Un hombre que perdió a su verdadero amor para siempre, aquella única mujer que lo entendía completamente, la única persona que no debía de perder.
Una mujer que no conoció el amor de una familia, tratando de ser aceptada siendo ella misma, pero los...
Snape estaba dando la última clase del día como normalmente lo hacía los miércoles, exceptuando por el dolor en el pecho que se extendía por todo su cuerpo.
Pues en dónde debería de estar la inspectora, solo había un vacío.
Pensó en que cuánto finalizara la clase iría a buscarla, pero su ansiedad le ganó.
—¿Alguien sabe dónde está la inspectora?
Los estudiantes se miraron unos a otros, sin respuesta... Exceptuando por...
—Fue a la enfermería —dijo Hermione.
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—¿Cómo lo sabes? —pregunto Snape intentando calmar las ganas de salir corriendo hacia donde ella.
—Al finalizar la clase de transformaciones, no entendí una cosa muy bien así que volví a entrar para preguntarle algo a la profesora McGonagall —Hermione se sintió rara, ya que por lo general era callada por Snape, sin embargo, esa vez toda la atención del mestizo estaba sobre ella.
—Sin rodeos, únicamente dime por qué está allí —miro severamente a la joven.
—No lo sé, solamente escuché que Minerva le mencionaba que no estaba en condiciones de dar clase...
Y ese mis queridos lectores fue el detonante.
Snape termino de explicar el tema, rezando por dentro que se acabará su hora lo más rápido posible.
Los estudiantes recogieron sus cosas y salieron del salón, ante la atenta mirada de odio de su maestro.
Por lo que cuando todos se fueron espero unos cuantos minutos para salir caminando lo más rápido posible, rezando porque la chica se encontrará bien.
Sentía qué al caminar su corazón se estremecía más y más, sus manos temblaban, pero él las intentaba tapar con su enorme capa.
Su corazón pudo con él y termino corriendo, sin importar si los demás lo veían, a él solo le importaba verla a ella.
Al llegar a la entrada de la enfermería, se adentró rápidamente aún con Madame Pomfrey preguntándole que quería y rogándole que no molestará a los enfermos.
—¿Dónde está Harmony? —su voz era tranquila y fresca, se movía con lentitud caminando frente a cada camilla y observando una por una, no obstante aquella tranquilidad era solamente una cortina de humo que tapada la desesperaba y perturbada mente del mestizo.
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