×Capítulo XXXIX×

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Pov Fran:

La lluvia no dejaba de caer y el reloj daba las 11 de la mañana y como cualquier persona con tiempo libre, me la pasé casi toda la mañana viendo através de la ventana hacia que lado se inclinaban las gotas de agua, ¿porqué? ni idea.

No era como que fueran la gran cosa, es solo que me daban una especie de tranquilidad al divagar sin pensar en nada.

— ¿Fran? —escuché a Alexy llamarme por mi nombre, nombre que solo le permití decir cuando estuviéramos los dos solos— ¿No vas a comer? —ladeó su cabecita con duda, creo que es chistoso.

—... No, creo que quizá después. —Respondí regresando la mirada al exterior.

— ¿Po'qué no dejas de mirar la ventana? ¿Tiene algo? ¿Estás hablando con ellas? —preguntaba mientras jalaba de mi pantalón— ¿Que te dicen?

— Alexy, las ventanas no hablan. —

— ¿Qué? ¿Cómo que no? —Abrió sus ojitos como platos alzando su voz, como si lo que dije hubiese sido una gran noticia.
Jajajaja juro que de no ser porque está chikito me habría reído a todo pulmón al verlo tan impactado.

— Las ventanas no están vivas, al menos no éstas de aquí. —señale dando un pequeño golpecito al vidrio.

¡¡Pe-pero... Hace un rato la de al lado de la cocina me habló!!

— ¿Qué? —me alejé de la ventana para alzar a Alexy con mis manos y verlo directamente a los ojos, aunque creo que lo asusté al hacerlo— ¿Te habló? ¿Cuándo? —Cuestioné.

— Hace un ratitoh, me dijo que le pasara el sándwich que compastes y por eso vine a preguntarte si ibas a comer po'que así, si no querías, se lo daba.

¿De qué demonios hablaba el enano? Es decir, según análisis no había nada mágico en este apartamento, era imposible que la ventana hablara, ¿verdad?

No, debe haber algo más.

Miré al pequeño Alexy— Llévame a esa ventana. —dije imperativo siendo guiado por Alexy a quien por fin dejé en el suelo para que me llevase al lugar.

Cruzamos la puerta hacia la cocina y entonces todo se aclaró cuando inspeccioné fuera de la ventana.

Aquello que le había hablado a Alexy, y que me había hecho dudar sobre las capacidades de Análisis era nada más y nada menos que Rabbito.
Al ver por fuera de la ventana, por lo debajo, lo ví agachado.

— Holis~ —me sonrió mostrándome los dientes como si estar en el balcón del segundo piso fuese de lo más normal y la verdad es que no lo sé. Debería preguntarselo a Red...

— ¡Es el conejo! —se sobresaltó Alexy mientras lo miraba con desprecio.

— ¿Qué haces aquí? Largo.Dije  mientras que el desgraciado de Rabbito entraba sin permiso por la ventana— ¿Sabes que nos estás interrumpiendo? No vuelvas a fingir ser una ventana habladora con Alexy ¿qué no ves que después yo le tengo que explicar todo?

— Sí, sí, lo que digas señor Dragón, ya sé que no sirves para explicar cosas. Tranqui yo le explico a tu perro. —Alzó el dedo pulgar valiendole pepino todo lo que dije.

— ¡Fuera de mi casa! —señalé la salida.

— Al cabo que ni quería quedarme en tu pocilga —se dirigió hasta la puerta no sin antes agarrar el sándwich de la mesa— Vaya forma de tratar a un pana... —susurró casi pasando desapercibido.

El Dragokin [Ramcisco] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora