Con gran pesar me separé de mis amigas y me dirigí a la que sería mi clase durante todo un año. Había sido casi de las primeras en entrar, así que como aún podía elegir un sitio que me gustara decidí coger una mesa de las primeras filas, la tercera o cuarta, nunca me gustó estar exactamente en los primeros sitios, pero tampoco en los últimos, así que ese lugar estaría bien para mí.
Poco a poco comenzaron a entrar más chicos y chicas. Para mi decepción, la mayoría eran todos chicos, y sólo éramos unas siete u ocho chicas. En la mesa que estaba vacía delante de mí se sentó una chica de pelo rizado y gafas, al instante se volvió para hablarme, no paraba de parlotear supongo que producto de los nervios, al igual que yo, así que para no parecer idiota me limité a asentir y sonreír cuando hacía un comentario gracioso, me pareció simpática y agradable, tal vez pudiera ser amiga suya. Al menos de esa forma no me sentiría sola en esa jaula infernal.
Conforme iba pasando la mañana fui conociendo a los distintos profesores y profesoras que me darían clase durante el curso. Algunos/as me parecían amables, otros, sin embargo, tenían ese aspecto severo con el cual sólo con una mirada te hacían saber que mejor no te metieras en problemas. Por esa parte estaba tranquila, era tan invisible y tan insípida que jamás me relacionarían con cualquier fechoría que alguien cometiera.
En cuanto sonó el timbre del recreo casi corrí hacia la clase de mis amigas para reunirme con ellas, se las veía muy felices, riendo y comentando todo lo que habían hecho y el tipo de gente que les había tocado como compañeros, no sé si estaba empezando a sentirme paranoica o no, pero ya desde ese momento me sentía desplazada, como fuera de lugar. Apenas se dignaron a preguntarme cómo me había ido, cómo llevaba estar rodeada de extraños, tal vez lo pasaran por alto por la emoción del primer día, o tal vez era también invisible para ellas, al igual que para todo el mundo.
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Alma gélida y de porcelana
Teen FictionLa historia que voy a contar a continuación es dura, no esperes un cuento de hadas con final feliz, no esperes a la preciosa e inocente princesa rescatada por el perfecto y guapísimo príncipe. No. Realmente toca unos temas difíciles y jodidos que la...