×Capítulo X ×

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[Pov Fran]

Al fin, tocaría la arena por primera vez en mi vida, no podía creer que semejante cosa existiera...

Se sentía extraño el como me hundía en la arena pero poco a poco me fuí acostumbrando a ella.

Alrededor había mucha gente que me miraban boquiabiertos, cosa que me hacía sentir algo incómodo, pues al no estar acostumbrados a ver Dragones algunos venían a querer tomarme fotos, pero por suerte tanto los Play como Ramcore me cuidaban.

Quería probar si era verdad que el mar era salado y que de ahí salía la sal.

Por lo que me metí poco a poco al mar para poder beberla, grave error.

Sabía horrible, era muy salada y asquerosa, no paraba de escupirla.

Kplay: Pfft, jajajaja --El maldito no dejaba de reirse de mí desgracia con el mar, así que golpeando fuerte con mi cola el agua logré mojarlo e incluso le llegó a caer en la boca-- bleh bleh, que salado~ --

Fran: Te lo mereces por reírte de mi --dije sacándole la lengua--

Kplay: Ya vas a ver, ¡yo también puedo tirarte agua! --exclamó empezando a chapotear en el agua y a lanzarme agua, por lo que yo también lo hice--

Nos la pasábamos bien jugando a lanzarnos agua, aunque cuando me tragaba algún poquito de esta era feo.

Pero mientras Kei inflaba una pelota de playa, noté como Ram solo nos observaba debajo de una sombrilla, por lo que sin pensarlo dos veces fuí a hablarle.

Fran: ¿No vienes? --pregunté a Ram, y algo que noté es que la camisa que llevaba tapada sus heridas––

Ram: ¿eh?, no... Este... Es que no me trae lindos recuerdos la Playa la verdad... --este abrazaba sus rodillas--

Fran: ¿No vendrás entonces? --dije mientras hacía carita de perrito--

Ram: Aww~ No hagas esas caritas... ¡Eres demasiado adorable! --sabía que su debilidad era lo adorable, pues según anécdotas de Kei, Ramcore a veces abrazaba a los peluches que vendían en el super––

Fran: Acompáñame plis, yo estaré junto a tí siempre, así que no tengas miedo --me paré con esfuerzo en dos patas para tomar su mano--

Ram: Yo... --su mirada y gestos me indicaban lo indeciso que estaba-- Sabes qué, voy, iré con ustedes --se levantó por lo que yo volví a andar normal y con mi cola enrollé su mano y le guiaba a la orilla del mar--

Fran: ¡Si quieres, puedes solo meter los pies o de la cintura para abajo para jugar a la pelota con nosotros! ––a decir verdad, el agua podía hacerle doler sus heridas así que creo que lo mejor es que evite que el agua le dé de la cintura a arriba––

Ram: jeje, muchas gracias por preocuparte por mí ––seguramente estaba sonriendome como siempre hacía, pero no volteé a verle, aún no sabía cómo actuar con estas sensaciones raras que su afecto me causaba––

¡Jugar a la pelota en la playa es de lo mejor!
Aunque el moverse es un suplicio, el agua es muy fuerte y te cuesta moverte.

El Dragokin [Ramcisco] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora