Tu eres mi ángel y yo tu demonio.
Solamente quiero que seas tu la persona que le de un significado a la palabra amor.
Toma mi mano y no me sueltes, sálvame de la oscuridad que me hunde.
Se mi motivo de ser.
Inicio: 19 de septiembre de 2020.
Finaliza...
Alice entra silenciosamente en la habitación de Elizabeth, sonríe enternecida al ver la escena entre madre e hija, aprovecha para tomar varias fotos antes de retirarse.
—Rosalie—se desliza con elegancia alrededor de la rubia, salta sobre su lugar demostrando su entusiasmo.
—¿Qué ocurre?
—Ve esto—le entrega su celular.
Rosalie sonríe emocionada, corre como niña pequeña a enseñarle las fotos a la mujer que consideraba una madre.
—Esme ve esto.
—Se ven hermosas—contempla a la rubia, su sonrisa se agranda al ver el rostro resplandeciente de su hija—. Lo has hecho bien Rosalie, este es el fruto de tu trabajo—acaricia su cabello con amor—. Eres una buena madre—la rodea entre sus brazos.
—¿A qué se debe el regocijo en el ambiente?—pregunta Jasper ingresando a la cocina con sus hermanos detrás de él.
—Vean esto—Rosalie le extiende el celular al empático con ostensible júbilo.
Emmett observa a su compañera, su amada Rosalie resplandecía como hace tiempo no lo hacía, una sonrisa radiante adornaba su rostro casi inexpresivo. Se acerca con curiosidad logrando ver lo que ponía de ese modo a la mujer de su vida.
De pronto todo a su alrededor cambió, parecía no ser lo mismo ahora. Se sentía como si sus vidas hubiesen cambiado, ¿a esto es lo que todos llaman estar en la cima del mundo? Así es como Emmett se sentía en ese preciso momento.
Ver la sonrisa de la rubia era como ver miles de estrellas brillando alrededor de él, volvió a enamorarse una vez más de aquel ángel que el destino había puesto a su lado y la había convertido en su razón de existir.
Se sentía bienaventurado de ver como el mayor deseo de su Rosa se cumplía, tenían su propia familia, por fin sería completamente feliz.
Toma a la rubia entre sus brazos besándola con amor y gozo.
Por otro lado, Jasper se sentía en la cúspide de la euforia total, poseía lo que nunca creyó tener en su vida inmortal, una familia propia.
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Bree aparece en lo alto de las escaleras, las miradas sobre su tímida figura que deslumbraba por la elegancia del vestido negro que se ajustaba a su cuerpo a la perfección.
Los presentes tuvieron un deja vu, para ellos fue como ver a Elizabeth descender las mismas escaleras meses atrás. Fue justo en ese momento que se percataron que el tiempo no pasa tan lento como creían, aquella bebé que llegó a sus vidas para cambiarlas para siempre ahora era toda una mujer, preparada para formar su propia familia aunque les costará creerlo.
