Nada bajo control

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¡Necesitaba emborracharme o mejor aún caer en coma o quizás fugarme del país, pero tenía dos negativas, nos quedaríamos a dormir en casa de los Kim y mis padres me encontrarían hasta en el fin del mundo, maldición, tomo mi celular y me fijo la hora, son las putas 3 de la mañana y quiero patear algo no entiendo por qué el destino es tan cruel conmigo, siempre fui buena persona ayudaba a los malditos indigentes, carajo!

¿Cuál sería la diferencia si dejo plantado a mi prometido?

¿Si me niego a casarme con este humano inservible?

¿Tomarían en cuenta mi decadente opinión?

Sin dar más vueltas en la cama, me paro para salir por un vaso de agua, a estas alturas no podrían dormir y Yongmin fue tan lindo al prestarme unos shorts algo cortos y una playera que no pude ser reaccionar tan reacio a la idea de quedarnos,

Ví a la señora Kim a punto de entrar a su pieza algo estresada a mi parecer con una taza de leche tibia en su mano, chocando sus ojos conmigo, sonrió amable.

- ¿No puedes dormir, cariño? – Preguntó suavemente

- Solo necesito un vaso de agua, señora Kim, muchas gracias. – sonreí

- ¿Sabes dónde queda la cocina? – cuestionó – Puedo acompañarte.

- Si, no se preocupe, igual gracias. – agradecí – Se donde queda.

- Bien, dulces sueños cariño. – Susurró suavemente al abrir su puerta

- Igualmente - sonreí

Y seguí mi trayecto por el largo pasadizo oscuro, al momento de llegar a las escaleras me arrepentí al sentir el aroma a madera en el aire pero mi lobo me traiciono para salir en su encuentro, ya no tenía el otro aroma encima por lo que mi lobo aún se sentía ofendido, quería golpearlo, maldición, con un buen golpe quizás se le quitaba lo idiota, me quede en la puerta del basto jardín con el pasadizo oscuro y lo único iluminando era la luna, me abracé a mí mismo, la noche estaba demasiado fresca para mi gusto, lo vi detallar las flores con sus manos perdido en sus pensamientos que se veía tan inofensivo hasta parece que no te daña psicológicamente, me quede perdido en su fisionomía en su bonita espalda angular, sus hombros no tan anchos pero igualmente imponentes, su cabello negro algo largo que le daba un lado sensual, su perfil refinado y sus labios mordidos constantemente de un color ya rojizo, sus largas manos seguían jugando con los pétalos de los claveles y me permití olfatear del ambiente su delicioso y fuerte aroma me desestabilizo por un momento y cerré los ojos para controlarlo pero poco a poco se incrementó mucho más de lo esperado, sentí mi corazón brincar en mi pecho y a mi lobo rasguñar en mi pecho con intenciones de hacerme notar algo que ya sabía pero nunca me atrevería a decir, abrí los ojos lentamente encontrándome con sus ojos color almendra frente mío, estaba tan cerca que pude divisar el bonito lunar de su nariz y su respiración chocaba contra la punta de mi nariz, se agacho hacia mi peculiarmente y lentamente fue bajando hacia mi cuello, se tomó su tiempo como si tuviera tiempo de que lo apartará pero no lo hice, no sé por qué, quizás lo quería, quizás esto era muy difícil de ocultar, sentí su acelerada respiración en mi mandíbula e incremente mis feromonas para él, lo sentí relajarse para bajar torpemente a mi cuello y enterrar su nariz en el hueco que este le otorgaba, entonces me di cuenta de que estaba alterado, él y su lobo, por eso su olor era tan fuerte, levanté la mano derecha y acaricié su nuca, lo sentí hundirse más en mí pegándome al marco de la puerta, jadee al sentir su lengua sobre mi cuello y mi lobo se regocijo moviendo la cola insistentemente, lo oí gruñir por lo bajo y acaricie sus mechones oscuros, lo sentí relajarse pero su aroma me mareaba cada vez más, Taehyung bajo las manos a mi cadera y se pegó completamente a mí y sorpresivamente para mí no me resistí, me sentía en una burbuja de intimidad única, lo sentí agarrar el dobladillo de la playera y meter sus manos bajo está teniendo acceso a mi espalda baja, me tensé pero rápidamente me calmé gracias a las suaves y frías yemas que me acariciaban suavemente, otra lamida se hizo presente y levanto su rostro para posicionarlo junto al mío, sus manos juntaron nuestras caderas y el suave rocé me erizo la piel de inmediato, se quedó quieto muy cerca de mí, tenía los ojos oscuros igual de oscuros que los míos y caí en cuenta de su lobo, levanto su mano para acariciar mi rostro, lo sentí acercarse mucho más a mí y traté de retroceder más chocando con la madera de la puerta nuevamente.

La Maldita Elite - TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora