×Capitulo XXXIV×

262 24 13
                                    

[Anteriormente]

Todos quedaron inconscientes un momento, para que una vez despiertos se encontrarán atrapados en lo que parecían se cuevas bloqueadas por rocas o una sola roca, pero no todos estaban solos.

Fran: Pinche casa culera, ¡conozco a mejores! —gritó quejándose del palacio, mientras revisaba a oscuras el lugar.

Rabbito: Deja de gritar imbécil, no me dejas ni estarme inconsciente un minuto —se levantó, lográndose ver ambos debido a sus ojos de bestias.

Fran: ¿Eh? ¿Nos encerró a los dos?

Rabbito: Al parecer nos dividió por grupos, Ludi no debió hablar tan alto.

Fran: ... —guardó silencio procesando todo ¿Porqué de todos me tocaste vos?

Rabbito: ¿Algún problema? —dijo levantando una oreja molesto.

Fran: Muchos, pero ahora deberíamos pensar en salir.

Rabbito: Obvio, no soy idiota. Además... <<Me preocupan los que son humanos en nuestro grupo...>> —pensó asustado de lo que podría sucederle a sus amigos.

[Mientras tanto en otra zona]

Ram: Argh... Caí en algo duro, está oscuro, la salida bloqueada y al parecer hay unas videos entrando por los huecos de las rocas... —soltó un suspiro luego de analizar ese deprimente panorama.

Ram: ¿Hay alguien más conmigo? —trató de ver si había alguien pero nada, no había nadie— estoy solo...

[En otra de la zonas]

Ludi: ¡Whaaa! ¿Dónde estoy? —gritó alertada, empezando a ver el alrededor con su vista de bestia, notando como Kplay aún seguía inconsciente— ¿Green? Oh no... ¿Que hago para escapar? Este lugar es muy oscuro, ¿Podrá él ayudarme sin tener como ver este ambiente?

Ludi: ¿Que haré?... —empezaba a desesperarse al no saber qué hacer, por lo que sacó de su mochila una toallita y se la colocó de almohada al chico junto a ella— <<Wha~ que nervios... No, cálmate tarada, esto es serio.>> —se castigaba a sí misma.

El tiempo parecía eterno y por más que intentaba hallar la forma de escapar, la joven temía por lo que pasaría si hiciera que aquellas piedras cayeran sin orden, pues alguna podría caerle a Kplay, quien aún no despertaba.

Ludi: Olvidaba lo frágiles que son los humanos... Vamos Kei... Necesito tu ayuda... Tú eres quien siempre piensa en todo ¿No? —deseaba que Kplay despertara pero las cosas no parecían ser tan sencillas.

Ludi: Gasté  puntos mágicos de más durante las anteriores trampas de este palacio viviente... —reflexionaba cómo poder usar su única arma, la magia, para escapar ilesa.

Pero nada le convencía, todo parecía muy arriesgado. Creía en el fondo que no estaba lo suficientemente preparada, las dudas inundaban su cabeza mientras que se preguntaba si realmente su compañero se encontraba bien.

Ludi: Si tan solo controlara mejor mi magia, nada de esto estaría pasando... —se lamentó mientras observaba con detenimiento el rostro de quién hacía latir su corazón de manera desenfrenada. No parecía tener heridas, por lo que soltó un suspiro de alivio al saber que estaba bien...

El Dragokin [Ramcisco] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora