Kim TaeHyung es la pesadilla de cualquier persona en especial la de Jeon JungKook.
Jeon JungKook solo quiere huir este jodido lugar.
Pero las cosas dan un giro drástico cuando son ¿Destinados?
¿Jeon es la debilidad de Kim?
¿Kim superará sus miedos?
...
La ventanilla del avión, el cielo se prendió luego de que el avión se elevara lo suficiente y aplasté la pulsera de goma contra la ansiedad que siempre usaba, necesitaba un descanso mental después de todo esto.
Extrañaba a TaeHyung pero era necesario, tenía que darse cuenta, tenía que aprender la lección.
Un nuevo omega, nuevo JungKook, sí eso haría.
Luego de once horas al fin pude otorgarle movilidad a mi piernas ya entumecidas, no era nuevo, estaba acostumbrado a los viajes pero era claro que un viaje de Corea a E.E.U.U era algo estresante, tomé mi maleta de la banda del aeropuerto y enredé la bufanda en mi cuello, a inicios de noviembre la temperatura bajaba considerablemente, prácticamente te convertías en una paleta de hielo andante.
Caminé hacía la puerta de salida encontrándome a dos omegas bulliciosos, ambos con ropas realmente abrigadoras abrazados de un cartel enorme con letras coloridas. El chillido de un omega me hizo salir de mi ensoñación con el cartel y me encontré con una Sam corriendo hacia mi y lo sabía, terminaría en el piso pero jodidamente lo valía.
— Koo! — dijo trepándose en mi para terminar tirados en el suelo — Te extrañé tanto, maldición! — beso mi rostro — No vuelvas a dejarme por pijas estiradas que no saben divertirse —
La risa fuerte de Jayden no me dejo responder, el cual me miro con ojos brillosos.
— Sácate de mi hombre, perra — soltó — levántense de una vez, mi camioneta esta fuera y siento que se me va a congelar el culo aquí —
Dicho esto, se fue pavoneándose con mi maleta hasta la salida.
— Míralo, ni siquiera saluda cuando el era el más emocionado por venir aquí —rió
Me quedé callado, algo perdido en mis pensamientos.
— Jay, aún no lo supera, ¿verdad? — suspiré cansino mientras ella entorno los ojos.
— Sabes que Jay tiene complejos de Alfa — murmuró mientras caminábamos hasta la salida — No ha podido olvidarte, se que no es tu culpa Kookoo — dijo con una mueca — J debe entender que no todo lo que quiere lo puede tener. — resopló
Un silencio se instaló entre nosotros hasta llegar a la camioneta, la mirada de Jay por el retrovisor me hizo aliviarme y Sam prendió la radio, todo volvía a ser como antes. El aire frio de New York, estampaba contra mi rostro helándome la nariz, sonreí.
— Kook, iremos a un bar esta noche — dijo en voz alta J — Alista tú mejor traje de zorra, nos fuimos — dijo mientras aceleraba en auto
Reí, enserio extrañaba mi vida aquí.
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1 mes y medio, un mes liberador, un mes de amor propio, un mes de libertad, era un jodido sueño pero como todo sueño tiene que acabar, el quince de diciembre con el frio calándome los huesos decidí volver al tormento, claramente venía preparado.
