¿Oportunidad?

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Levantarme ya con un maldito dolor de cabeza y con los ojos pesados se hacía costumbre en mí, no recordaba lo acontecido en los últimos días, lo único que recuerdo es el fuerte olor a jazmines y lo suave que se sentía su piel entre mis manos, sus manos acariciando mi cabello y luego estaba todo totalmente negro, me levanté de la cama con un dolor de cuerpo horroroso, arrastré los pies hacia el baño y me despoje de mi ropa metiéndome a el chorro caliente de la ducha, sentí mis músculos destensarse, estuve algunos minutos de más tratando de rebuscar en mi memoria lo sucedido, salí de la ducha y me envolví la cadera con una toalla, me acerque al espejo y me miré detenidamente, piel acanelada, ojos almendrados, mandíbula definida, cuerpo marcado, cejas pobladas, labios rellenos, cabellos oscuros con uno que otro rizo y nariz perfilada, estaba bueno.

¿Entonces como me rechaza tan tajantemente?

¿No le atraigo lo suficiente?

¿Será que ya tiene alguien que le guste?

Gruñí, no, eso no era viable, él era mi prometido y no le permitiría huir con alguien dejándome en ridículo, él se iba a casar conmigo, íbamos a tener cachorros y tendríamos una familia, nuestro estúpido estatus subiría y seriamos la fusión mejor vista por la elite así lo dictaba la diosa luna.

Salí del baño y caminé directamente hacia mi escritorio, mi celular estaba allí, sin dudarlo lo prendí y lo primero que me recibió fue un mensaje de Minyoung, tomé mi celular con algo de desconfianza, pero rápidamente lo desbloqueé para entrar a su chat.

De: Minyoung

Hola, Tete.

¿Cómo estas hoy? Perdón por no contestar los últimos días, fueron algo ajetreados.

Te quiero, xoxo.

Suspiré sintiendo mi corazón salir desbocado mientras mi lobo se seguía manteniendo reacio ante la idea de Minyoung como mi omega, deje mi teléfono en el velador y me tiré a la cama sin saber que hacer verdaderamente, amaba a Minyoung, pero estaba comprometido con Jeon y nuestra boda se celebraría en medio año a más tardar, millones de cosas podrían pasar en ese tiempo.

Pero de nuevo mis pensamientos fueron interrumpidos por mi puerta abriéndose, volteé sobre el colchón para encontrarme a mis dos hermanos en frente mío, me miraron a los ojos y caminaron suavemente hacia mí con precaución, reí.

- Termino mi celo, acérquense rápido que me dan jaqueca. - dije

Yeo suspiro y se enderezo al igual que Jung, caminaron y rodearon mi cama por ende tuve que incorporarme.

- Vístete, tu omega esta abajo y tiene un humor del demonio. – bramó mi segundo hermano

- ¿Qué hace aquí? – cuestione confundido, hasta donde recuerdo no quedamos

- Él fue el que te inyecto el sedante – comentó irritado Yeo – Hiciste todo un maldito escándalo, hasta mordiste a Jung – baje la vista a su mano vendada y lo miré a la expectativa – no querías que nadie se acerque excepto Jungkook aparte de manosearlo prácticamente frente a nosotros, luego te tranquilizo y logro inyectarte la aguja en el hombro –

Proclame una maldición, ¿En serio tenía tanta mala suerte?, ¿Jeon me patearía las bolas? ¿Será este el fin del hombre araña?

Mis hermanos me miraron serios mientras me observaban correr por la habitación como alma que persigue el diablo, luego de colocarme la ropa interior y un cárdigan cualquier tomé unos jeans y por último mi calzado, vi a mis hermanos nervioso y lo que ellos negaron.

La Maldita Elite - TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora