Mi motivo de ser || Jasper Hale

Capítulo 11

Primer Acto || Parte Once

"Jasper vs Alec parte-2-"

Caída la noche Jasper fue a recoger a Elizabeth, la pelirroja se encontraba en la habitación de Jane siendo cuidada por esta y Alec. Al llegar a la habitación toco tres veces la puerta.

—¿Qué quieres? —le pregunta fríamente Jane cuando abre la puerta.

—Ya es de noche y Lizzy debe ir a dormir.

—Yo quiero seguir jugando—Elizabeth se abraza de las piernas de la rubia—. Por favor Jasper, un rato más—hace un puchero.

—Lo siento Lizzy—se agacha a su altura y acaricia su cabeza—. Rosalie me envió por ti, es hora de dormir.

—Ella solo necesita dormir 4 horas, apenas son las 12—Alec se coloca detrás de la pelirroja apoyando una de sus manos en el hombro de Elizabeth—. Deberías irte, nosotros nos aseguraremos que duerma cuando ella quiera.

—Tiene horarios que seguir y no puede desobedecer a su mamá—toma la mano de Elizabeth y la acerca a él—. Ustedes los Vulturi deben saber la importancia de seguir las reglas, ¿no? Al fin de cuentas eso es lo único que hacen, ser los mandaderos de Aro—sonríe de lado al ver como los ex gemelos brujos lo fulminaban con la mirada.

—No peleen, por favor—les pide Elizabeth tomando las manos de ambos—. Debería ir a dormir, buenas noches—se acerca a Jane y Alec besando sus mejillas.

—Buenas noches princesa—Alec la envuelve entre sus brazos—. Mañana seguiremos jugando, ¿te parece?

—Está bien, hasta mañana Alec—besa su mejilla, pero este deposita un pequeño beso cerca de sus labios, el acto causo un sonrojo en la pelirroja y Jasper no pudo evitar gruñir.

—Hasta mañana Jane—se despide de la rubia tomando la mano de Jasper.

El empático la toma en brazos y la lleva hasta su habitación, a petición de la pelirroja le conto una historia, la arropo y beso su frente cuando se quedo dormida. 

Los de la guarda, los Cullen y los Hoechlin ayudaban a Alice con los preparativos de la fiesta, todo tenía que estar listo antes de la noche.

Jasper y Alec se preparaban para impresionar a la pelirroja, durante todo el día estuvieron arrebatándola de los brazos del otro para pasar tiempo con ella, a Elizabeth le encantaba la situación, para ella era como jugar a las escondidas.

Al llegar la hora de la fiesta llevaron a la pequeña a la sala de los tronos, en medio de esta había un pequeño pastel. Cantaron el feliz cumpleaños, al terminar de cantar Elizabeth soplo las velas, tenía una enorme sonrisa en su rostro.

Comenzaron a entregarle los regalos, tanto la familia de Elizabeth como los de la guardia estaban al pendiente de los regalos de Jasper y Alec.

Jasper le regalo un collar con el escudo del clan Cullen, la pequeño lo abrazo sin dejar de agradecerle, le encanto el detalle.

—Gracias Jasper—besa su mejilla.

—Princesa—Alec la llama mientras le extiende su mano—. Ven, por favor—Elizabeth corre a su lado—. Espero te gusten los regalos que te traje, lo mejor de lo mejor para ti.

La acerca a una esquina de la sala donde había una gran montaña de cajas de regalos, los ojos de Elizabeth se iluminan y corre a abrir sus regalos.

—Gracias Alec—se aferra a él mientras esconde su cabeza en su cuello—. Gracias por todo, te quiero—besa su mejilla y le sonríe dulcemente antes de regresar a desenvolver sus regalos.

Te quiero.

Aquellas dos palabras se repetían en la cabeza del castaño, jamás le habían dicho algo parecido, sentía como su corazón muerto era envuelto en una cálida sensación. Llevo su mano a su pecho y lo apretó, le gustaba esa sensación, era abrasadora y tranquilizadora.

—Jasper cálmate —Edward se acerca al empático al leer sus pensamientos.

Aro sonríe para sus adentros al ver lo que su "hijo" estaba logrando.

Jasper se zafa bruscamente del agarre de Edward y corre a estampar a Alec contra una pared, su mirada era oscura y respiraba pesadamente.

—Saldrás perdiendo Cullen—le sonríe arrogantemente.

—Eso ya lo veremos.

Alec lo empuja al otro extremo de la sala comenzando así a pelear, Elizabeth corre a los brazos de Edward escondiéndose en su cuello, su pequeño cuerpo comenzaba a temblar de miedo.

Le había aterrado los pensamientos y emociones de ambos, eran tan oscuros y abrumadores para una niña como ella. Edward la consolaba acariciando su espalda y tarareando una canción en su oído, él la entendía y sabía que era mucho para ella.

Nadie se interpuso en la pelea, Aro y Klaus eran los únicos que veían con diversión lo que estaba pasando.

—¡Apuesto 100,000 por Alec!— exclama Klaus agitando unos billetes en sus manos—. Uff, eso debió doler—comenta al ver a Jasper pasar volando.

—¡Cállate Klaus!— le gritan los gemelos.

Alec estaba por terminar con Jasper, estaba a nada de separar su cabeza de su cuerpo, pero aquello no ocurrió gracias a cierta pelirroja.