×Capítulo LIV×

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×Capitulo LIV×
Más allá de lo que sabes
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Ram: Regresamos... —abrió la puerta mientras Emi entraba a toda velocidad saltando en el sofá— ¿Y la camisa que te dí?

Máscaras: No me quedó, asi que lavé la que tenía. —contestó mientras observaba fijamente su ropa secarse en la secadora.

Ram: Wow, incluso tú sabes usas la tecnología... Wow, no me lo esperaba. —admiró burlón viendo al reptil para después inspeccionar las cicatrices en su hombro y brazo izquierdo— ¿Ustedes los dragones pueden tener cicatrices? ¿Aunque puedan modificar su cuerpo?

Máscaras: Usualmente no. Los dragones trabajan por razonamiento y emociones por decirlo de una manera, nuestra apariencia al ser Dragokin también sigue esas lógicas, mientras más conocimientos o estable mentalmente estés, más como un joven adulto o adulto te ves, además de que es más fácil modificar cosas así, por eso cuando hay traumas demasiado fuertes o castigos autoimpuestos mentalmente se generan cicatrices. —explicaba— Por ejemplo, podemos pasar mucho sin necesitar dormir, incluso años sin obtener marcas de ojeras siquiera, pero solo hace falta una noche mentalmente inestable y estás aparecerán en el Dragón. Aunque una vez el trauma o problemas son controlados el Dragokin o Dragón puede elegir deshacerse de esas marcas o quedarselas. Claro, la mayoría prefiere eliminar cualquier marca de su debilidad ya que la mayoría de traumas de un Dragón suelen ser por derrotas. Pero siempre hay más de uno que los usa de trofeo. —daba ejemplos con su magia de veneno acuosa mostrando un dragón con diferentes características según la explicación, rompiendo al instante el muñequito ¿Lo dices por esto? —señaló aquella gran marca.

Ram: Eso explica muchas cosas... —pensó en las veces en que Fran había sido herido sin obtener daños realmente graves, asi como pensar en el como el día anterior Fran había amanecido muy mal pero que a final del día parecía como si nada—Y sí, es por eso. ¿La dejaste o aún no puedes eliminarla?

Máscaras: Creo que... No lo sé, nunca intenté quitarlas, pero fueron hechas por magia de luz, mi counter, pero también el tipo de magia que me parece curiosa. —repasó la cicatriz que parecían rayos cayendo desde el hombro al antebrazo.

Ram: ¿Eres un Dragón raro entonces?

Máscaras: Sin duda.

Ram: Bueno, no voy a decir que me extraña. —se relajó mientras escribía en su celular— Ya pedí la ayuda del peluquero de confianza~ me las debe asi que aceptó a mantener la boca cerrada.

Máscaras: Eso es bueno. Escuché en las noticias que ya dieron descripciones de mis rasgos de Dragón, altura, color de cabello y ojos. No de ropa por alguna razón o no lo escuché. —explicó sacando su camisa y usándola dejando la capa— De todas formas debería dejar mi capa rota, llama mucho la atención. —recogió aquel broche que tanto atesoraba en su capa colocándolo en su camisa.

Ram: ¿Estabas viendo la tele?

Máscaras: La encendí sin querer pero estaban dando Betty la fea y no pude resistir. —empuñó dramático su puño frente de sí demostrándose derrotado soltando una lágrima falsa.

Ram: Hm... —vió al Reptil pensando en lo dramático que podía llegar a ser— Como sea solo ponte algo para ocultar tus ojeras y el color de tus ojos.

Máscaras: Ehm... No sé cómo exactamente usar eso. —señaló una base de maquillaje.

Ram: ... Ugh... —se acercó obligando al más alto a sentarse colocando una diadema para hacer que su cabello no estorbara— Deja cubro estas tus ojeras de desvelado.

El Dragokin [Ramcisco] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora