Episodio 32 - Time To Dance

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Narra Ryan

–¿Estoy muy cambiado que te costó reconocerme?, Sinceramente esperaba encontrarme a cualquier persona menos a ti... –Rio Mathias dándome una pequeña palmada en la espalda. 

–Bastante, ¿Y yo? –Pregunté curioso.

–Estás igual, pero luces más adulto. ¿Fumas Ryan? –Asentí con la cabeza–. Podríamos ir a la terraza por un cigarrillo, ¿Con quien has venido?.

–Con una amiga...se llama Elizabeth y estamos aquí celebrando su título –Contesté metiendo las manos en mis bolsillos. Aunque lo conocía, no podía evitar sentir ansiedad tras este tipo de situaciones sociales inesperadas.

–¡No me digas, que pequeño es el mundo, no puedo creerlo!, ¿Es una chica rubia, alta y delgada? –Preguntó mientras mojaba su cabello y lo ordenaba hacia arriba.

–Si...¿La ubicas? –Cuestioné extrañado.

–Si. Supongo que viajaste a acompañarla...yo he venido con Alexa, es una chica de cabello negro que viste de rojo, se tituló con Elizabeth y ellas han sido siempre amigas. Yo acabo de llegar, si no probablemente nos hubiésemos visto antes –Sonrió clavando su mirada en la mía.

–Claro, pero me quedaré una semana aquí. ¿Y tú, en que estás? –Pregunté evitando su mirada, apoyando la espalda en los lavabos. 
Aquello se me hacía una coincidencia tremenda, aunque el panorama comenzaba a aclararse y todo cobraba sentido: Elizabeth había estudiado en España y ambos compartían amistades, por lo que era habitual aún más en este país recorrer discotecas entre universitarios.

–Cumpliré cinco años viviendo aquí en Madrid, me retiré en segundo año de escritura creativa y me puse a estudiar actividad física. ¿Aún estás soltero?, ¿no tienes hijos Ryan? –Añadió poniendo su mano sobre mi hombro y yo la observé. Debo admitir que se me hacía algo incómodo ser tocado por alguien con quien no tuviera la suficiente confianza.

–No, no tengo ninguna urgencia por ello, ¿y tú? –Cuestioné.

–Lo mismo, estoy disfrutando mi juventud como corresponde. ¿Recuerdas a Josh? nuestro compañero, está casado y tiene cuatro hijos, no entiendo como lo hace...me siento demasiado joven para ese tipo de cosas –Me encogí de hombros y asentí tímidamente.

–¿Y qué fue de ti Ryan?, te seguí el paso hasta que te retiraste de la banda que tenías...¿Porqué no seguiste allí? –Agregó frunciendo el ceño, mientras se acercaba hacia la puerta para salir del baño y yo fui tras de él.

–Diferencias creativas entre miembros de la banda, es algo común. Y bueno, no tengo demasiado que contar, no ha pasado mucho...estoy viviendo en San Diego hace dos años y sigo haciendo música... –Respondí cerca de su oído subiendo el tono de voz, ya que la música nublaba la acústica del lugar.

Nos acercamos a la barra y él compró dos tragos, luego me acercó uno. A continuación salimos hacia la terraza y nos sentamos en una mesa aledaña a la piscina. Todos disfrutaban de la fiesta, sin embargo, yo no podía relajarme, ni mucho menos quitarme a Brendon de mis pensamientos, por lo que me quedé en silencio escabullido en mi atmósfera atrapante, casi olvidando que estaba conversando.

–Luego puedes enviarme algunas canciones, me gustaría oírlas... –Dijo Mathias tomando un sorbo de su vaso, para luego sacar de su bolsillo una cajetilla de cigarrillos y estrechármela.

–¡Aquí estabas Ryan! te estaba buscando. Hola Math, ¿ustedes se conocen? –Exclamó Elizabeth con una amplia sonrisa en su rostro en compañía de dos de sus amigas, incluida Alexa.

–Hola Beth, si nos conocemos...fuimos compañeros de universidad, no nos veíamos hace al menos catorce años, éramos unos niños –Se adelantó a decir Math, para luego continuar fumando de su cigarrillo y yo encendí el mío.

–¿Y si vamos a bailar? luego podremos seguir conversando, Alexa dijo que luego nos iríamos de after a su departamento –Señaló Beth observando a Alexa, de seguro buscando conseguir algún gesto de aprobación y esta asintió.

A pesar de sentirme algo observado por los amigos de Beth en la fiesta y luego en el departamento de Alexa, al pasar la mayor cantidad de tiempo interactuando con mi ex compañero de clase, logré sentirme cómodo, cosa que no creía posible.
Continuamos bebiendo y fumando marihuana, mientras el resto de los asistentes no paraba de consumir otras especies de drogas recreativas que no llamaban mi atención, ni la de Math tampoco, por lo que nos hundimos por horas en conversaciones poco convencionales y algo profundas.

A eso de las cinco de la mañana y con Elizabeth un poco ebria decidimos marcharnos del lugar, mientras los otros continuaban de fiesta. Al percatarse de ello Math se ofreció a acercarnos hacia el hotel y nos sentamos ambos en los asientos traseros del vehículo, mientras Beth apoyada en mi hombro, dormia plácidamente durante el trayecto de este.

–Ryan ¿me das tu número? podríamos juntarnos un día de estos en mi departamento y escribir algo, hace tiempo no me doy el tiempo de hacerlo, además me gustaría que me dieses tu opinión de algunos escritos...siempre te he admirado en ese sentido. ¿Cuando te irás? –Preguntó Math mirando hacia atrás, sin sacar la mano del volante, estrechandome su teléfono para que me registrará, cosa que hice sin pensarlo.

–Claro no hay problema. Tenemos vuelo para el domingo, hablamos por WhatsApp –Sugerí esbozando una sonrisa amable.

–Genial, hablamos luego, descansen –Dijo Math para luego bajarnos de su vehículo y entrar con Elizabeth abrazados hacia el hotel.

A decir verdad Mathias me parecía una persona bastante agradable, pero demasiado distinta a mi, lo que me hacía pensar tras mi juicio que talvez volver a verlo sería una pérdida de tiempo. Aunque de todas formas debo admitir que mi percepción hacia el algo cambió esta noche.

Siendo su compañero de clase solía pensar que era el tipo de persona que no estaba estudiando allí por la razón de apasionarle la escritura, sino que tan solo aprovechaba su popularidad y superficiales dotes de galán para llamar la atención de las chicas, lo que incluso en ocasiones solía fastidiarme, como era habitual sentirme con gente de ese tipo.

Pero específicamente en este encuentro pude notar que había algo más en Math, el realmente amaba la literatura, teníamos muchos autores en común y sin querer, verlo me transportaba a recuerdos hacia mis juventud, recordando lo mucho que me apasionaba en aquel entonces dedicarme a ello, por otra parte, reviviendo las sensaciones placenteras que me causaba el reconocimiento de los profesores con mis creaciones, lo que me hacía sentir motivado en cuanto a seguir componiendo para mi nuevo disco.

Aunque no me emocionaba el hecho de juntarnos a escribir ni mucho menos, bajo mi solidario carácter y mi nula capacidad de decir que no, sin querer había confirmado el próximo encuentro. De todos modos, me intentaba convencer que al menos serviría para conocer un poco más este país, en el cual me encontraba por primera vez de visita y hacer cosas divertidas cumplirían su objetivo, que era olvidar a momentos a Brendon y todo el estrés que me proporcionaba aquella situación.

Acomodé a Beth en la cama del hotel y me recosté a su lado, el deseo sexual y amoroso había desaparecido hace años y entre ella y yo no había nada más que una hermosa amistad.

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Bueno, ella no esta sangrando en el piso de baile
Solo para tener atención,
Porque eso es ridículo,
Bueno, ella asegura que lo va a tener.

Time to dance - Panic! At The Disco.

Casual Affair (Ryden 2020)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora