×Capítulo LIII×

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[Anteriormente]

Fran: Bien, ya es de noche, Alexy está mimido, debería solo dormir y ¡Agh! -escuchó un ruido cual estática en su mente haciéndole quejarse y casi caerse- ¿Qué caraj-

- ¿Fran? ¿Fran? ¿Te encuentras ahí? Soy yo, tu madre, dime que me oyes...

Fran: ¿Mamá? -respondió preocupado sin pensarlo, viniendo a su mente demasiados recuerdos abrumándolo.- ¿Estás... ¿Estás bien?

- ¡Fran!, Fran... Fr-an... -la voz se quebraba junto a el ruido que lastimaba sin intención al joven reptil que aún procesaba todo.

Fran: ¡Soy yo! ¡Soy Francisco! -exclamó Oh por Dios... -cayó de rodillas al suelo sin poder contener sus emociones llegando al borde de las lágrimas después de todo, hacía mucho tiempo que no había escuchado su nombre ser pronunciado así- No sabía... cuánto extrañaba tu voz llamándome... -empezó a lagrimear mientras sus manos cubrían la parte inferior de su rostro, cerrando sus ojos, atesorando lo que estaba pasando.

Había extrañado tanto aquella conexión.

- Hijo. Fran... -el llanto de aquella madre que había creído perder a sus hijos transmitió en el joven todo aquel amor y alivio que su mamá tenía por oírlo- creí que ya no te vería... Creí que... Iba a perderlo todo...

Fran: ¿Dónde estuviste, qué pasó?

- Ese maldito Dragokin aparentemente exiliado-bufó con asco-, llegó y me atacó. Y cuando usé mi daga de magia de luz para vencerlo me mostró lo que le ocurrió a Aidan y... Lamento no haber... -trataba de explicarse pero fué interrumpida.

Fran: No te sientas mal por eso, almenos estás bien. -intentó calmar a su madre al escuchar su voz quebrarse por la culpa- Yo... Lamento tampoco ir a buscarte al reino, no entiendo bien qué pasó pero mi mente borró gran parte de lo que ocurrió y tenía miedo de volver... Tenía mucho miedo... -trató de limpiar las lágrimas que caían sin remedio ante toda la situación.

- Oh cariño... no llores... No fué nuestra culpa. Y jamás habríamos sabido lo que vendría de todos modos... -dijo para aliviar a su hijo y a sí misma.

Fran: L-lo sé... Y eso me molesta aún más... -apretó con fuerza sus puños y mandíbula, el destino parecía simplemente jugar cartas aleatorias de mala suerte sin parar.

- Mi niño, lamento no haberte acompañado en todo este tiempo... Estaba encerrada en un lugar extraño.. tan extraño que pasaron casi tres años para mí...

Fran: ¿¡Qué!?

- No sabría explicarlo pero ese tipo de la máscara me encadenó y envió a una zona realmente extraña, era una clase de dimensión de bolsillo pequeña en la que me selló, era como el espacio con un jardín flotante y un árbol en el que me encontraba sellada. Y mi habilidad de Reina dragón también estaba sellada conmigo, y no fué hasta hace poco que sentí como se habían debilitado mis cadenas y huí con un portal después de destruirlas pero... Cuando llegué al Reino era un caos, estaba débil y tuve que poner orden... -explicó con rápidez agobiada por todos los recuerdos que sacudían su mente preocupándole con las cosas que pudieron haber sido y no fueron.

Ella no tenía idea de lo que había pasado ni el tiempo transcurrido.
¿Realmente su hijo había estado bien?

Fran: ¿Es por eso que no me contactaste y aunque intentara tampoco yo iba a poder hacerlo? -preguntó recibiendo una respuesta afirmativa de parte de su madre- No lo sabía... Ser Rey debe ser duro...

El Dragokin [Ramcisco] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora