Mi motivo de ser || Jasper Hale

Capítulo 48

Segundo Acto || Parte Quince 

"Riley Biers"

Rosalie junto a Emmett se quedaron a supervisar la fiesta, el resto se reunió en la oficina de Carlisle, incluso los cambiaformas los acompañaron.

—Llegarán en cuatro días—informó Alice.

—Esto será un baño de sangre—dice Carlisle mirando el suelo pensativo.

—¿Quién planeó esto? —pregunto Jeremy.

—En mi visión no reconocí a nadie, tal vez a uno.

—Conozco su cara—menciona Edward—. Es de aquí, Riley Biers.

—Él no empezó esto, no tienen motivos para hacerlo—opinó Dereck.

—Quién haya sido se mantiene alejado—señaló Alice de acuerdo con Dereck.

—Está jugando con los puntos ciegos de tu visión—deduce Carlisle mirando a su hija.

—No con los míos—Aidan toma la palabra—. Todos aquí sabemos quien tienen un motivo para crear un ejército de neófitos que venga hasta Forks por la cabeza de una humana, lo único que no puedo descifrar es la presencia de cuatro personas, solo logro ver sombras.

—¿Puedes identificar las sombras que menciona Aidan, Lizzy?—pregunta Dylan.

Al no escuchar respuesta es cuando todos se percatan que la mencionada no se encuentra en el lugar.

—¿Dónde está?

—Iré a buscarla—Jasper se ofrece para ir a buscarla.

—De cualquier forma, un ejército viene y no somos los suficientes para defender la ciudad—Jared recordó retomando la plática.

—Esperen—interrumpió Jacob confundido—¿De qué ejército hablan?

—Neófitos, de los nuestros—responde Carlisle.

—¿Qué es lo que buscan?

—¿Qué acaso no ya lo dije?—Aidan pregunta con fastidio—. Es obvio que vienen por la única humana en este lugar—rueda los ojos.

—¿Buscan a Bella?—Jacob se preocupa—. ¿Cuál es su propósito?

—Es una pelea muy fea, se perderán vidas—menciona Dylan.

Jacob miró a sus hermanos de manada, estos asintieron con la cabeza a su pregunta no formulada.

—De acuerdo, nos apuntamos.

—No—desaprueba Bella—. Los matarían a todos, no quiero.

—Yo no te pedí permiso—la reta el moreno.

—No es momento de peleas—Elizabeth entra a la habitación, Jasper detrás de ella.

—Elizabeth, hazle entender a Edward que esto es peligroso—Bella se acerca a la pelirroja tratando de convencerla.

—Bella, significa más protección para ti—la mira seriamente—. Los cambiaforma serían una ventaja para nosotros, ellos no saben que existen.

—Jacob—lo nombra Carlisle—. ¿Crees que Sam accedería a un acuerdo?

—Sí así podemos matar a algunos vampiros, desde luego.

—Necesito coordinarlo.

—Carlisle, es arriesgado—Bella menciona desesperada, no quería que su amigo se viera envuelto en esto.

—Debemos entrenarlos —Carlisle ignora la petición de la humana—. Jasper sabe lo que se requiere para pelear con neófitos, pueden acompañarnos.

—Bien—acepta Jacob—. Digan cuándo y dónde.

—Jake, no saben en lo que se están involucrando—insistió Bella con la mirada fija en su amigo.

—Bella, esto es lo que hacemos—le recuerda Jacob—. Deberías estar feliz, míranos, trabajando juntos. Recuerdas que tú querías que todos nos lleváramos bien.

—Pueden retirarse chicos, Carlisle y yo nos quedaremos a coordinar—Dylan despide a sus hermanos.

—¿Dónde estabas Elizabeth?—la aborda Rosalie.

—Salí a tomar aire, me estaba agobiando un poco—su madre se acerca a abrazarla.

—No te vayas sola, por favor.

—No lo volveré a hacer mamá—Rosalie deja un beso en su frente.

—Es hora de descansar princesa—Aidan se acerca separando a su hermana de la rubia.

—Por favor no se duerman tarde, los levantaré a las seis de la mañana para ir a cazar—Esme le pide a los híbridos—. ¿Lo prometen?

—Juramos solemnemente que nuestras intenciones no son buenas— los cuatro salen corriendo de la casa entre risas.

Caleb, Colins y Aidan observaban a su hermana menor dormir, los tres se encontraban preocupados por ella, maldecían el día que Isabella Swan llegó a sus vidas.

La humana se volvió una problemática sin solución, era la representación en persona de su propia tormenta después de la calma, un desastre colateral que odian tener que reparar cada que una nueva grieta se abría.

Sus hermanos mayores no lucharon hasta casi desfallecer en contra de su padre como para que llegue esa humana a arruinar su paz. 

La pelea se acercaba y nadie podía evitarla. La pequeña Elizabeth pedía que nada le pasara a su familia.