Kim TaeHyung es la pesadilla de cualquier persona en especial la de Jeon JungKook.
Jeon JungKook solo quiere huir este jodido lugar.
Pero las cosas dan un giro drástico cuando son ¿Destinados?
¿Jeon es la debilidad de Kim?
¿Kim superará sus miedos?
...
La elite estaba de luto y sinceramente no sabía el por qué a mis dieciséis años no pensaba en nada más que meter mi nudo en algún agujero caliente aun así obedecí a mi madre, porté el traje de color negro que colgaba de mi perchero mientras luchaba con el nudo de corbata.
— ¿Problemas de corbata? — Preguntó mi padre divertido a lo cual gruñí en respuesta algo avergonzado —
— No sé cómo atarla, papá — murmuré con la cabeza baja, mi padre rio y se acercó a mi despacio —
Sus manos agiles captaron mi desordenada corbata la que en cuestión de segundos ya reposaba bien hecha, pulcra y ordenada en mi pecho.
— ¿Porque tenemos que hacer esto? — pregunté estresado por tanto circo —
— La familia Jeon es importante para esta Elite, TaeHyung. — dijo dándome una severa mirada — Compartiremos su dolor, estaremos para ellos, secaremos sus lágrimas con nuestros propios vestidos si es necesario. —
Bufé y asentí cansado, al menos sabía que algunos conocidos estarían allí a pesar de no son de la Elite alta.
Mi padre palmeo mi hombro y se dirigió a la puerta.
— 5 minutos, TaeHyung. — murmuró — El auto espera — agregó —
Suspiré dramáticamente para dejarme caer en mi cama, MinYoung estaba esperándome en su residencia seguramente con unas bonitas bragas y yo aquí perdiendo el tiempo con alguien muerto que he visto algunas veces. Maldición.
Me reincorporé, listo para bajar, crucé el umbral de la puerta pensando en arrepentirme o escapar, pero mi lobo me lo impidió, gruñó en mi contra.
"Tenemos que ir, vamos estúpido humano"
Fruncí el ceño para mí mismo, que trato tan delicado.
Bajé rápidamente y salí de la mansión encontrándome los 2 autos afuera, uno de mis padres y otro donde íbamos los tres hermanos.
Bien, que comience el show — pensé para meterme al auto.
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DOS PALABRAS: Aburrimiento total
Me encontraba sentado desde hace una hora escuchando a la señora Jeon gritar, patalear y llorar. Y claro, la entiendo, pero no comprendía el por qué, es decir, su hijo ya no sentía, no escuchaba, no hacía nada, estaba muerto. Quiero suponer que era falta de mi tacto y empatía.
Por otro lado, mis hermanos desaparecieron ni bien mi madre se acercó a la mujer de cabellos azabaches para consolarla, no sé dónde estarían, pero como siempre desaparecen. Me levanté de mi lugar dispuesto a ir al baño, hice un reverencia al señor Jeon y a mi padre el cual observaba mis movimientos, continué mi paso hacia el extenso pasillo, su mansión era sumamente grande casi igual a la nuestra, su estructura era ideal, tenía un lindo estilo bohemio con algunas notas de nórdico, se nota que a la señora Jeon le gustaban las flores toda su casa huele a jazmines y no es desagradable si no suave como una pequeña brisa, con unas notas amargas casi indistinguibles , definitivamente le diría a mamá que plante las mismas flores que la dueña de casa, su casa olía de maravilla, olía a comodidad, paz, como a hogar. Llegando al final del pasillo doble hacia la derecha tal como me dijo la señora de servicio, me encontré con otro pasadizo, suspiré.
