Mi motivo de ser || Jasper Hale

Capítulo 47

Segundo Acto || Parte Catorce

"Visita inesperada"

La música se escuchaba a todo volumen en la residencia Cullen, adolescentes iban y venían por toda la casa mientras disfrutaban de la fiesta, algunos bailaban y otros conversaban entre ellos.

Jasper y Elizabeth movían sus cuerpos al ritmo de la canción, sus ojos no se desvían de los contrarios en ningún momento, ni siquiera parpadeaban odiando la idea de salir de aquellos ojos donde amaban perderse día a día.

—Ari, ¿podemos hablar?—Edward interrumpe el momento de la pareja, sus labios se curvan formando una mueca al leer los pensamientos de su hermano adoptivo, lo mira apenado por su intromisión.

La pelirroja mira a su compañero pidiendo permiso con la mirada, el rubio asiente con la cabeza. El cobrizo toma con delicadeza la mano de la menor conduciendola a la parte trasera de la casa, al llegar la pelirroja se suelta de su agarre marcando su distancia.

—Tengo un regalo de graduación para ti— extiende una pequeña cajita en su dirección, dentro de ella se encontraba una pulsera de oro.

—Últimamente me la paso pidiendo disculpas, has escuchado repetidas veces las palabras lo siento salir de mis labios—se relame los labios meditando sus siguientes palabras—. Para este punto no me sorprendería que no te fiaras de mí, lo comprendería completamente—se aproxima a ella con suavidad tentando si le permitirá acercarse o no, al no ver un rechazo de su parte se permite tomar una de sus manos—. Te suplico que me des otra oportunidad de remediar mis equivocaciones.

—Lo mejor será que lo terminemos, esta relación ya no es funcional para ninguno, o al menos ya no lo es para mi—musita evitando verlo a los ojos.

—Por favor no digas eso—toma sus manos entre las suyas, sus ojos reflejaban miedo y desesperación, no podía perderla—. Podremos volver a tener lo de antes, no te rindas, te lo imploro—sus ojos se cristalizan de lágrimas que jamás logrará derramar.

—Aferrarnos al anhelo de regresar a lo que solíamos ser solo causará abatimiento, pena y dolor—se suelta de su agarre volviendo a tomar distancia—. No me siento capaz de volver a intentarlo, siento que ya no te conozco.

—Sigo siendo el mismo Edward Cullen que tu conoces, por favor Elizabeth—da un paso acercándose, pero ella retrocede, la mira con dolor—. Podemos construir un lazo aún más fuerte, esto no puede terminar así.

—Deberías haber elegido la fidelidad y honestidad, entonces puede que no lo hayas arruinado.

—No me daré por vencido como lo estás haciendo, seguiré esforzándome por recuperar lo que alguna vez fuimos.

—¿Es una promesa? ¿No crees que han sido suficientes promesas sin fundamento?

—Es más bien un voto—toma la pulsera colocándola en su muñeca—. Esta pulsera es la seña del voto que estoy por hacer. Yo Edward Anthony Masen Cullen, te prometo a ti Memari Elizabeth Hale no volver a fallar, prometo remediar mis equivocaciones, me esforzaré cada día en busca de tu perdón, pero sobre todo prometo respetar tu decisión si es que deseas otorgarme el privilegio de cumplir con este voto. Si me regresas esta pulsera, significa que no soy merecedor de este privilegio.

—Lo pensaré.

Edward asiente con la cabeza entendiendo, al verse concluida su conversación deciden regresar a la casa. Al ver a Alice en trance en medio de las escaleras se acercan con rapidez.

—Alice—Bella la llama tratando de llamar su atención—. ¿Qué viste?

—La decisión se ha tomado.

—¿No van a ir a Seattle?

—No—responde Aidan mientras baja las escaleras colocando al lado de Alice—. Ellos vienen hacía acá, vienen por ella—informa señalando a la Swan.

—Vamos a la oficina de Carlisle a hablar—pide Dylan, le indica a sus hermanos menores con la mirada que vayan en busca del resto de la familia.

Aidan toma a la pelirroja por el brazo llevándola a un lugar apartado.

—Alguien te espera, se encuentra a 15 km de aquí.

—¿Quién me espera?

—Alec—gesticula con sus labios con la intención de que nadie escuche.

Elizabeth se adentra al bosque, una vez que se encuentra fuera del ojo humano utiliza su velocidad vampírica para encontrarse con el Vulturi.

—Es un placer volver a verte, principessa—en un parpadeo se encuentra frente a ella acariciando con ternura su mejilla.

—Alec—susurra su nombre—. ¿A qué se debe tu visita? ¿Aro sabe que te encuentras aquí?

—No debes preocuparte, el amo me otorgó su permiso para venir personalmente a felicitarte por tu graduación.

—Es un lindo gesto de tu parte, hacer un viaje tan largo solo para felicitarme—sonríe complacida.

—Haría cualquier cosa por ti, principessa—toma su mano llevándola a la altura de sus labios para depositar un beso en su torso.

—¿Solo tú has venido, Jane no viene contigo?

Siente cómo se tensa ante su pregunta, lo observa detenidamente cuando el castaño se aleja un poco de ella temiendo ser descubierto.

—He venido solo, lamentablemente Jane no pudo acompañarme, pero envia sus felicitaciones.

No estaba de acuerdo en tener que mentirle para ocultar las decisiones de su amo, odiaba mentirle a ella sobre todas las personas, lamentablemente no tenía opción.

—Debo irme, un largo viaje me espera por delante antes de que el sol salga—besa su frente transmitiendo todo aquello que no podía con palabras—. Probablemente nos veamos pronto, incluso puede que el resto me acompañe—deposita un casto beso cerca de la comisura de sus labios antes de desaparecer.