×Capitulo IV×

480 50 0
                                    

[~]
Pov Ramcore:

–¿Eh?, ¿Donde estoy?–

Mi alrededor era oscuro, el suelo parecía ser algo vizcoso, me sentía asqueado de sentir en mi pies esa sensación de vizcocidad, me causa náuseas.
Me movía de un lado a otro tratando de encontrar algo, una luz un objeto, a alguien... Pero nada, no había nada.

–¿Que fué lo que pasó?, ¿Porqué estoy aquí?-

Me estaba desesperando, me sentía inseguro, temeroso y perdido, completamente abandonado....

–¿¡Chicos!?, ¿¡Fran!? ¿¡Alguien que me escuche!? -

Sentí como algo me había tomado del tobillo, era una mano hecha aparentemente de ese material vizcoso.
No me soltaba y trataba de arrastrarme a algún lugar, tengo miedo, no quiero esto, quiero que alguien me salve...

P-Por favor... Aléjate, suelta mi pie por favor... - supliqué

No me soltaba, es más, hizo más fuerte su agarre, como si le gustará que le suplicara.

Es horrible.

Intenté safarme con más fuerza y parecía haber funcionado pero de la nada aparecían más, una en mi brazo izquierdo, otra en mi muslo derecho y dos más las cuales se encargaron de tomar mis tobillos.

¡Por favor, déjenme!, no quiero esto...– estaba al borde de las lágrimas, esta situación me desesperaba-

Esas "manos" me jalaban de forma brusca y  aunque traté de escapar no podía hacerlo del todo, siempre que lograba quitar dos, otras dos tomaban su lugar.

Empecé a llorar...

Era agobiante toda esta situación, esas manos no dejaban de querer llevarme consigo a alguna parte de ese oscuro lugar, y mientras trataba de correr para huir caí de cara en el suelo.
En el momento que caí sentí un hedor, conozco este olor... No quiero olerlo de nuevo, es horrible y nada bueno viene con esto.

¿? –¿¡Ramcore!? ¿Estás aquí?-

Escuché como adelante de mí a lo lejos se encontraba una mujer, por alguna razón la conocía pero no podía ver completamente su cara, una luz detrás de ella me permitía poder ver al fin algo de este lugar.

¡Ayuda, por favor te lo suplico, ayúdame!-

—¿Ramcore?-

Intenté con todas mis fuerzas llegar a ella, sentí que si talvez llegaba a ella todo hiba a estar mejor.
Mientras más me acercaba más calidez sentía, ese miedo parecía disminuir.

—¡Ramcore!-

No sé cómo lo hice pero había podido quitarme varias de esas cosas de encima y salir corriendo, sentía que conocía a esta mujer que me observaba a lo lejos, ¿Porqué la conocía?...

Aun no podía ver su rostro pero su voz era suficiente para reconocerla... Si, ella era...

¡Mamá!
¡No sabes cuanto te extrañé!

Ya casi llegaba a su lado, solo faltaba poco, solo un poco más y...

¿Ramcore?su rostro cambió
¿Como te atreves a hablarme después de lo que me hiciste?su cara borrosa parecía distorsionarse.

El Dragokin [Ramcisco] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora