El consejo III

72 11 5
                                    


- Aprende - Impacté mi puño derecho contra su pálida mejilla - A - siguió mi puño contrario - Respetar - la secuencia seguía - A los - Mi lobo enfurecido me incitaba a seguir castigándolo por esta insolencia - Omegas - Rugí con voz de mando 

El cuerpo inerte de cierto Alfa estaba abajo de mi, no se en que momento llegué tan rápido, tampoco sé por que en estos momentos estaba degollando al padre de mi amigo el cual intentaba zafarse cada minuto. 

Alfa viejo de grado 7 vs Alfa Puro joven de rango 9.

¿Cuales son sus apuestas de hoy?

Mi cabeza latía fuertemente  y mis manos poco a poco se llenaban de la sangre del contrario, nunca fui partidario de la violencia,es más pensaba tener un buen control sobre mi lobo con el cual últimamente nunca estaba de acuerdo. Sentí unos brazos enredarse por mis hombros y el encantador aroma a jazmines llego a mis fosas nasales, observe que de reojo se puso a mi lado para luego enredar su mano derecha entre mis cabellos, mis músculos se relajaron permitiendo para el ritmo repetitivo de golpes que llevaba desde hace unos minutos cesara, volteé a ver al omega a mi lado y su cálida mano delineo mi rostro por unos segundos mientras su mano opuesta acariciaba mis cabellos, soltando aún más feromonas.

Me serene completamente cuando ahueco mi mejilla con la palma de su mano, lastimosamente para mi, mi lobo se volvió a poner en guardia bruscamente y no era como para no estarlo

3 pares de ojos de Alfas estaban en Jungkook.

 Mi Jungkook.

Mi omega.

MÍO.

Me levanté apresuradamente cuando vi a Hoseok y San levantarse de su asiento, y lo rodeé entre mis brazos para marcarlo con mi aroma, el bonito pelinegro lo entendió enseguida, dejo de drenar su aroma y se restregó contra mi pecho ronroneando, levanté mi vista hacía los otros Alfas, Yoongi veía todo desinteresado, los Alfas Jung estaban tratando de controlar su aroma mientras Choi volvía su mirada a sus palmas con expresión confundida, sabía cual era el motivo y en realidad era muy común en Omegas como él o Park  pero mi pobre lobo se negaba a tomarlo de otra manera que no fuera una ofensa.

Lo tomé de la mano para volver al estrado, lo senté en mis piernas bruscamente y lo abracé posesivamente de la cintura apegándolo a mi, el pequeño demonio de Jungkook soltó un pequeño e inaudible jadeo, sonreí travieso.

Márcalo, es nuestro territorio, ese omega es nuestro.

Mi nariz aterrizo en la abertura de su cuello y se encajo allí con ninguna intensión de salir, el contrario ladeó aún más la cabeza y mi lobo me incitó a lamer su cuello, justo donde iría mi marca dentro de algunos meses, mi lengua contorneo su cuello y deje una pequeña mordida en este sacando un gemido bajo de el omega que se encontraba entre mis brazos, estaba satisfecho, sonreí.

Pero luego abrí los ojos desmesuradamente.

Jungkook estaba restregándose suavemente sobre mi, ya grande erección por suerte para nosotros, varios apartaron la vista dado que el acto anterior ya de por si era intimo, lo tomé de las caderas y simulé una embestida suave, otro gemido salió de su boca desvié mi mirada hacía su madre, la cual estaba ocupada dándole primeros auxilios al Alfa que yacía en el piso junto a la omega de el clan Choi y el padre del omega, sería rápido, no? 

Tomé la mano de el sonrojado omega para salir a través de aquellas portones de madera, el pelinegro a mi lado río y me siguió sin dudar, doble la esquina en el pasadizo y entre a los baños del personal, cerré la puerta luego de que el bonito omega ingresará para luego atacar sus labios a lo cual torpemente correspondía, alzo los brazos delicadamente para enrollarlos en mi cuello pero luego sus manos bajaron hacia la hebilla de mi pantalón, sorprendido ante el acto me separé.

La Maldita Elite - TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora