Así iban pasando los días, las semanas y los meses, lentamente para mí. Me sentía tan desdichada... Odiaba el instituto, no quería ir al instituto, ojalá saliera ardiendo el instituto. Lloraba casi todas las noches, pero cuando llegaba la mañana me lavaba la cara y ponía la mejor de mis sonrisas, total, ir a clases era un asco, mis compañeros me ignoraban, pero por lo demás todo iba más o menos bien, realmente no tenía motivos para estar mal, al menos no todavía.
Tengo que añadir que a las pocas semanas, mis mejores amigas del colegio dejaron de hablarme, ocasionalmente nos veíamos en los descansos y los recreos, hasta que poco a poco se fueron distanciando, ellas eran una piña, y normal, estando juntas en clase era imposible que dejaran de hablarse, pero como era yo la que estaba en una clase distinta es como si ya no me quisieran en el grupo y me dieron completamente de lado. Pareció no importarles el ignorarme como si fuera una completa desconocida, ¿donde quedaron todos esos años en el colegio juntas? ¿todas las cosas que vivimos? Parecía como si jamás hubiera sido parte de ellas, una más del grupo, se olvidaron de mí y vivían tan felices las muy hipócritas. ¿Y a eso le llamaban amistad? No lo creo...
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Alma gélida y de porcelana
Teen FictionLa historia que voy a contar a continuación es dura, no esperes un cuento de hadas con final feliz, no esperes a la preciosa e inocente princesa rescatada por el perfecto y guapísimo príncipe. No. Realmente toca unos temas difíciles y jodidos que la...