VI: LE MOSTRAREMOS AL SEÑOR KIM LO FELICES QUE SOMOS

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A la mañana siguiente, JiMin se vistió como un modelo de pasarela, peinó su pelo y se maquilló. Cuando llegó a su taquilla, vio a JungKook demasiado triste, quiso ir a él, no obstante, salió corriendo cuando vio a EunHyung.

— Necesito hablar contigo— dijeron ambos a la vez.

— Yo primero— volvieron a decir a la vez.

"Se habrán enfadado" fue lo primero que pensó JiMin y volvió a su taquilla. Estaba centrado en su horario, cambiando unos libros por otros, corrigiendo unas traducciones y haciendo unos cambios en su ejercicios de última hora cuando sintió a alguien a su lado.

— Te estaba buscando— dijo JungKook.

— Ya me has encontrado— replicó, sin darle la mayor importancia.

— Sal conmigo.

— No soy de relaciones serias— dijo y era verdad. Desde YoonGi las consideraba una pérdida de tiempo.

— ¿Quién dice que vayamos en serio?

— ¿Me estás pidiendo sexo?— preguntó, mirándole muy serio.

— Sí, y que de vez en cuando finjas ser mi pareja... ya sabes, somos muy felices, etc, etc, etc...— explicó y JiMin sonrió.

— Si follas tan bien como dicen por ahí, no hará falta fingir que somos felices.

JungKook rio y se fue junto a su mejor amigo. JiMin, por su parte, pasó por delante de YoonGi, que iba a su despacho y fue a buscar a su mejor amiga.

Camino a la taquilla de Irene, JiMin recibió un mensaje y, sonriendo, se imaginó de quien era.

"Aún tenemos cosas por hablar, quedemos en el restaurante de siempre". Con una sonrisa malévola, JiMin le contestó "Claro, allí estaré, entre las 14.00 y las 14.30. Es posible que llegue tarde debido a que tengo clase de Latín a última hora, el profesor se enrolla... pero, por favor, no te vayas sin mí!! Quiero solucionarlo"

No pensaba acudir, no iba a hacerlo, pero quería que YoonGi supiera lo que era estar esperando durante horas por una persona que no iba a llegar.

Al salir de clase de Latín, JiMin buscó a JungKook para darle su teléfono y dirección.

— Te espero esta tarde— dijo, sonriente.

Así pues, JiMin salió de la Universidad, cogió un taxi y se fue a casa, no obstante, pidió al taxista pasar por el restaurante italiano, quería saber si allí estaba Min o no. Y, efectivamente, allí le vio. De pie, mirando su reloj y esperándole.

Recibió una llamada por parte del chico y la ignoró. Con una sonrisa, llegó a su casa, comió, se duchó y preparó su cuerpo, iba a ser follado por JungKook y quería estar perfecto para él.

— Señor Park, el joven Jeon ya está aquí— dijo una mujer del servicio.

El chico bajó las escaleras y vio a JungKook mirando todo, parecía que se sentía fuera de lugar.

— ¿Todo esto es demasiado para ti?— preguntó desde lo alto de las escaleras.

— Digamos que no es necesario para mí— respondió.

— Me gusta tu respuesta— admitió— sube.

JungKook subió a la habitación de JiMin. Era amplia, luminosa, tenía una cama de matrimonio, un vestidor y un sofá con una mesita donde descansaba un pequeño televisor.

— Podría vivir en este cuarto.

— En eso te doy la razón.

JiMin se quitó la camiseta y se la quitó a JungKook.

Su mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora