al final suplicarías porque continuase. ¿Pero qué clase de castigo sería ese si hago lo que tú me pidas? —Contestó mientras bajaba sus pantalones y su bóxer al mismo tiempo, dejando así libre su gran miembro.

Yo tragué saliva al verlo de esa forma y bajé mis manos hasta mi parte íntima para acabar lo que él había empezado. Pero antes de que mis manos tocaran mi piel él cogió mis muñecas y las volvió a poner arriba de mi cabeza.

—Te he dicho que no las puedes bajar.

–Pero quiero acabar, por favor, no me dejes así.

—Joder nena, estás tan vulnerable así. Pero no, tienes prohibido acabar, es tu castigo.

Él empezó a masajear sumiembro mientras yo solo lo miraba muy excitada.

—Por favor, para. —Le dije.

—¿Por qué debería parar? ¿Para quitarte las ganas? De eso nada.

Al ver que no contestaba continuó, pero esta vez más rápido y fuerte. Su mano se deslizaba con mucha facilidad por su miembro, el líquido pre seminal salía en gruesas gotas en la punta y acababa en mi cuerpo. Se le escapaban gemidos y gruñidos por el placer. No apartaba su mirada de mi cuerpo y eso parecía excitarlo aún más. Noté como se empezaba a tensar y apretaba su mandíbula.

—¡Joder! —Gruñó mientras derramaba su semen encima de mi abdomen.

Rápidamente cayó a un lado del sofá exhausto. Yo me quedé viendo mi abdomen. No había llegado a manchar la camiseta ya que estaba levantada hasta la altura de mis pechos.

—Esto ha sido demasiado placentero. —Soltó él mientras se acercaba y acariciaba mi mejilla para luego desatarme las manos.

—No puedo decir lo mismo. —Dije yo apartando su mano.

—Es lo que pasa cuando no cumples las normas. Cúmplelas y conseguirás alcanzar el placer que tanto deseas.

—Esto no volverá a pasar.

—Claro que no, la próxima vez acabaré dentro de ti y tú conmigo.

—Me refiero a que no volverás a tocarme.

—Por favor, claro que loharé, y muchas veces además. Porque hoy me has demostrado que te doblegas ante míy el placer que te causo. Y encima me has rogado por que continuase, obviamente mueres porque te tome. Aunque cuando sales de la excitación y vuelves a la normalidad te niegas.

Y es que era verdad, dentro de la excitación que me causaba no podía parar de suplicarle por que continuase, en cambio cuando volvía a la normalidad me negaba a estar con él.

Él se levantó y caminó hasta su escritorio, abrió un cajón y sacó un paquete de toallitas húmedas. Se acercó, cogió una y empezó a limpiarme.

—Veo que estás preparado para cualquier tipo de ocasión. —Dije yo con falso asombro.

—Siempre lo estoy.

Acabó de limpiarme y nosvestimos, para luego yo volver a mis clase y él irse a dar clase a otro grupo.Iba a ser un día muy largo, sobre todo ahora sabiendo que lo tenía detrás de mícomo un perrito vigilándome las veinticuatro horas del día los siete días de lasemana. Esto iba a ser agotador, ya no podría utilizar la universidad paraevadirme de él, porque ahora también estaba allí.


Acordaos de votar si os gusta por favor, me ayudáis mucho para seguir escribiendo.

Dama del demonio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora