Un hombre que perdió a su verdadero amor para siempre, aquella única mujer que lo entendía completamente, la única persona que no debía de perder.
Una mujer que no conoció el amor de una familia, tratando de ser aceptada siendo ella misma, pero los...
Después de un corto tiempo Dumbledore se levantó de su asiento y se dirigió al atril en forma de búho, el cual se puso en movimiento, haciendo que el búho, el cual simboliza la sabiduría, despliegue sus rígidas alas para dar comienzo al discurso de inicio de curso.
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—Alumnos y alumnas de Hogwarts, es un honor comunicar que la escuela abre sus puertas una vez más ante todo aquel que esté dispuesto a estudiar en este colegio, los secretos de la magia y la hechicería. —sonrió.
Harmony estaba sentada al lado de Hagrid, los dos estaban hablando entre susurros para no interrumpir al director.
—Debo anunciar a los alumnos de primer año, y recordar a los demás, que el bosque prohibido no es seguro, sobre todo si estáis solos, el profesor Jackman me ha pedido que os informe sobre el pasillo del tercer piso, pues está prohibido para todo aquel que no desee la más indeseable de las muertes. —dijo el director de forma amenazadora.
—¿tal vez era una sorpresa? —expreso Mony dudosa.
—Eso debe ser. —intento reír suave mientras susurraba.
—Quiero dar también la enhorabuena, a los alumnos recientemente seleccionados para sus casas, e incitar la obediencia a sus prefectos; los capitanes de los equipos de Quidditch deben pasar por mi despacho cuando tengan su equipo completo, y comunicar la solicitud del campo con un poco de antelación para los entrenamientos. —siguió diciendo el director.
—Ya dejen de hablar ustedes dos —dijo la profesora Minerva—, parecen estudiantes de primer año.
Hagrid y Harmony rieron entre susurros.
—Por último, este año por mandato del ministerio de magia tenemos un nuevo integrante en el profesorado —sonrió ante la incertidumbre de los estudiantes—, Nuestra inspectora Harmony Flemming.
La chica se levantó de su asiento y saludo dudosamente, después de su presentación volvió a sentarse en silencio.
—No tengo nada más que decir en este momento, que desearos suerte en vuestros estudios, y que tengáis una saludable cena de bienvenida.
Al dar dos palmadas ante las extensas mesas que albergaban a un millar de estudiantes, apareció el banquete de la primera cena en Hogwarts, miles de platos dorados, llenos de comida, elegantes vasos de cristal y cubiertos se materializaron a lo largo de las cuatro grandes mesas.
El director salió del atril y volvió a su lugar en el centro de la mesa del profesorado.
—Mi niña —dijo el director—, llegué a dudar que vinieras.
