Casual Affair (Ryden 2020)

Episodio 36 - Pas de cheval

Narra Ryan

Esta era una tarde como cualquiera, aburrida. Lo más fascinante de mis días era salir a caminar y observar como los árboles de despojaban de sus marrones hojas en las tardes de otoño. Me fascinaba pisarlas y oir ese ameno ruido que me recordaba a mi infancia, cuando solía ser feliz, no preocupaba por nada y sólo buscaba conocer cada espacio del mundo en el que habitaba.
Ahora en estás circunstancias me detenía a pensar a diario ¿Porqué todo ha cambiado tanto?, ¿porqué será que me siento de esta forma?, ¿que debo hacer, además de sentirme cada día más desdichado? con el pasar del tiempo todo había perdido su sentido de forma progresiva. Ya no quería conocer nada más, sólo necesitaba tener paz o quizás no, simplemente por algún motivo talvez no la merezco y no hay nada que hacer.

—¿Ryan? —Sentí una voz familiar, aguda y femenina en medio del oscuro pasillo de la estantería. Voltee a mirar de quién se trataba y no era nadie menos que mi compañera de última relación informal. Para mí fue realmente una sorpresa encontrarla allí, sobre todo considerando que una tienda de libros no era un lugar convencional para ella.

—Hola... —Saludé a Erica dibujando una pequeña sonrisa fingida en mi cara, sólo por cordialidad. La verdad no esperaba ni quería socializar con nadie, mi estado de apatía durante estos días era impresionante.

—¡Cómo estás Ross! —Me observó animada de pies a cabeza y me quitó impulsivamente con sus dedos un rizo del rostro para plantarme un beso rápido en la mejilla, una conducta muy propia de su personalidad.
Parecía muy contenta de verme y sonreí naturalmente. Era extraño. Su forma acelerada de ser de alguna forma lograba en mi el efecto contrario... relajarme, al menos un poco dentro de mi infierno.

—Todo bien, ¿y tú? —Contesté casi sin expresión en el rostro, recuperando en segundos mi estado anímico insoportable.

Desde hace semanas sentía al despertar que la anhedonia debido a mi soledad y las circunstancias me estaba carcomiendo poco a poco. Mi sensación de vitalidad cada día se volvía más inexistente, no tenía deseos de nada, es más, ni siquiera me animaba compartir un rato con esta hermosa chica, en el fondo de mi prefería desaparecer, pese a su conducta completamente receptiva.
Si, nuestros estados de ánimo parecían completamente contrarios, pero aún así estaba ella hablándome, ignorando mi desalentadora y depresiva aura.

—Bien. ¿Qué haces por aquí? no esperaba verte hoy —Expresó ella al instante, inclinando la cabeza intentando mirar compulsivamente la portada del libro en cuestión que tenía entre mis manos.

En ese preciso momento vinieron a mi mente recuerdos del último incidente con Brendon y me tomé la libertad de quedarme en silencio durante unos segundos mientras perdía el contacto visual con ella y dirigía la vista a un punto fijo. Al mismo tiempo sentía como lentamente me estaba despersonalizando y atrapando dentro de mis pensamientos...

No quiero buscarlo
No voy a buscarlo
No quiero que aparezca
No quiero verlo
No quiero tenerlo cerca
No quiero...mucho menos quiero que me bese... ¡claro que no!
No lo necesito.

Siempre he estado solo
Me gusta estar solo
Claro que puedo estar solo.

—¡Claro que puedo hacerlo! —Mencioné de forma involuntaria para mí mala suerte en voz alta, para luego soltar un liberador suspiro. Ella frunció el ceño para luego echarse a reir.—Disculpa, estaba pens... —¡No importa tonto!
—Interrumpió mi excusa con una sonrisa pegada en el rostro, parecía no entender nada mi conducta, pero sabía que no lo necesitaba. Su simpatía era superior a cualquier cosa y eso me hacía sentir tranquilo, ella no me cuestionaba, ni mucho menos buscaba obtener explicaciones de mi actuar.