Nací en la ciudad de Sevilla, España. A día de hoy aún sigo viviendo en el pueblo donde me crié, en un barrio de lo más tranquilo y agradable. Es de lo único que no puedo quejarme.
Soy hija única, no tengo hermanos ni hermanas, así que he podido disfrutar del total privilegio de tener todo lo que quisiera. Era por así decirlo la hija mimada.
Realmente mis padres me compraban todo lo que se me antojaba, no me faltó nunca nada material. Se desvivían por mí, pienso que tal vez me consintieron demasiado, fui una niña excesivamente consentida y caprichosa. No les culpo por ello, ni mucho menos, es decir, mis padres siempre quisieron lo mejor para mí. Me mantuvieron alejada de todo lo que pudiera hacerme daño y es normal, ¿qué clase de padres quieren ver sufrir a sus hijos? Sólo que a veces pienso que quizás me sobreprotegieron en exceso. Esa sobreprotección que tan inofensiva y resistente parecía acabó perjudicándome.
Lo tuve absolutamente todo para ser feliz, y no sirvió de nada. Una lástima, sí.
Era todo un angelito y toda la gente se quedaba prendada conmigo, y con razón, era verdaderamente adorable, pacífica y educada. La aparente hija buena y perfecta. La que nunca rompe un plato. Tenía esa pureza e inocencia que todos los niños pequeños suelen tener. Y yo la tenía en cantidades industriales.
No recuerdo en qué momento perdí mi pureza, en qué momento perdí la inocencia. Bueno, en realidad sí que lo sé, pero todavía no voy a adelantarme a los acontecimientos, aún falta mucho camino por recorrer en esta enrevesada historia...
Casi siempre me comparaban con una muñeca ya que tenía el cabello largo y rubio dorado, formado por tirabuzones tan perfectos que parecían recién hechos en una peluquería, una piel suave y pálida casi de porcelana, los labios rosados y unos ojos grandes de color marrón verdoso muy expresivos. Mi mirada es la que siempre hablaba por mí, mis ojos expresaban lo que mi boca callaba. Y eso es lo que más llamaba la atención de mi rostro, mis ojos. Mis enormes ojos.
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Alma gélida y de porcelana
Teen FictionLa historia que voy a contar a continuación es dura, no esperes un cuento de hadas con final feliz, no esperes a la preciosa e inocente princesa rescatada por el perfecto y guapísimo príncipe. No. Realmente toca unos temas difíciles y jodidos que la...