×Capítulo XVI×

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Las luces en las calles se iluminaban, todo parecía como siempre, las calles llenas de carros siendo iluminados por la luna llena que se asomaba y tomaba el control en el cielo.

Pero bajo esta también reinaba la tristeza, tomando forma de una linda casa en la cual habitaban muchas personas las cuales eran invadidas por el sentimiento de pérdida. Así como una de estas personas parecía estar sumido en la oscuridad de la habitación de quien seguramente jamás volvería a ver...

Los recuerdos eran los peores, pues solo le hacían ser consciente de lo que perdió ese día, pero también eran reconfortantes y le transmitía una extraña sensación entre felicidad, nostalgia y tristeza.

El joven sentía como todo esto se transformaba en lágrimas que caían por sus mejillas pecosas.

Por lo que prendió la luz para ir a buscar algo para limpiarlas, pasando así frente a un espejo en el cual veía reflejado su aspecto desastroso, sus ojos rojos cual rubíes no ayudaban, su cabellera larga menos, pues se encontraba totalmente enredada.

Al verse en ese estado pensó en cortar de una vez ese cabello, odiaba tener que ocuparse de él, así como odiaba a sus ojos y pecas. Por lo que tomando una tijeras intentó cortarlo, pero, alguien había entrado a la habitación.

–– ¿Vas a cortarlo? ––preguntó el señor Play, recostado en la puerta–– ¿Te ayudo? ––

–– ¿Usted sabe cómo se hace? ––respondió el joven oji rubí––

–– ¿Quien crees que fué el que le enseñó a Sofía sobre los peinados? ––sonrió amable el hombre mientras tomaba las tijeras y cortaba poco a poco el cabello del chico––

Mechones de cabello caían, mientras el joven podía sentir más libertad en sí... Podía verse en el espejo, se veía diferente y eso le gustó.

–– ¿Está bien así? ––

–– Sí, creo que esto es mejor... ––decía el menor tocando su cabello, revisando como había quedado––

–– ... ––El silencio reinó por un momento, pero el mayor sabía que el joven no se encontraba en su mejor forma–– Ya está la cena, ¿vas a ir a comer? ––preguntó retirándose de la habitación––

–– No, por ahora no... ––

El mayor sabía que el pequeño se negaría, pero no podía evitar intentarlo, después de todo, él también sabía lo que era despedirse de alguien querido de un momento a otro, el como te culpas a ti mismo, aún si en realidad no la tengas.

–– Ven cuando te sientas listo ––dijo el mayor despidiendose––

Ramcore no sabía realmente qué hacer, simplemente no tenía ganas de nada, era como si su cerebro se hubiese estropeado.

Pero mientras continuaba frente aquel espejo, recordó haber oído algo en las noticias, por lo que limpiando su cara fué hasta el computador para buscar y confirmar la noticia.

Por lo que, intentaría graduarse, para irse a un país del sur donde habían departamentos especiales para seres del Cube-World, pues existían compañías que les permitían a ellos trabajar y conseguir algún puesto decente. Sin duda no podía quedarse con los Play durante mucho tiempo, él no era ni su hijo por más que lo trataran como tal.

El Dragokin [Ramcisco] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora