Tu eres mi ángel y yo tu demonio.
Solamente quiero que seas tu la persona que le de un significado a la palabra amor.
Toma mi mano y no me sueltes, sálvame de la oscuridad que me hunde.
Se mi motivo de ser.
Inicio: 19 de septiembre de 2020.
Finaliza...
Nuestro viaje comenzó por el continente americano, pasamos algunos días en Canadá, México, Argentina, Brasil y Perú. Posteriormente emprendimos vuelo al continente europeo, Elizabeth deseaba visitar Rusia así que actualmente residimos ahí.
Nos encontrábamos sentados frente a la chimenea, mi dulce princesa disfrutaba de un té de manzanilla. Me gustaba admirar su rostro apacible, el como la chimenea alumbraba su delicado rostro haciendo brillar su sedosa cabellera pelirroja.
—Te amo Lizzy—beso su cabeza mientras acaricio sus manos.
—Yo también—lleva una de mis manos hasta sus labios depositando un delicado beso en el dorso de mi mano.
Bastaron un par de minutos para que quedara completamente dormida entre mis brazos, me tranquilizaba escuchar su suave respiración. La cargo delicadamente, camino hasta recostarla con cuidado que no despierte en la cama, la arropo asegurándome que no pase frio durante la noche.
Acomodo algunos de sus mechones sueltos que le estorbaban, una sonrisa se forma en mi rostro al mismo tiempo que acaricio una de sus mejillas. Ante mi se encontraba un ser de luz y pureza, la obra de arte más bella que he visto en toda mi vida inmortal.
Besé su frente con cariño, una pequeña sonrisa se forma en su rostro como reacción ante mi toque. Tomo un libro de la mesita de noche recostándome a su lado, dispuesto a velar sus sueños hasta ver nuevamente esas hermosas esmeraldas que me miran con amor.
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Después de un gran día lo único que quería hacer los jóvenes amantes era descansar. Tomaron una ducha antes de recostarse en la cama.
Jasper admiraba la belleza de la menor, susurraba elogios como si de un secreto se tratase. Se tomaba su tiempo para disfrutar y guardar en su memoria cada uno de los besos que compartía con ella.
La intensidad de los besos comenzó a subir poco a poco, a Elizabeth se le dificulto un poco seguirle el ritmo, pero Jasper la guio en todo momento. Al separarse un hilo de saliva los unía, si no fuera porque la menor necesita respirar aquel beso jamás se hubiera roto.
La imagen de Elizabeth sonrojada y con la respiración entrecortada lo volvió loco, sus impulsos primitivos salieron a la luz oscureciendo y dilatando sus pupilas, una corriente eléctrica recorrió todo su cuerpo exigiéndole más contacto con la menor.
Junta sus bocas en un beso más necesitado, poco a poco descendió por su mandíbula hasta su clavícula. Besaba, succionaba y mordía su piel dejando pequeños hematomas que desaparecerían a la mañana siguiente.
Giro sobre la cama colocando a la pelirroja sobre él, acaricia su espalda baja al igual que sus piernas. Elizabeth trataba de silenciar aquellos "ruidos vergonzosos" que emitía ante el toque del mayor.
El empático vuelve a girar posicionándose sobre ella, sus manos viajan hasta el final del vestido con el objetivo de retirarlo. Jasper se aleja abruptamente de la menor al darse cuenta de sus acciones, se queda parado en una esquina de la habitación.
—¿Jazz, qué ocurre?—le pregunta la menor por su extraño comportamiento.
—No podemos hacer esto, aun no estas lista y no quiero lastimarte—desvía su mirada de la pelirroja.
—Jasper—se acerca hasta él tomando sus manos delicadamente.
Caminaron hasta la cama donde se recostaron, el empático escondió su rostro en el cuello de la menor.
—Jazz
—¿Mmm?
—¿Por qué succionabas mi cuello?—pregunta curiosa la pelirroja.
Jasper soltó una risita ante la inocencia de su compañera.
—Se llaman chupetones princesa, es mi forma de demostrar que te amo—sonríe orgulloso al ver los hematomas sobre su piel.
—¿Enserio?—lo obliga a separarse un poco para verlo a los ojos, este asintió ante su pregunta—. ¿Puedo hacerte uno? —pregunta tímida, deseaba demostrarle de igual modo cuanto lo amaba.
Los ojos del rubio se abrieron en grande ante la inesperada pregunta, acepta en cuanto se recupera de la sorpresa.
Elizabeth se posiciona sobre el con delicadeza, los ojos de Jasper seguían cada uno de sus movimientos. La pelirroja tímidamente acerca su rostro al cuello del Hale, repite lo mismo que hizo el rubio dejando un chupetón en su pálida piel.
El empático no pudo evitar soltar un jadeo ante tan placentera acción.
—Listo, ahora todos sabrán que te amo—lo mira con las mejillas levemente sonrojadas.
Jasper suelta una risita risueña acariciando su mejilla, la envuelve entre sus brazos acostándola a su lado.
—Es hora de dormir, descansa Lizzy.
Tarareo una suave melodía al mismo tiempo que acariciaba su cabello, bastaron un par de minutos para que callera completamente en brazos de Morfeo.
A la mitad de la noche la pelirroja se despierta sobresaltada, Jasper se acerca a ella preocupado.
—¿Qué ocurre?
—Tenemos que salvar a Edward.
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