El Dragokin [Ramcisco]

×Capítulo XLVII×

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×Capítulo XLVII×
Being at your side
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La luna en su apogeo y tú en un traje cual león o fenix, demostrando elegancia, demostrando hermosura que solo podría desbordar de tí.

Me acerqué a tí y bromeé sobre nuestro vestir, queríamos ir de forma similar pero no se pudo concretar...
El blanco te iba mejor de lo que esperé, el negro atrajo mi ver... Tu sonrisa distrajo la lujuria, y tu beso la soledad.

Tomé tu mano.
Pues estando a tu lado no era necesario bailar para sentir mi mundo girar.

Mi mano en tu cintura, la tuya en la mía,
tu rostro en contacto con el mío,
narices sincronizadas, risas aseguradas,
tu alma y la mía en sintonía con la música que me decía que no debía soltarte.

Jamás debía abandonarte.
Solo dejarte ser libre junto a mí y el sonido de la música en el gran baile que jamás viví.

Tus ojos no dejaban de verme con amor,
me sentí en las nubes, me sentí el mejor.
La música paró pero tú seguías danzando en silencio conmigo.

Si aquella canción en tí era la misma no importaba, quería sentirte cerca.
El blanco, el rosa, negro...
Sentí que nuestro baile se volvió del ágape a eros de forma magistral.

Tus sonrisa y brillo era suficiente en el lugar para sentir que todo era mágico.

Te acercaste,
me besaste,
te sonrojaste,
me sonrojé.

—¡Ah! —Me desperté con lágrimas al saber que estando a tu lado pudo pasar...— Já... Al final ese hechizo del Rubiales me hizo dormir. ¿Hace cuántos años que no soñaba?

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Policía: Nadie pude pasar por la escena del crimen. —advirtió el agente al resto de aventureros que acababan de despertarse de madrugada notando que el tercer nivel estaba completamente bloqueado.

Ruxxs: ¿Cómo se supone que vamos a trabajar? —alegó al no tener aún explicaciones oficiales la situación.

Kenay: Bro, hay que esperar a ver si nos dan día libre. —trató de calmar a su compañero de chaqueta rosa aunque ni él podía dejar de pensar en lo que les deparaba.

Sr. Angel: ¿Porqué no ha habido señales de los altos mandos? ¿Van a cerrar el gremio? —preguntó alterando a muchos bestys que no paraban de preguntarle a los oficiales y demás agentes sobre qué iban a hacer.

El bullicio aumentaba, todo parecía en descontrol, las voces de preocupación, frustración y confusión inundaron el primer y segundo nivel.

Aquel gran edificio era un desastre y ni siquiera había una recepcionista y guía apoyando a bestys y humanos.

Los caminos al lugar del incidente estaban bloqueados llenando el lugar del eco por el reinado del silencio, era un recorrido tétricamente caótico, cada paso de agentes que acompañaban a dos personas en especial resonaban entre las paredes de las oficinas y pasillos laberínticos.
Pasando por el largo pasillo a unas bancas, todo parecía surreal para la joven Olivia, pasando por puertas iguales cuál bucle mientras sentía sudor frío bajar por su rostro e inundar sus manos.