Un cercano "nosotros"

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- TE DIJE QUE NO, JUNGKOOK - Solté arrepintiéndome al instante al momento de ver sus bonitos ojos cristalizados.

Gruñí por lo bajo al sentir el tirón en mi entrepierna, pero pare la masturbación al escuchar el pequeño sollozo que provenía del pequeño pelinegro el cual de la pose altamente provocadora cambio a un pequeño ovillo en la cama temblando ligeramente, mi nivel de excitación bajo completamente y mi lobo me gruñó fuertemente.

¡HUMANO INEPTO! ¡NUESTRO OMEGA! LO LASTIMASTE DE NUEVO

Suspiré bajo para acercarme nuevamente hacia él, sus ojos color tormenta alcanzaron los míos y mi pecho se oprimió, elevé la mano para confortarlo más, se corrió levemente de este algo asustado y temblando, mi lobo aulló adolorido por el rechazo de su omega y un nudo se instaló en mi garganta dificultándome tragar la saliva.

- Bebé, no huyas de mí, por favor - murmuré con voz dulce

El silencio reino en la habitación acompañándose de los bajos sollozos del pelinegro.

- Kookie, perdóname, no es lo que piensas es que simplemente yo no puedo hacerte daño. - repuse dolido conmigo mismo.

No quería que esto fuera algo momentáneo y sabía lo que implicaba para el perder la virginidad de esta manera, tenía prometido y era un omega puro virgen, uno de los más importantes de la elite, no podía perjudicarlo así, sería exponerlo hacia millones de críticas y personas mal intencionadas más cuando quería que fuera mi omega y esposo. Quizás si las cosas fueran diferentes o aún siguiéramos comprometidos como Yoongi y su omega, pero aun así mancharía su nombre y lo que menos quería era hacerle ese tipo de daño, Jungkook era un ángel caído del cielo, no merecía ningún tipo de mal trato al cual claramente pasaría si me descontrolaba en estos momentos.

Su llanto se hizo un poco más fuerte el cual fue acompañado con hipidos, me cuestioné que hacer, nunca había calmado a un omega es más luego de tener sexo ni siquiera recordaba su nombre, pero este omega rompía cada uno de los estereotipos que tenía impuestos y sin duda era con justas razones.

Subí lentamente a la cama y atrape su cuerpo desnudo entre mis brazos, lo sentí temblar contra mi pecho intentado separarse más no le di la oportunidad de hacerlo, lo consolaría si eso haría.

- Jungkook, cálmate por favor - susurré cerca de su oído

- N-no me to-toques - sollozó - No me quieres, t-tú prefieres a otros omegas - hipo

- No, cariño, no lo hago, tú eres el único. - aseguré calmo apretándolo aún más en mis brazos

- No es cierto!! - explotó llorando - ¡Tú n-no me quieres, nunca seré lo suficiente para ti! - golpeo mi pecho con sus pequeñas manos -

- Kookie, no digas eso - lo aparté para ver sus bellas tormentas más sus ojos estaban completamente celestes.

- No somos lo suficiente para llevar tus cachorros ni tu marca, nunca lo seremos, ¿verdad? - sollozó

Mi lobo lucho para salir y hacerle saber a su omega que en ese momento otorgaría su marca para siempre y lo anudaría cuantas veces sean necesarias, más me contuve para no hacer cosas de las que nos arrepentiríamos. Sus sollozos se hicieron más fuertes igual que los temblores y sin otra idea formulándose en mi cerebro, canté.

La Maldita Elite - TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora