Me despierto sobresaltada, ¿ha sido una pesadilla o esto está pasando de verdad?
Mi almohada está empapada de lágrimas, y, me noto los ojos pesados e hinchados, casi no puedo abrirlos, debo haber pasado muchas horas llorando, como cada noche.
Mi cabeza me da mil vueltas, como si estuviera montada en un tiovivo de feria, me duele, me siento mareada, pero estoy tan acostumbrada a sentirme mareada y cansada que eso es lo último que me preocupa en estos momentos. Hay cosas más importantes por las tengo que preocuparme.
Está todo oscuro, así que debe ser muy tarde. Extiendo la mano para coger el teléfono móvil que está encima de la mesa. La luz me ciega por unos segundos. Sí, son las cuatro de la mañana y he vuelto a despertarme entre gritos de desesperación, de angustia, de sufrimiento.
Ilumino mis brazos, mis muñecas tienen una tonalidad carmesí y sangre reseca, la piel está sensible e irritada.
Siete cortes en total, son recientes pero no me duelen, ya no. Hace mucho tiempo que dejé de sentir dolor, ¿qué es lo que me estoy haciendo?
A continuación, aún con el teléfono en mis manos, ilumino mi cuerpo. La luz refleja una delgadez extrema, una delgadez enferma.
Con dedos temblorosos recorro mis sobresalientes costillas, mis huesos de la cadera, mis clavículas. Soy toda huesos, debería sentirme orgullosa por lo que he conseguido, por todo el esfuerzo, sacrificio y llanto. Pero en lugar de eso, por unos segundos me provoca repugnancia mi propio tacto.
Y me pregunto, ¿en qué momento dejé que esto sucediera? ¿por qué me he permitido llegar tan lejos? Automáticamente una voz en mi cabeza me susurra: 'porque así lo has querido tú'. Y tiene razón, una vez más.
Sólo yo me he permitido a mí misma destruirme, y ahora sólo queda un cuerpo casi sin vida, esperando la muerte lenta y pacientemente. ¿Qué debo hacer? ¿debo dejarme morir y acabar con esto de una buena vez o debo tratar de salir de este pozo donde me encuentro atascada?
Comienzo nuevamente a sollozar hasta que todo se torna oscuro otra vez. Vuelvo a sumirme en un nuevo y diferente sueño. Un sueño del cual no me gustaría volver a despertar.
Que alguien me salve, lo pido por favor. Lo necesito.
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Alma gélida y de porcelana
Teen FictionLa historia que voy a contar a continuación es dura, no esperes un cuento de hadas con final feliz, no esperes a la preciosa e inocente princesa rescatada por el perfecto y guapísimo príncipe. No. Realmente toca unos temas difíciles y jodidos que la...