Un hombre que perdió a su verdadero amor para siempre, aquella única mujer que lo entendía completamente, la única persona que no debía de perder.
Una mujer que no conoció el amor de una familia, tratando de ser aceptada siendo ella misma, pero los...
El autobús noctámbulo se detuvo cerca de la mansión Malfoy; Harmony estuvo a punto de dormirse, ya que estaba inmensamente cansada, además de que se sentía adolorida físicamente y mentalmente, pero estaba segura de que si no estuviese tan agotada se hubiera mareado con el gran ajetreo con el que se movía el autobús.
—Ya hemos llegado, más adelante se encontrará con su destino. —dijo el encargado.
—Gracias Erni por traerme hasta aquí, y gracias Stan igualmente. —le regaló una gran sonrisa a la pequeña cabeza que estaba colgada en el asiento del conductor.
—Adiós, ¡ah es cierto!; no he preguntado tu nombre. —expresó Stan.
—Harmony Fleming, un gusto en conocerte Stan Shumpike. —dijo la chica antes de bajar del gigante autobús.
—Entonces adiós señorita Fleming. —el chico sonrió discretamente y se despidió con la mano.
Fleming caminó un poco hasta llegar a la entrada de la enorme mansión, la entrada tenía una verja de metal enorme, entonces un elfo doméstico se apareció ante ella.
—¿Quién eres? —preguntó el elfo mirando a la mujer con cara de asco.
Harmony realmente se encontraba mugrosa, su ropa estaba hecha tirones, su cabello suelto y despeinado, además de que el lloro provocó que su maquillaje se corriera y le diera una apariencia de lunática o vagabunda.
—Buenas noches, perdón por la intromisión. Sé que es muy tarde de noche, pero era al único lugar al que podía ir... —el elfo robó los ojos.
—¿¡Quién eres!?— el elfo la paró en seco e hizo que dejara de irse por las ramas.
—S-soy Harmony Fleming Lexington, s-señor elfo. —dijo la joven apenada y un poco enojada por el trato que había recibido de parte del elfo.
—Esperé un momento.
El elfo doméstico se dirigió a la lujosa mansión y después de un tiempo regresó, parecía estar disgustado.
—Señorita Fleming, acompañé a Karathir. —el elfo alzó la mirada un momento, le miró detenidamente de pies a cabeza, lo cual hizo que la chica se sintiera muy incómoda.
El elfo la guio dentro de los aposentos de la mansión. Mientras ella recordaba perfectamente cada pequeño rincón de esta, se sentía tan alegre como si hubiese regresado a su verdadero hogar, ya que de verdad había extrañado estar allí.
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Caminaron hasta llegar a la entrada de la mansión Malfoy y el elfo abrió la puerta, no pronunció ninguna otra palabra a la chica, solo le hizo una seña para que le siguiera y Harmony aunque no muy convencida, lo siguió igualmente.
