Los caminos de la estrella del pop americana Brendon Urie y el recordado Ryan Ross han tomado rumbos completamente diferentes, pero ¿Qué pasará cuando después de una década sus miradas se vuelvan a cruzar?.
Historia narrada por ambos en el año actua...
Podía sentir en mi piel la calidez del delgado cuerpo de Ryan, pero no comprendía lo que estaba sintiendo ni el porque me sudaban las manos, solo estaba consciente que quería quedarme en ese abrazo para siempre. Quedé anodado al pensar sobre la coincidencia ocurrida, sin querer el ponerme así al oír Pretty Odd esta mañana estaba anunciando que algo iba a suceder y ahora lo estoy abrazando, afortunadamente el universo para mi estaba en sincronía.
–Que sorpresa encontrarte aquí, realmente...no lo esperaba –Pronuncié rompiendo en hielo, con la garganta seca casi quedandome sin aire, separando torpemente mi cuerpo de él.
–Aún puedo reconocer tu cara cuando fumas Brendon –Comentó Ross sonriendo–. ¿Estás grabando?, ¿Con quién? –Planteó su pregunta con sus ojos clavados a los míos, parecía muy amigable e interesado en cada cosa que yo decía, lo que me ponía no sé por qué motivo algo incómodo.
–No lo vas a creer, acompañame, te enseñaré –Dije esquivando su mirada, señalando al estudio y lo animé a venir conmigo.
–¿Me vas a presentar a Paul Mccartney o qué? –Bromeó mientras caminaba entusiasta a mi lado mirando hacia todas partes y yo sonreí.
Me dedique a observar sus gestos, su mirada y su manera de expresarse. Pude notarlo diferente, aquel personaje depresivo que recuerdo, que no encontraba sentido a la vida, aparte de la música y la poesía que era lo único le daban luz a sus días, hoy en día se había trasformado aparentemente en un adulto sereno, que aún así conservando su misterio, había mejorado su humor, lo que lo hacía parecer resuelto en muchos aspectos, ya no se privaba de sonreirle a la vida, por lo tanto, podría imaginar que podía ser ahora menos cruel consigo mismo y eso, el saber que estaba bien me tranquilizaba. Debo confesar que jamás imaginé nuestro reencuentro así, las cosas no terminaron nada bien entre los dos y yo estaba consciente del daño que sin querer le causé, eso es algo que aunque ignoré hasta la actualidad, a pesar de los años resuena en mi cabeza.
Ingresamos al estudio y mi mirada se cruzó automaticamente con la de Pete, quien al verme entrar con Ryan arqueó cómplice una de sus cejas, claramente para molestarme, mientras Ryan alucinado se saludaba con Alex y los demás chicos, para luego instalarse a conversar con ellos en un cómodo sector del estudio. El Fall Out Boy presente conocía con detalles nuestra historia de jovenes, siendo testigo de todo aquello que comenzó como un juego y terminó en sufrimiento y llanto desconsolado.
–¡Pete! Ven aquí, quiero mostrarte algo... –Sostuve haciendo una seña, mientras me acercaba al otro extremo de la sala, tomando distancia de los demás.
–¿Qué ocurre?, ¿Un remember? No Bren vete al motel, no puedo prestarte mi cama para eso, que asco –Bromeó Pete haciendo una mueca.
–¿Se puede hablar enserio alguna vez contigo amigo?, ¿Qué hace Ryan aqui?, ¿No pudiste citarlo otro día, que no viniera yo? –Dije fingiendo estar molesto, intentando regular mi volumen de voz para que los demás no pudieran escucharme.
–Papi no te enojes, Ryan está aquí por que quiere que Kurt (productor DCD) lo ayude con un proyecto solista, el día que conocí a tu grupo yo les confirmé que estaría siempre para ustedes y así será. Además ¿Porqué te pones así? yo puedo ver a dos ex compañeros de trabajo que se agradan, es más, tu mismo lo trajiste hasta acá. Si no hubieses ido por ese café ni cuenta te das, tranquilizate, estará todo bien –Aseguró dandome un golpecito en la espalda, para luego invitarme a continuar en nuestro proyecto.
Estaba confundido, desconozco el motivo del porqué me hice el ofendido con Pete, mi amigo había sido el responsable esta tarde de dos grandes sorpresas muy agradables para mi y yo estaba muy agradecido.
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–¿Así que harás un proyecto solista? –Mencioné mirando a Ryan cuando nos encontrabamos en el casino de la disquera. Demonios otra vez pensé en voz alta.
–¿Cómo lo sabes? –Dijo el mayor mirandome extrañado, probablemente recordando que nunca me lo comunicó–. Si, tengo muchas nuevas ideas que quisiera plasmar en ello, ya es el momento –Hizo una pausa con una actitud pensativa como si quisiera decir algo más, a lo que yo me quedé expectante.
–Te felicito Brendon...nunca hubo ocasión para decirte esto así personamente, has hecho un gran trabajo, no dejaste morir a la banda, estoy orgulloso de ti y te lo agradezco –Confesó desordenando mi cabello con una de sus manos, para quitarla al cabo de un par de segundos y tomar un sorbo de su pequeña botella de cerveza artesanal.
Me perdí en sus ojos, en su tacto y en cada palabra que su boca me dedicó, me hicieron sentir completamente exaltado, deseaba compulsivamente agradecerle besándole en los labios, pero no podía hacerlo, ya no teniamos veinte...
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"Hey, un asunto casual que podría ir a cualquier parte, Y sólo por esta noche"
