Episodio 9 - Don't Threaten Me With A Good Time

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Narra Brendon

–No pares Brendon –Podía oír una y otra vez los jadeantes susurros de mi adorado amor pedir más de mi, mientras colaboraba activamente con sus sensuales movimientos, a lo que yo accedí incrementando mi energía y podía notar como poco a poco mis sensaciones me llevaban a eyacular dentro de él, lo que terminó por ser una experiencia digna de atesorar, mientras como música en mis oídos podía escuchar sus gemidos a centimetros de mi.

–Te amo Ryan Ross y lo haré por siempre –Declaré en su oido sin parar de moverme, mientras tenía una de mis manos rodeando su cuello, observando su rostro que reflejaba una completa satisfacción.
Como adoraba verlo así, con la respiración agitada y los mechones de su fleco adosados al sudor de su frente, todo eso lo hacía lucir un hombre increíblemente sexy.

A su vez el panorama me hacía recordar a cuando teniamos menos de veinte años y nos acostamos por primera vez luego de un concierto en Kansas, cuando por algún motivo que no recuerdo, quedamos solos en el hotel, nos observamos con picardia, lo que aumentó la tensión entre ambos y tras una sesión de besos y caricias, sin planificarlo terminamos despojandonos de las ropas que utilizamos en el show, desvistiendonos mutuamente, atemorizados, inexpertos, desconfiados, pero con un deseo infrenable el uno por el otro, que nos llevaba una y otra vez a explorar nuestros cuerpos de manera recíproca. Desde luego, no había noche que no me durmiera y no viniese a mi mente algún momento de aquellos, eran emocionantes e imposibles de olvidar. Si, Ryan fué mi primera vez con un hombre y podría asegurar que la suya conmigo también lo fué.

Después de todo, nada podría interrumpir este magnífico momento entre los dos...

Sonó mi telefono, hice caso omiso, luego volvió a sonar dos veces más, lo que hizo que realmente me sintiera sugestionado, había una gran posibilidad de que fuese ella y yo no me sentía preparado para hablarle, es más, me sentía más confundido que nunca.

–Contesta, yo iré a buscar agua –Recomendó Ross observándome sediento con la respiración entrecortada. Lo miré a los ojos, podía notar lo descolocado que lo tenía el hecho que probablemente fuera mi esposa quien llamara a mi teléfono con insistencia y como la expresión de su rostro se volvió amarga. Por lo que terminó haciéndose a un lado y levantándose de la cama para ir a la cocina.

Hola...Sarah. –Dije al télefono intentando hablar algo bajo y ocultar mi respiración agitada, por lo que me costaba mucho trabajo poder hablar como normalmente lo hacía.

Cariño, ¿Pasa algo? ¿Como estás? no he sabido nada de ti desde anoche, estaba preocupada.

Genial, anoche fuimos a casa de Joe, tu sabes, lo de siempre, me emocioné bebiendo y desperté hace un rato con dolor de cabeza. –Justifiqué, para continuar riendo de la manera más fingida.

Entonces, ¿Te quedaste donde Joe?.

Si. En un rato regreso, te llamo saliendo.

Su pregunta me descolocó de sobremanera, mentira tras mentira, lo que me ponía muy angustiado, ella realmente no se lo merecía.

Bueno, iré al supermercado, que tengas buen viaje cariño, te amo. –Contestó entusiasta.

También yo. –Dije para luego cortar la llamada.

Repetinamente comenzaron a llegar una infinidad de pensamientos que me hacían sentir acorralado, dentro de mi propia cabeza. Por una parte me sentía como la mierda, tenía hasta ahora un feliz matrimonio y todo este desliz habían sido una serie de actos egoístas que no me beneficiaban a nadie más que a mi y mis deseos, dentro de mi compromiso claro.
Y por otro lado sin intentar justificar, lamentablemente con Ryan no podrían haber sido las cosas de otra forma, era la unica persona en este mundo que me hacía olvidar todo, me gustaba de sobremanera y realmente con esto pude comprobar que hasta al día de hoy ocupa gran parte de mi corazón, sentimientos que a estas alturas ya desconocía, o más bien intentaba ignorar, cada vez que lo recordaba, sobre todo con las canciones de mi segundo álbum, aquellas canciones contenían toda su maravillosa esencia y estando lejos eso podía dolerme más que cualquier cosa.

Mientras miraba a Ryan entrar nuevamente a la habitación, ahora vistiendose, pensaba si acaso fué un error decirle que lo amo, ¿Qué beneficio podría sacar de aquello? la atracción en ambos era irrefutable, porque podía notarlo en todos sus actos, palabras y miradas, pero nunca me dijo directamente algo que aclarase que aún sentia algo por mi.

–Tienes que irte –Sostuvo la mirada.

–Lo sé, Ryan pero...¿Puedo preguntarte algo? –Expresé y él asintió con la cabeza poniendose unos pantalones negros que habia sacado recién del armario.

–¿Ya no sientes nada por mi? –Cuestioné aún sentado en la cama, sin quitarle los ojos de encima.

–¿Para que quieres saber eso?, no importa Brendon, sólo lo pasamos bien, olvídalo, sigue con tu vida y ya está –Declaró encogiendose de hombros.

–Puedes ducharte si quieres, de hecho te recomiendo que lo hagas –Exclamó sarcástico lanzándome una toalla.

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Aquella fue la ducha más triste de mi vida. No pude hacer nada más que romper a llorar en silencio mientras el chorro de agua caía fulminante en mi rostro, me sentía tan abrumado, desesperanzado, es más, ya no sabía como comportarme al llegar a casa –Suspiré– Mientras en mi mente repasaba cada uno de los momentos vividos en los dos ultimos días, sentía un nudo en la garganta que no podía ignorar, realmente necesitaba un abrazo de alguien que me dijera que todo iba a estar bien y que después de todo no iba a hacer sufrir a nadie, pero no podía estar tan seguro de eso.

Me envolví en la toalla y regresé a vestirme, buscando prendas limpias en mi bolso, mientras Ryan preparaba el desayuno y pasaba a mi lado sin mirarme, realmente sentía que me estaba ignorando y aquello era como un puñal para mi.

–Sientate y come –Ordenó Ryan sin cruzar la vista dejando sobre la mesa dos tazas de té y acomodando dos platos con trozos de pie de limón para luego tomar asiento frente a mi.

Me provocaba mucha ternura que fuese siempre tan atento y preocupado, el jamás permitía que yo pasara hambre, frío o me sintiese enfermo, siempre reaccionaba de alguna manera a socorrerme voluntariamente, aquella virtud de este me parecía realmente encantadora.
Me senté obedientemente y comenzé a comer, sin antes primero buscar su mirada y esbozar una sonrisa.

–Gracias por todo –Mencioné posando mi mano sobre la suya para luego acariciarla con mis dedos, mientras el de cabello rizado la observó de forma despectiva.

–Como sé que no te conectas a ninguna red social...¿Puedes darme tu teléfono? –Me atreví a decir, a lo que él respondió negando con la cabeza.

–Ryan mírame, yo...quiero verte denuevo –Dije tomándome una pausa entre palabras intentando convencerlo, mientras le entregaba mi celular desbloqueado para que lo registrase, a lo que él me arrebató el objeto de las manos, para continuar escribiendo en él. Sonreí. Eso significaba algo, al menos para mi.

A pesar de lo que estaba por venir cuando llegase a mi ciudad, ignoré mis preocupaciones y cuando subí al avión podía notar como mi estado de ánimo y semblante habían cambiado. Me dí el lujo de escuchar durante el viaje cada una de las canciones de Pretty Odd, mirando el despejado cielo por la ventana. No podía dejar de sentirme ilusionado tal y como si fuese un adolescente, por suerte lo que más me alegraba es que ya no pasaría una década sin saber nada de él, definitivamente lo nuestro era una fiebre que si podíamos sudar.

 No podía dejar de sentirme ilusionado tal y como si fuese un adolescente, por suerte lo que más me alegraba es que ya no pasaría una década sin saber nada de él, definitivamente lo nuestro era una fiebre que si podíamos sudar

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''Es un infierno de sentimiento a pesar de todo''

Don't Threaten Me With A Good Time - Panic! At The Disco.

Casual Affair (Ryden 2020)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora