Jagiya

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Odio y siempre odiaré levantarme temprano especialmente si tenía la voz de pito de Minying a mi lado reventándome los tímpanos como ya es costumbre para mi desgracia y para su fortuna no estaba sola, si no con mi madre a la cual ya se le estaba haciendo costumbre entrar a mi habitación sin tocar, gruñí por lo bajo para palpar mi teléfono con los ojos entrecerrados, cuando al fin lo localicé logre ver la hora.

7 am

7 A.M

¿De verdad las jodidas 7 de la mañana?

Resoplé para volverme a colocar la manta sobre la cabeza, la cual fue arrancada de mi cuerpo y de mi tibia cama, volví a emitir un gruñido disconforme.

- Son las 7 am, déjenme en paz. - refuñé

- Hoy tienes la fiesta de presentación entre los hijos de elite, estarán todos con sus Jagiya, requieres ir – especto mi madre

- ¿No puedo ir más tarde? – me medio senté

- Es a las 7 pm – comentó – Pero tenemos que llevarte de compras, ir a la peluquería y comprarte un poco de maquillaje, así que toma un baño te esperamos abajo en 30 minutos – Dijo saliendo a paso rápido junto a la perra faldera.

Que tan difícil sería esa mierda, con suerte podría retirarme con una buena excusa y no tener que soportar sus estiradas caras de niños engreídos, me apresuré a el baño, me deshice de mi ropa para ponerme debajo de la regadera dejando que el agua se lleve todo consigo, disfrutando del agua tibia recapitulé todos los acontecimientos, no veo a mi "prometido" hace una semana, todos los días me llegan flores de parte de la familia Kim, salí con mis "cuñados" omegas y tuvimos una sección de comprar obligada por la madre de Taehyung, siento ganas de estrellar a alguien contra una pared y cagarlo a golpes pero no, compostura del omega puro, no quiero que mi madre muera de una paro cardiaco, me dispuse a salir para vestirme rápidamente, una vez abajo me cuestionaba nuevamente por que hacia esta mierda, ¿sería un castigo de la Diosa Luna? ¿Qué tan hijo de puta pude ser en el pasado?

Perdido entre mis pensamientos o más bien perdido en el mar que mi cabeza, medí el tiempo como siempre, pero seguí la estúpida rutina, me calcé lo más rápido que pude y salí divagando de mi habitación odiando cada parte de este ciclo de mierda en el que se había convertido mi vida, me la pasé entre tiendas de ropa, spa, peluquería, zapaterías y joyerías prácticamente consumieron todo mi día, pero claro un omega ¿no tiene nada más que hacer verdad? Estaba harto de los estereotipos de la maldita elite, si eres omega tienes que ser delicado, sumiso y bien portado, si eres alfa tienes que ser valiente, imponente y rebelde por naturaleza, si eres un beta, estas en medio de todo pero la sociedad no te recrimina nada, eres el más libre y una de las razones por la que mayoría de omegas envidiaba este rango y no importaba cuantos logros de mierda tuvieras, cuantas maestrías, cuantos conocimientos te otorgaran siempre serías tratado con delicadeza como si fueras una puta copa de cristal porque así era esta elite y no solo esta elite si no toda la maldita sociedad, un omega exitoso no lo era verdaderamente si no tenía un alfa el cual lo respaldara para cumplir sus ideales.

Resoplé por milésima vez en el día, los jeans negros informales me apretaban los muslos en demasía pero ya se había zafado de la maldita falda que planeaba ponerle su estilista argumentando que le quedaría bien por sus bonitas piernas, no lo malentiendan sabemos que la ropa no tiene genero pero en este caso no se permitiría ponerse algo como eso, se sabía que un omega hembra o macho podía usar cualquier tipo de ropa sin ser juzgado pero aun así se sentía incomodo con la brisa entre sus piernas que le permitía la falda por otra parte estaba en un dilema muy grande todas las camisas que tenía en frente eran de diferentes materiales, marcas y diseños pero la mayoría era de colores chillones que daban a resaltar la cintura, resignado a la causa me dispuse a elegir una de las que estaban dentro del camerino,

La Maldita Elite - TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora