Mi motivo de ser || Jasper Hale

Capítulo 82

Cuarto Acto || Parte cuatro

"De regreso a Forks"

Aidan Hoechlin entró a la biblioteca del castillo Vulturi azotando la puerta, todos sus hermanos voltearon a verlo.

—Regresamos a Forks—espeta el vidente.

—¿Por qué deberíamos hacerlo?—pregunta Jeremy—. Lo que haga Isabella ya no es asunto nuestro, los Cullen tendrán que salvarse solos.

—¿Acaso crees que los obligaría a regresar a Forks para arreglar los problemas que crea esa interesada?—menciona con indignación—. Se trata de nuestra hermana.

—¿Qué es lo que ocurre?—pregunta Dereck.

—Ella está en peligro, la están cazando—fueron suficientes sus palabras para que Dylan decida regresar a aquel pueblo de inmediato.

—Volveremos a Forks por la noche, preparen sus cosas—les ordena Dylan, los otros cuatro vampiros que lo acompañaban se pusieron de pie.

—Nosotros vamos con ustedes— comenta Jane por los cuatro—. No dejaremos sola a nuestra princesa.

—Jane, es arriesgado—dice Dylan viendo a la rubia.

—¿Acaso olvidan quienes somos?—pregunta él gemelo de la rubia indignado—. Somos los mejores de la guardia, podremos serles de ayuda.

—Dylan, Alec tiene razón—le dice Jeremy al mayor—. Ellos son especialistas en el rastreo, será más fácil encontrarlo.

El mayor acepta que la guardia principal los acompañe.

—Mis hermanos vienen en camino— le hace saber Elizabeth a su compañero—. Vienen a ayudarnos— Jasper la envuelve entre sus brazos.

—Nos hemos librado de muchos peligros, superaremos uno más—la consuela—. No dejaré que se te acerque, primero tendrá que pasar encima de mí.

—Nos protegeremos entre todos como lo hemos hecho—menciona él doctor Cullen—. La familia es primero ante todo.

—Tendremos que atrasar los planes para nuestra boda— informa la pelirroja triste.

Ella deseaba casarse con Jasper cuanto antes.

—Podemos hacer ambas cosas— dice Alice esperanzada—. Yo me encargaré de los preparativos, no los decepcionaré.

—Gracias Alice—agradece él empático.

Al caer la noche el clan sangre pura ingresa a la residencia Cullen, dejaron de lado todo prejuicio de regresar a aquel lugar donde se encontraban las personas que detestaban. Tenían que unir fuerzas para salvar a la princesa Hoechlin.

—Bienvenidos— los recibe Carlisle.

—Carlisle—saluda Dylan—. No regresamos para quedarnos, solo venimos a ayudar a nuestra hermana.

—Lo entiendo, el tiempo que se queden serán bienvenidos— ambos hombres se saludan con un abrazo—. Por favor pasen.

Los pura sangre y sus acompañantes entraron a la casa, los Vulturi analizaban cada detalle de la casa, obviamente sin quitar sus aires de grandeza y superioridad.

—¿Qué hacen ellos aquí?— siseó Edward viendo a los de la guardia, esconde a su hija detrás de él—. No son bienvenidos aquí.

—Edward—reprime Carlisle—. No es momento de pelear, si ellos vienen con los Hoechlin significa que vienen a ayudar.

—No necesitamos su ayuda, nunca lo hicimos—le responde fríamente al patriarca.

—Somos más útiles que tú. ¿De qué sirve un lector de mentes ante un rastreador, dos ex-brujos y un excelente combatiente?—menciona con burla Demitri—. Nosotros somos especialistas en el rastreo, ¿y tú qué eres? Un simple vampiro común y corriente.

Sus amigos y los nuevos líderes del mundo vampírico sonríen evitando soltarse a reír. No era el momento adecuado para hacerlo, ya lo harían después.

—Si son tan importantes como dices, ¿por qué Aro me quería en la guardia?—contraataca Edward sintiéndose ofendido por las palabras del rastreador.

—Solamente por tu don, no por tus habilidades. Si hubieras aceptado su oferta estarías a un nivel inferior a nosotros—respondió Alec con superioridad—. Deberías bajarle dos rayitas a tu egocentrismo, nosotros podemos acabar contigo en cuestión de segundos.

Edward se le iba a lanzar encima siendo retenido por Jared.

—Basta Edward—le espeta molesto—. No eres nadie para opinar, te hemos salvado a ti y Isabella tantas veces como para opinar quien va ayudarnos. Ellos han demostrado dar su vida con tal de salvar a Elizabeth a diferencia de ti.

—Lo mejor será que tu y Bella no participen en esto hijo—pide Carlisle.

Edward sale molesto de la casa siendo seguido por su esposa e hija.

—Gracias Carlisle— le agradece Dylan.