Mounstro

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El sonido de las aves contrastaba con las suaves notas del piano, la tenue brisa hizo temblar mi cuerpo sin abrigo y me acurruqué contra mis propios brazos y me dispuse a levantarme de la cama, el suave colchón contuvo un rechinido, la reluciente madera crujió delicadamente mientras la melodiosa voz que acompañaba al piano resonaba por toda el apartamento, apresuré mi andar para luego detenerme en el cuarto prohibido de Taehyung, si, su cuarto prohibido.

4 am

Taehyung no era un Alfa problemático como todos creían, en realidad, era muy complaciente, pero a pesar de eso tenía sus propios problemas, usualmente tocaba el piano por las madrugadas, casi siempre era con algo de alcohol en su organismo. Tocaba diferentes canciones las cuales completaba con su suave voz, tenía prohibido ir hacía esa habitación, solo a esa habitación.

Pasaron bastantes días, semanas, estábamos cómodos el uno con el otro, al fin podemos entendernos, compartir algo más que peleas y corazones rotos.

Descalzo recorrí por el pasillo hacía aquella puerta de mármol en la cual colgaba un pequeño post-it puesto por su dueño indicando una sola instrucción "No pasar", usualmente aquella habitación se mantenía bajo llave y dude, dude en hacerlo pero un suave sollozó con un pequeño hipido me alentaron a abrir a enorme puerta con detalles dorados, el color blanco de habitación me recibió junto a la tenue iluminación, la sonido del piano retumbaba en la solitaria habitación al igual que cierta voz que parecía no notar mi presencia.

Decidí avanzar con pasos suaves hacía dentro y cerrar la puerta con suma delicadeza para no perturbar el ambiente, tomé con nerviosismo las mangas de mi camisón blanco mientras las apretaba contra mis yemas, lo visualicé con tan solo una camisa blanca y unos pantalones holgados color arena, sus manos paseaban con suma comodidad las teclas algo amarillentas debido al desgaste de los años mientras el imponente piano color negro con detalles cobres reposaba tranquilo en medio de la sala, mis ojos recorrieron el lugar el cual solo paredes vacías de un débil color blanco una lampara la cual lograba dar una tenue luz amarillenta mientras el cuerpo de Taehyung reposaba en un banco negro y se mantenía erguido con los ojos cerrados fuertemente tocando mientras a la par cantaba en voz baja, su expresión perturbada descoloco mi ser.

¿Debería hacer que parara?

El dulce sonido de su voz seguido del piano me indicaba que ya estaba por terminar la canción, lo sentí inhalar y tocó aún más despacio abriendo lentamente los ojos.

— Te dije que no podías estar aquí —susurró apoyando sus muñecas en la parte superior del piano —

Asentí como sí me estuviera viendo pero era claro que no lo hacía tenía la vista fija en frente donde reposaba un pequeño portarretrato algo desgastado color caoba en ella había una foto podía jurar que era un omega, delgado, tez blanca, sus rizos pelirrojos caían de forma agraciada sobre su rostro el cual estaba decorado con bonitas pecas, ojos color marrón y una linda sonrisa inocente seguido de él se podía ver un chico mucho más alto que él algo fornido, ojos verdosos podía jurar que se parecía demasiado KangJoon y luego teníamos a Taehyung quizás con un poco menos de musculatura pero aun así su mandíbula marcada y sus intensos ojos siempre estuvieron con él.

Escuché su risa seca y algo rota, no comprendía que pasaba en sí, necesitaba saberlo, di tres pasos hacía él y lo vi apretar los ojos y empuñar las manos sobre las teclas amarillentas.

— Vete — gruñó — no te quiero aquí — dijo con los ojos apretados — te prohibí entrar aquí —

Me encogí en mi lugar, Taehyung nunca me gruñía es más nunca me había levantado la voz y si lo hacía minutos después estaba rogándome perdón. ¿Qué sucedía?

La Maldita Elite - TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora