×Capitulo L×

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[En el Gremio Central]

Fran: Entonces... La actitud rara que Red hace a veces es porque, ¿coquetea? —abrió la boca sorprendido— ¡Qué le pasa a ese tonto! —pateó el suelo rojo de la vergüenza acerca del descubrimiento— Quién entiende a los humanos, primero me odiaba, luego aceptó ser mi amigo y ahora dijo algo raro.

Alexy: ¿Quizá es así como juega? —cuestionó mientras rascaba su orejita empezando a bostezar.

Fran: Cierto. ¡Puede que así sea como bromea! —dijo convenciendose de su hipótesis mientras empezaba a vagar por los terrenos del gremio junto a Alexy. Planeaba ir a su dormitorio pronto y poner a dormir a Alexy pero había algo que le daba mala espina, como si el clima nublado le dijese algo, como si... algo le estuviese llamando— ¡AGH! —sintió un dolor atravesar sus oídos, como si algo hubiese creado un ruido tan agudo que lo hizo desorientarse al punto de chocarse contra un árbol.

Alexy: ¡Fran! ¿Qué pasa? ¿Fran? —el cachorro bajo de los brazos de su dueño para intentar comprender que pasaba, asustado, él también escuchaba algo, pero su preocupación por su cuidador había hecho a todos sus sentidos enfocarse solo en su amo.

Aunque su concentración fué eliminada cuando vió a dos siluetas conocidas acercarse a él y su dueño.

Eran Rabbito y Ludi quienes parecían también cubrirse los oídos por el sonido que eventualmente también empezó a afectar al pequeño can.

El ruido aumentaba, y no parecía disminuir.

Cada instante era agobiante, especialmente para aquellos que lo percibían con más intensidad.

El retumbar de algo que presagiaba algo se aproximaba;
sus instintos se los decía.

— ¡Chicos! —apenas podrían escuchar los gritos de otra persona que acababa de llegar en su ayuda— ¿No pueden oírme? Traje algo para cubrir sus oídos...

— Es inútil, no parecen escuchar nada y se niegan a dejar de cubrir sus orejas. —respondió un besty con tapones de oídos siendo el único presente que mantenía la compostura.

— Alexy, ven. —tomó al pequeño cargandolo y colocando en sus oídos tapones especiales— Hey, Alexy, ¿sabes que pasa?

Alexy: ¿Señor... Ranita? —vió a Kplay aún desconcertado del ruido que no dejó de oír pero sí disminuyó por lo que llevaba en sus oídos— ¡Oh, mi dueño, él está! —buscó a su amo tratando de escapar de los brazos del castaño.

Kplay: Tranquilo, ya le he intentado dar los tapones de oído. Seguro se recuperará pronto. —explicó tratando de calmar al pequeño mientras se dirigía a sus amigos dándoles unos tapones de oídos.

Fran apenas pudo abrir los ojos para ver aquello y colocarlo adecuadamente para calmar un poco el ruido. Igualmente Rabbito parecía empezar a sangrar sus oídos cosa que alteró a Kplay que usó algodón para ayudarle.

Kplay: Oye, ¿crees poder usar los tapones de oído o está bien el algodón? —sostenía el algodón en las orejas del besty mientras éste parecía caer de trasero al suelo al ver al castaño, aliviado de alguna forma— ¡Hey cuidado! Sostén bien esos algodones.

Rabbito: Ok...

Dani: Los otros dos ya tienen tapones en sus oídos, ¿Crees que estén bien? —dijo algo alto al castaño informando y cuestionando sobre el bienestar de sus amigos.

El Dragokin [Ramcisco] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora