Mis amados compañeros encontraron otro modo de divertirse y por fin parecía que estaba pasando a segundo plano, rara vez me decían cosas, pero no olvidaban recordarme cada cierto tiempo lo miserable que era mi vida y el asco que les producía. Ojalá se quemaran todos en el jodido infierno, lo deseo con todo mi ser.
Después de que los meses se me pasaron asquerosamente eternos, el año se acababa, llegaba junio, llegaba el verano y eso significaba magníficas y gloriosas vacaciones. Nunca las deseé y añoré tanto como en ese año, al fin podría desconectar durante tres meses y ser libre antes de volver al encarcelamiento por otros nueve meses, pero no me importaba, ese breve tiempo sin esos monstruos insensibles me provocaba ganas de bailar, de reír, de saltar hasta cansarme y volver a repetir los pasos anteriores.
Por desgracia todo lo bueno se acaba, y mis vacaciones se me pasaron en un abrir y cerrar de ojos, volvía a la dura y asquerosa realidad, me sentía como un preso acudiendo a su ejecución. Tal vez ese año las cosas mejorarían, tal vez ese año hiciera nuevas amistades, tal vez me tocara en una nueva clase con gente civilizada y no me tratarían como a un trapo. Siempre tan ilusa, siempre esperando que sucedieran cosas buenas cuando toda mi vida me ha envuelto una nube de mala suerte, no pasó nada de lo que deseaba, pero bueno, después del año anterior ya estaba un poco vacunada de lo que se me iba a venir encima. En ese momento supe que tenía que ser más fuerte que nunca, por nada del mundo me dejaría pisar.
Eso me dije, que no me dejaría pisar y acabé chafada y pisoteada como una pobre hormiga.
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Alma gélida y de porcelana
Fiksi RemajaLa historia que voy a contar a continuación es dura, no esperes un cuento de hadas con final feliz, no esperes a la preciosa e inocente princesa rescatada por el perfecto y guapísimo príncipe. No. Realmente toca unos temas difíciles y jodidos que la...