Mi motivo de ser || Jasper Hale

Capítulo 52

Segundo Acto || Parte Diecinueve

"¿Bree Tanner?"

La guardia principal de los Vulturi apareció en el campo de visión de los vampiros vegetarianos, la única mujer del cuarteto inspecciona minuciosamente el territorio y a los vampiros.

—Increíble—halaga Jane—. Nunca había visto a un clan escapar intacto de un ataque como este—su mirada se posa en el mayor de los Hoechlin.

—Tuvimos suerte—contestó Carlisle con simpleza, Dylan sonríe de lado ante sus palabras.

Alec observa a la híbrida encantado, su aroma lo llamaba, deseaba deleitarse de tan embriagante olor. Jasper percibe las emociones del castaño, se apega más al cuerpo de la pelirroja desafiándolo con la mirada.

—Eso lo dudó—replicó Jane—. Teniendo a la familia real de su lado es evidente que ganarían—su mirada se encuentra con aquellos ojos similares a las esmeraldas, una pequeña sonrisa aparece en su rostro—. Es un gusto volver a coincidir con usted, principessa.

—Lo mismo digo Jane.

—Los amos mandan sus felicitaciones, desean que pase a visitarnos pronto.

Elizabeth asiente con la cabeza. El ambiente vuelve a ser tenso cuando el tema de conversación gira en torno a la pelea y las miradas del cuarteto recaen por unos segundos en la única humana.

—Parece que nos perdimos de una buena pelea—comentó Alec.

—Sí—afirma Jane llevando su atención al clan olímpico—. No con frecuencia somos innecesarios.

—De haber llegado hace media hora hubieran cumplido con su propósito—ataca Edward.

—Que pena—contestó la rubia sin sentir nada, su mirada se detuvo en la neófita atrás de ellos—. Les faltó una.

Jasper se coloca frente a la pequeña pelinegra mirando con seriedad a la rubia, Elizabeth repite su acción.

—No permitiré que se le acerquen—advierte retando a la rubia.

—Le ofrecimos asilo sí se daba por vencida—informó Carlisle mirando por unos instantes a la pareja con curiosidad.

—Tú no puedes ofrecer eso—negó Jane mirando a la neófita—. ¿Por qué viniste?—utiliza su don en contra de ella, la pelinegra cae al suelo gritando de agonía—. ¿Quién te creó?

—¡Jane, basta!—Elizabeth contraataca a la rubia con su propio don—. ¡No me obligues a hacer esto, Jane!—súplica dejando de ejercer su don—. No deseo lastimarlos, pero sí atentan contra ella me veré en la obligación de enfrentarlos.

—No lo sé—contestó la neófita con dificultad, Jasper la ayuda a colocarse de pies mientras la envuelve entre sus brazos protectoramente—. Riley no nos lo dijo, él decía que nuestros pensamientos no eran seguros.

—Su nombre era Victoria, tal vez la conocías—dice Edward mirando a los Vulturi con altanería.

—Edward, si los Volturi hubieran sabido de Victoria la habrían detenido. ¿No es cierto, Jane?—Carlisle menciona con su habitual tono tranquilo.

—Claro—contestó la vampiresa.

—Es su deber saberlo Carlisle, si no fuese así tendríamos que sustituir a sus amos por personas más competentes—Dylan sonríe con cinismos disfrutando ver el enojo reflejado en el rostro del cuarteto.